Federico García Lorca (siglos XIX y XX)
Lorca fue el más celebrado escritor español del siglo XX.
20 DE JULIO DE 2022 · 23:00
Cuando Guillermo de la Torre inicia su crítica literaria al libro de Gregorio Prieto Lorca en color, dice que “la copiosa e inextinguible bibliografía del poeta granadino podía llenar, en aquellos años, 1969, un anaquel de la biblioteca mejor poblada”. Españoles e hispanoamericanos; ingleses y norteamericanos; franceses, alemanes, italianos, rusos, japoneses y escritores de otros muchos países de todos los continentes han escrito y seguirán escribiendo sobre la vida, la muerte y la obra del más célebre representante de la generación literaria de 1927, tal como lo vio Jorge Guillén.
García Lorca nació el 5 de junio 1898 en Fuente Vaqueros, provincia de Granada. En el Colegio del Sagrado Corazón de Jesús, en Granada, estudia el bachillerato. En la Universidad de la misma ciudad inicia los estudios de Filosofía y Letras. En Granada alterna las lecciones de la Universidad con estudios de música. En 1920 conoce a Manuel de Falla. A Giménez Caballero le dice: “Yo empecé a escribir a los 17 años mi primer libro, Impresiones y paisajes”. Tenía 21 años cuando va a Madrid y se aloja en las tantas veces citada Residencia de Estudiantes, donde llega a tener como amigos a Alberti, Dalí, Buñuel, Bello y otros genios del arte y la literatura. En 1929 viaja a Nueva York y Cuba. Cuatro años después lo hace a Brasil, Argentina y Uruguay. De regreso a España, ante la gravedad de los acontecimientos políticos regresa a Granada. Aquí es vilmente asesinado. La fecha fatídica: 19 de agosto 1936. En un artículo de la Enciclopedia Británica, el escritor inglés Michael A MacConaill dice de Lorca: “Fue el más celebrado escritor español del siglo XX. Fue el más destacado miembro de un grupo de escritores que habrían dado a España una nueva Edad de Oro en su literatura de no haber ocurrido la guerra civil, durante la cual unos murieron y otros se exiliaron”.
Prólogo
Dime, Señor,
¡Dios mío!
¿Nos hundes en la sombra
del abismo?
¿Somos pájaros ciegos
sin nidos?
La luz se va apagando.
¿Y el aceite divino?
Las olas agonizan.
¿Has querido
jugar como si fuéramos
soldaditos?
Dime, Señor,
¡Dios mío!
¿No llega el dolor nuestro
a tus oídos?
¿No han hecho las blasfemias
Babeles sin ladrillos
para herirte, o te gustan
los gritos?
¿Estas sordo? ¿Estás ciego?
¿O eres bizco
de espíritu
y ves el alma humana
con tonos invertidos?
¡Oh Señor soñoliento!
¡Mira mi corazón
frío
como un membrillo
demasiado otoñal
que está podrido!
Si tu luz va a llegar,
abre los ojos vivos;
pero si continúas
dormido,
ven, Satanás errante,
sangriento peregrino,
ponme la Margarita
morena en los olivos
con las trenzas de noche
de estío,
que yo sabré encenderle
sus ojos pensativos
con mis besos manchados
de lirios.
Aquí, Señor, te dejo
mi corazón antiguo,
voy a pedir prestado
otro nuevo a un amigo.
Corazón con arroyos
y pinos,
corazón sin culebras
ni lirios.
Robusto, con la gracia
de un joven campesino
que atraviesa de un salto
el río.
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Dios en la poesía religiosa española - Federico García Lorca (siglos XIX y XX)