La vida de Cervantes

VIDA DE MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA, por Gregorio Mayáns y Siscar. Ediciones Cátedra. Juan Ignacio Luca de Tena 15, 28027 Madrid. 150 páginas. Madrid 2005. CERVANTES VISTO POR UN HISTORIADOR, de Manuel Fernández Álvarez, Editorial Espasa Calpe, Carretera de Irún, Km. 12.200, 28049 Madrid. 570 páginas. Madrid 2005.

22 DE OCTUBRE DE 2005 · 22:00

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¿Cuántas biografías de Cervantes se han escrito y publicado, y en cuántos idiomas? Ni se sabe. Sólo un seguimiento minucioso del tema, ahora más fácil a través de internet, nos daría el número aproximado.

Desde la publicación de la segunda parte del Quijote en 1615, y una vez establecido que el escritor nació en Alcalá de Henares, y en ningún otro lugar, los investigadores han ido aumentando la información sobre el primero de los novelistas de todos los tiempos. El primero. No ha tenido ni es fácil que tenga igual.

Entre otros muchos cervantistas es imprescindible destacar a Juan Antonio Pellicer, Fernández de Navarrete, Diego Clemencin, Fitzmaurice Kelly, Juan Canavaggio, Martín de Riquér y, últimamente, Rosa Rossi.

Entre 1948 y 1958, un prestigioso cervantista español, Luis Astrana Marín, publicó en siete volúmenes una VIDA EJEMPLAR Y HERÓICA DE MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA. Marín reunió en esta obra casi todos los documentos existentes en su tiempo sobre la vida de Cervantes, algunos de ellos inéditos.

En este artículo para PROTESTANTE DIGITAL me ocupo de la primera y de la última biografía en torno a Cervantes. La primera es del siglo XVIII. La última se ha publicado en estos días.

Gregorio Mayáns y Siscar nació en Oliva (Valencia), el 9 de mayo de 1699. Estudió en Valencia, Barcelona y Salamanca. Fue bibliotecario del rey Felipe V. Retirado en 1740 a su pueblo natal, se consagró plenamente al estudio y a la escritura. Publicó ORÍGENES DE LA LENGUA ESPAÑOLA, RETÓRICA, una antología de prosistas castellanos y otras obras. Desde su retiro valenciano mantuvo correspondencia con personalidades conocidas de la época, entre ellas Robertson y Voltaire.

Su fama de escritor e investigador traspasó las fronteras.

Un político inglés, John Carteret, emparentado con la nobleza británica, quien gustaba mucho del Quijote, decidió publicar en Londres una cuidada edición de la novela. Escribió a Gregorio Mayáns pidiéndole que compusiera una biografía de Cervantes para ser incluida en el tomo. Mayáns aceptó el encargo con agrado y se puso a trabajar. Fue así como vio la luz la primera biografía que se escribió de Miguel de Cervantes. La compuso en 1737. Fue reimpresa varias veces en España y traducida al inglés y al francés. Al Barón de Carteret cupo la honra de haber redescubierto el Quijote, y a Mayáns la de inaugurar la ingente bibliografía cervantina. Teniendo en cuenta que Cervantes murió en 1616, tuvieron que pasar 121 años para que alguien en España biografiara su vida.

Ahora, Ediciones Cátedra ha prestado un gran servicio a todos los cervantistas de habla hispana, que formamos legión, al reimprimir esta joya literaria.

Cuando Gregorio Mayáns emprende la redacción de la obra encargada, como el personaje de Borges descubre “con alivio, con humillación y terror” que no se sabe nada o casi nada de Cervantes. Ignora el lugar y la fecha de su nacimiento; ignora cuándo le apresaron los moros; ignora dónde y por qué se produjo su enfrentamiento con la Inquisición. Ante la escasez de datos se ve obligado a estudiar toda la obra de Cervantes. El resultado es un libro delicioso, compuesto con gran altura de miras y en estilo conciso y elegante.

Manuel Fernández Álvarez, quien sigue produciendo buenas obras literarias a los 84 años, está considerado como un historiador riguroso e influyente. Sus amplios conocimientos sobre la literatura del Siglo de Oro le han permitido abordar esta ambiciosa biografía de Cervantes, que Espasa Calpe puso en las librerías el pasado mes de septiembre: Es la última biografía profunda y seria del autor del Quijote aparecida cuando se conmemora el cuarto centenario de la publicación de la primera parte de la fábula.

Dice Fernández Álvarez que “Miguel de Cervantes fue una esponja, que absorbió la vida para reflejarla en su literatura. Se puede afirmar –añade- que utilizó su vida como materia prima de su literatura. En realidad –sigue Fernández Álvarez- se puede afirmar que esa actitud le acompañó hasta su muerte”.

Uno de los grandes méritos que tiene esta biografía es que está inspirada casi toda ella en las obras de Cervantes. No es este un trabajo fácil, porque el manco de Lepanto modificó y reelaboró una gran cantidad de material sobre su vida que obliga a los biógrafos a andar con pies de plomo a la hora de distinguir lo verdadero de lo falso.

Por otro lado, el libro de Manuel Fernández recorre con amenidad y profusión descriptiva lugares por donde pasó Cervantes –Italia, Madrid, Valladolid, Sevilla, Toledo, Argelia-. También escribe sobre la sociedad, la cultura, la política y la literatura de la época.

Aún cuando sigue habiendo muchas lagunas en nuestro conocimiento sobre la vida de Cervantes, especialmente de su época en Italia, estas dos biografías, cada una a su manera, nos permiten un conocimiento más amplio de su vida y del mundo que le tocó vivir.

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