Equilibrio espiritual no es igual a miedo

Equilibrio significa, orden, armonía y también libertad en nuestro culto personal y colectivo, y esta clase de libertad se manifiesta con espontaneidad y expresividad.

24 DE OCTUBRE DE 2015 · 20:50

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Es cierto que se producen algunas excentricidades entre nosotros, me estoy refiriendo a ciertas doctrinas que apelan mucho al ego, a la codicia y a la auto gratificación y por el contrario otras que invocando la sana doctrina omiten verdades esenciales y reprimen la manifestación de los sentimientos más elementales en la vida cultual, contradictoriamente como no lo hacen en los campos de futbol o en las fiestas sociales o familiares. El temor a los excesos en el culto cristiano puede producir una rigidez que solo puede provocar una frialdad apabullante; por el contrario hay otros que solo promocionan ciertas manifestaciones puramente emocionalistas, que también se pueden convertir en una parranda emocional de cuidado y ese tampoco es el fin de la reunión cristiana en si misma.

Equilibrio significa, orden, armonía y también libertad en nuestro culto personal y colectivo, y esta clase de libertad se manifiesta con espontaneidad y expresividad, aún en nuestra gestualidad y por supuesto todo ello acompañado de una fe viva que humildemente pretende acercarse a Dios a la vez que atraer Su bendita presencia entre nosotros. Mientras vamos a Él (mientras le rendimos culto) Él viene a nosotros, y aunque nuestro mayor deseo es adorarle en Espíritu y verdad y admirarle por todas sus bondades, hemos descubierto que Su benigna presencia nos transforma y nos ministra de diversas maneras porque El es nuestro buen Padre Celestial (Santiago 4:8ª / 2ª Corintios 3: 17-18 / Juan 4: 23-24 / Hebreos 13:15)

Pero estas manifestaciones deben de ir acompañadas de una fuerte dosis de naturalidad a la vez que de una santa expectación en la posible y deseable irrupción del Espíritu del Señor en nuestras reuniones de celebración y ministerio. Porque esta latente manifestación del mismo Dios en nuestros cultos lo cambia todo y crea una atmosfera de gratitud, santidad y gozo espiritual inigualable.

Desde mi humilde experiencia puedo asegurar a quien me esté leyendo, que Dios, el Dios nuestro, esta más que deseoso de acercarse a nosotros y ministrar a nuestras necesidades, porque Él nos ama como nadie puede amarnos y nos quiere ayudar y aún renovarnos en esos cortos espacios de tiempo como son nuestros cultos de celebración dominical.

Una de las funciones capitales de los dones espirituales es edificarnos mutuamente y ministrar a nuestras vidas para afirmarnos en la fe y liberarnos de falsos patrones de pensamiento y conducta y también de muchas servidumbres morales y diferentes perturbaciones espirituales. Y estos dones también interactuan a través de los diferentes ministerios del Cuerpo de Cristo como parte del culto cristiano en el orden correcto tal como nos indican las mismas Escrituras. (Ver 1ª Corintios capítulos del 11 al 14 / Efesios 4: 11-16 / 1ª Pedro 4: 10-11)

Equilibrio no es pasividad ni una solemnidad mal entendida, equilibrio es cordura espiritual, serenidad, fe y una ferviente emocionalidad. Pero por supuesto, nunca debe de significar miedo al descontrol, pero si apertura a la acción comunitaria del Espíritu y ante todo una verdadera profundidad espiritual, pero no solo teórica sino también práctica y experimental...

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - El Tren de la Vida - Equilibrio espiritual no es igual a miedo