Querido progre: ¿por qué te importa tanto un simple carpintero?

Para muchos la ceremonia de inauguración de los juegos olímpicos 2024 en Francia fue todo, menos un despliegue de creatividad e ingenio. Lo que hemos observado no es nuevo. Desde hace muchísimo tiempo la cultura popular viene acostumbrándonos a este tipo de espectáculos, que en el mejor de los casos evoca las extravagantes fiestas de la antigua Roma, en la que también ahora, a quienes lo celebran se les contenta con pan y circo, es decir, aquellos simples del siglo XXI que aprecian como arte cualquier cosa que incluya un Dragqueen y el niño/a de turno bailando, a quien se le ha arrebatado su inocencia.

Lo que podemos notar a partir de este bochornoso evento es que Jesús sigue de moda. El Nazareno, sigue más vivo que nunca entre nosotros y una serie de eventos lo confirman. En 2019, Netflix lanzó una serie gay sobre Jesucristo. La marcha gay del 2024 giró en torno a la persona de Jesús, apareció un hombre semidesnudo sobre una gran cruz, emulando el Vía crucis. El 2023, el pintor Salustiano García retrató una controversial figura de un Jesucristo afeminado. El cantante Lil Nas X, compuso toda una canción que es una parodia titulada J CHRIST. Deducimos de lo que vimos esta semana, que es solo el comienzo, es como la ventana de Overton, un show exagerado que para cuando consiga la aceptación completa de las masas, sus conciencias estarán tan adormecidas, que sus mentes podrán aceptar con mayor facilidad espectáculos aún más deplorables.

Ahora, imagina esto: un niño que sentado frente a la pantalla mientras ve los JJOO 2024, le pregunta a sus padres: ¿quién es ese Jesús de quién todos hablan? A lo sumo, el padre responderá que es un personaje de ficción o un simple carpintero que vivió hace ya más de 2000 años. El niño mira al padre sorprendido y exclama: ¿y todo este alboroto por un simple carpintero? 

Pero, si Jesús fue un simple carpintero, ¿por qué tomarse tantas molestias? ¿Qué tiene de amenazante este hombre que a menudo se le recuerda yaciendo sobre una cruz, aparentemente indefenso? ¿A quién hizo tanto daño este maestro para ser objeto de burlas? Incluso, aquellos que niegan que haya existido, ¿Por qué burlarse de un personaje de ficción? 

Y es que cabe preguntarse, qué tiene de especial el Dios cristiano que después de 2000 años, sigue estando en el centro de la palestra, se habla de él como si los eventos narrados en las Escrituras hubieran acontecido la semana pasada. Su nombre no pasa de moda. Jesús, es el trending topic cada semana, su vida es el best seller cada año, es la persona más viral de todos los tiempos. 

Este simple carpintero sigue desconcertando al mundo, sus detractores no saben qué hacer con él. Les atrae, pero al mismo tiempo les repele. Sienten una curiosidad casi mística por él. Jesús los confronta en lo más profundo de sus corazones, la belleza de su persona, su obra, sus palabras, resuenan en las mentes de sus enemigos que no pueden dejar por un segundo, aunque sea a través de las mofas, de hablar de él. Jesús está siempre en sus bocas y en sus mentes. Jesús es uno de los temas principales de conversación de la agenda LGTBIQA+. Es envidiado y escarnecido. Les ofende y les maravilla. Es insultado y aclamado al mismo tiempo. Quieren estar lejos de él, pero algo casi irresistible de su persona les obliga a tenerlo siempre presente. Cuanto menos quieren pensar en él, más se arraiga en sus mentes. Les abruma su belleza y les intimida al mismo tiempo, por eso prefieren autoengañarse y reducirlo a un simple icono religioso más. Quieren evitar la evidente verdad de que Jesús no solo es un carpintero, sino Dios mismo. Jesucristo, es inolvidable. Jesucristo es claramente la verdad incómoda que muchos intentan, sin éxito, evitar.

2000 años después sigue siendo el principal tema de conversación en el mundo. Para muchos, un simple carpintero. Para nosotros, sus seguidores, un recordatorio de que Jesús está más vivo que nunca, más presente que nunca y más pronto a actuar que nunca. Debemos alegrarnos. Nadie puede pasar por alto ese trozo de madera que es la cruz. A Jesús lo aman o lo odian, pero nadie puede quedar indiferente. Nunca ningún dios ha recibido tantas críticas, tantas burlas ni tanta atención como el único Dios verdadero: Jesucristo. Aquellos dioses de turno deben conformarse con aparecer de vez en cuando en ciertas festividades, se han acostumbrado a habitar en estatuillas empolvadas sobre el estante, con la pasividad que les caracteriza, sus nombres serán olvidados. Pero el Dios cristiano prevalecerá, permanecerá por los siglos de los siglos. El nombre de Jesús será engrandecido en todas las naciones. Mientras tanto, mi teoría es esta: que todo ser humano que nace en esta tierra y escucha hablar de Jesús por primera vez, reconoce inmediatamente en el fondo de su corazón, que aquel no es un simple carpintero. 

"Y se burlaban: 'No es más que el hijo del carpintero, y conocemos a María, su madre, y a sus hermanos: Santiago, José, Simón y Judas'". (Mateo 13: 55)