Ética en la empresa

¿Cuándo una acción deja de ser marketing para ser soborno? ¿Cómo hacemos para determinar dónde está la línea roja?

10 DE DICIEMBRE DE 2024
09:05 CET
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Imagen de Mario Gogh en Unsplash.

La ética es el conjunto de normas morales que rigen la conducta de una persona en cualquier ámbito de la vida. En esta columna hablaremos de ética profesional.

Una parte de la ética profesional tiene que ver con los valores en el ejercicio de una profesión, como la transparencia, la honradez, los servicios con excelencia, el trato justo o no engañar nunca a ninguno de los proveedores, clientes, empleados o colaboradores con los que estamos interrelacionando.

La semana pasada estuve en una tensa reunión con un buen cliente de mi compañía, remarco el adjetivo “buen” para que nadie pueda pensar que es alguien conflictivo para nosotros. Este cliente me acusó de no cumplir el contrato que habíamos firmado tres años atrás donde se hablaba del precio de suscripción de un software que este cliente necesita.

La verdad es que no era un contrato, ni yo había firmado nada, era simplemente una oferta, que había firmado el cliente y que sugería el precio que el fabricante tendría después de tres años (error por nuestra parte el sugerir un precio tres años antes porque pueden pasar muchas cosas). Ante esta situación acusé al cliente de falta de ética y su contestación fue furibunda. Muy enfadado conmigo me hizo saber que, en toda su carrera profesional, nadie le había acusado de falta de ética. Finalmente me disculpé con él, y esperamos poder reconducir la situación para no perder el cliente.

Pero quedaron algunas cosas rondando en mi cabeza:

  • La ética profesional no es igual para todas las personas.
  • Acusamos de falta de ética los que nos sentimos perjudicados.
  • La cultura hace que la ética cambie según los países.
  • Cómo aplicar la ética bíblica a la vida profesional.

Seguramente no encontraremos en la Biblia un código de conducta ética profesional, pero sí encontramos muchos textos que nos ayudan.

En los diez mandamientos leemos: “no robes, no digas mentiras en perjuicio de tu prójimo” Éxodo 20:15-16.

En Mateo 22:39 “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.

En la historia de Rut vemos como Booz le dice a sus criados que dejen caer algunas espigas de sus propios manojos para que los pueda recoger Rut, mejorando la tradición de dejar a los pobres ir detrás de los segadores a recoger las espigas que quedaban en el suelo (Rut 2).

El propio Dios instaura el día de reposo en la creación y hoy en España, en el artículo 37 del Estatuto de los trabajadores, se recoge que las personas en plantilla tienen derecho a un descanso mínimo semanal.

Pero como siempre, hay muchas zonas grises. Ahí es donde muchas personas empiezan a esconderse porque creen que no serán entendidas por aquellos que no necesitan estar en prácticas profesionales “opinables”, ¿que quiero decir con opinables?

Voy a compartir algunos ejemplos:

¿Invitar a comer a un cliente es ético? Nuestra única intención es acercar una relación personal con él para que nos posicione mejor porque hay mucha competencia.

En caso de que nos parezca bien invitarlo a comer, ¿Cualquier comida vale, igual un menú de 20 euros que una comida en un restaurante con tres estrellas Michelin?

¿Las acciones de marketing son éticas? Nosotros invitamos a nuestros clientes al cine una vez al año, donde vienen muchas veces con sus familias. Es un detalle simpático que está bien visto. Este año hemos llenado una sala en Barcelona, otra en Madrid y otra en Sevilla.

¿Una botellita de cava en Navidad? O una taza, un bolígrafo, una camiseta con el logo de nuestra compañía...

Todo esto es tan complicado que muchos de nuestros clientes tienen normas de “compliance” o cumplimiento normativo. Es un conjunto de prácticas, normas y procesos que una organización implementa para asegurar que sus actividades se ajustan a la ley y estándares éticos aplicables a su sector y contexto (definición de Google).

Y todavía puede ser más complicado. Una marca china me ha invitado a estar una semana en China viendo sus instalaciones y presentándome sus productos, todo a gastos pagados.

Uno de mis proveedores más importantes invita a los clientes que cumplen ciertos criterios de compra a un viaje de placer; estos últimos años han viajado a Guatemala, Japón y Perú, si no recuerdo mal.

¿Cómo hacemos para determinar dónde está la línea roja? ¿Cuándo una acción deja de ser marketing para ser soborno? Pequeño o gran soborno.

¿Cuándo un regalo deja de ser un detalle para ser una ayuda ilegal para que nos compren?

Las compañías farmacéuticas durante muchos años invitaban a los médicos a “congresos” que realmente eran viajes de placer para que los médicos recetaran los medicamentos que ellos fabricaban.

Algunos de los que habéis leído hasta aquí estaréis pensando que todo lo expresado hasta ahora es corrupción en mayor o menor grado, otros estaréis pensando que son prácticas comerciales habituales y no os escandalizan en absoluto.

Y algunos, como yo, estamos metidos en estas situaciones, no de motu propio sino porque es el entorno profesional donde nos movemos y navegamos con mucha dificultad en estas aguas.

A los que estáis fuera os pido que tengáis prudencia en poner adjetivos a estas actuaciones, y a los que estáis dentro os pido que tengáis prudencia en decir que sí sin miramientos a este tipo de actuaciones.

Es realmente difícil valorar, por lo menos para mí.

Pido a Dios sabiduría para hacer lo correcto en cada caso y espero no equivocarme mucho.

 

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Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Editorial - Ética en la empresa