Un sueño y una oración

Nos sentimos sorprendidos con la noticia que abre este número: hemos casi alcanzado el millón seiscientas mil páginas vistas el pasado mes de abril ¡Qué bueno es sorprenderse, especialmente cuando es una buena noticia! Estamos más acostumbrados a que nos sorprendan las malas. Y de la misma forma que Sara (la esposa de Abraham) dijo que Dios la hizo reír, al concebir en su vejez el sueño de su juventud, a nosotros Dios nos ha hecho reír superando nuestros sueños de hace seis años, cuando nacimos.

04 DE MAYO DE 2009 · 22:00

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Hoy queremos defender los sueños y (esperamos que nos permitan esta licencia) hacer aquí una oración. Vivimos un mundo de muchas pesadillas y locuras, pero pocos sueños. Y que el hombre sueñe es parte del obrar de Dios. Hizo caer a Adán en un sueño cuando creó a Eva. Jacob soñó en Bet-el la escalera que -a pesar de ser fugitivo y huérfano de facto- le unía a Dios. José era llamado el soñador por sus hermanos. Y sus sueños salvaron a su familia y dieron opción a una nación, y esa nación cumplió el sueño de Dios en Jesús de Nazareth. De nuestro tiempo el profeta Joel anunció que tras el nuevo pacto quienes crean en Dios soñarán sueños, y que esto irá unido a que se profetizará, se anunciará el mensaje y la verdad de Dios. Y todo esto queremos soñarlo como posible, como real, desde nuestras posibilidades, esperando que éstas sean multiplicadas por el que hizo de unos pocos panes y peces alimento de muchos. Siendo realistas de lo que tenían, pero sin dejar de querer entregar lo que poseían para suplir la necesidad de todos confiando en el milagro de obedecer a Jesús. Desde aquí te lo pedimos públicamente, Señor, como lo hemos hecho en privado, reconociendo que sólo tú, tu poder y tu gracia inmerecida, han hecho posible que hasta aquí hayamos llegado. Toma nuestras vidas, nuestras posesiones, nuestras ilusiones, metas, anhelos, tiempo, fuerzas y capacidades. Y pártelas para que se multipliquen. Para que lo que es imposible para nosotros, limitados y falibles, tú lo hagas posible. Para que tu Iglesia, la que no tiene apellidos, sino que te tiene a ti por origen y cabeza, por Rey y Señor, sea fiel, responsable e íntegra. Para que sepamos unir verdad y misericordia, juicio y perdón, logrando que la justicia y el amor se encuentren. Para que no seamos obstáculo a quienes en el fondo de su corazón te buscan, y podamos ofrecerles un destello de tu luz que les guíe a tu verdad. Y gracias, Jesús, por todos los hombres y mujeres que lo han dejado todo en segundo lugar por seguirte, que te sirven sin esperar más que saber que somos siervos inútiles, pero siervos que te amamos a ti, y amamos a esta generación entre la que nos has puesto. Que tu Evangelio corra, y sea glorificado. Porque tuyo, y sólo tuyo, son el poder, la gloria y la honra. Por los siglos de los siglos. Amén. MULTIMEDIA Pueden leer aquí una entrevista de Esperanza Suárez a Pedro Tarquis, director de Protestante Digital, sobre "Protestante Digital supera el millón y medio de páginas vistas mensuales en abril" (audio, 7 Mb)

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