¡Pescadores a pescar!
Ahora más que nunca se nos plantea una cuestión de oportunidad y persistencia.
03 DE MAYO DE 2020 · 09:00

Hago mía, la canción de Marcos Vidal “…porque esta es mi misión, no tengo otra pasión, soy pescador”. Realmente siempre ha sido así, desde la primera llamada del Maestro; pero hoy más que nunca, este asunto adquiere una gran relevancia espiritual para los pescadores de la undécima hora (que somos los discípulos de la última generación).
Este es un tiempo donde hemos de superar las viejas frustraciones de haberlo intentado casi todo en la acción evangelística, consiguiendo muy pocos resultados.
Recuerdo aquel momento tan especial que nos relata el evangelista Lucas en el capítulo 5, versículos 1 al 11, sobre las palabras de Jesús a Pedro: “Remad mar adentro y echad vuestras redes para pescar”. Puedo imaginarme cierta perplejidad en Pedro, debido al intento infructuoso de haber estado faenando y rastreando caladeros toda la noche (y a Jesús, presenciando el esfuerzo fallido). Después de varias horas, vuelven sin haber conseguido absolutamente nada de pesca y, en ese mismo momento del retorno, Jesús les habla, dándoles una instrucción: “Bogad, mar adentro…”, “volved de nuevo a las aguas profundas de donde habéis venido de faenar”. Pedro, con cierta incertidumbre, responde al Maestro: “Señor, lo hemos intentado toda la noche y no hemos pescado nada…”
“Pero ya que tú lo dices, lo intentaremos de nuevo”. Recordemos que la palabra de Jesús fue: “…echad las redes para pescar”. Quizás los discípulos no captaron la idea a primera vista, pero la palabra de Jesús era firme: “Si echáis las redes, pescaréis seguro”. Y, ante la sorpresa de aquellos avezados pescadores, esta fue una pesca realmente milagrosa, porque “recogieron gran cantidad de peces y las redes se rompían” (debido al exceso de peso). Seguro que podríamos extraer más enseñanzas respecto a la llamada a otras barcas para que les ayudasen a recoger y compartir la abundante pesca.
Sin embargo, lo que quiero destacar para nosotros hoy, es que, en este tiempo, si somos capaces de salir a pescar con la esperanza puesta en las palabras de Jesús, pescaremos sin duda alguna. Porque aunque no lo parezca, el mismo Señor Jesús nos recuerda “que los campos ya están listos para recoger la cosecha” (Juan 4:35)
Si tomamos en fe, en esta etapa tan excepcional que estamos viviendo actualmente en el mundo, la palabra que Jesús nos lanza “de echar de nuevo las redes para pescar”, podremos ver y recoger auténticas pescas milagrosas. Ahora más que nunca se nos plantea una cuestión de oportunidad y persistencia.
La Palabra clave para la antigua y la nueva generación de discípulos es: “Venid en pos de mí (dice el Maestro) y os haré pescadores de hombres”. Mi propuesta es que vayamos “tras Jesús” y que aprendamos las destrezas del pescador de almas. Dejemos que Él nos guíe y nos muestre los caladeros y bancales de peces para pescar abundantemente, pero también aprendamos el arte y la habilidad de pescar con caña, a través de nuestro testimonio y del evangelismo personal. Que Dios nos dé la gracia, valentía y sabiduría para pescar almas; “porque el que gana almas es sabio” (Proverbios 11:30)
El Señor está buscando en este tiempo una generación de discípulos incondicionales, dispuestos a dejarlo todo por amor a Jesús y a seguirle hasta las últimas consecuencias,“…y al instante, dejando las redes (todo) le siguieron.” (Marcos 1:18).
Movilicémonos como iglesias y como individuos para recoger la pesca más abundante y extraordinaria de toda nuestra experiencia cristiana y que, de este modo, nuestro Dios pueda ser glorificado en gran manera entre nosotros, viendo como cientos y miles de almas de nuestro entorno y de nuestras ciudades, pasan de muerte a vida. Por lo tanto, si quieres acompañarme en la tarea evangelística más desafiante de esta próxima década, únete al ejército del Maestro de Galilea y conviértete conmigo en un pescador/a de almas para la eternidad… ¡venga, vamos, salgamos a pescar de nuevo…!
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - El Tren de la Vida - ¡Pescadores a pescar!