Lope de Vega (siglos XVI y XVII)

Cumplidos 50 años Lope sufre una profunda crisis religiosa. En 1614 fue ordenado sacerdote y acabó ingresando en una Orden.

29 DE ABRIL DE 2022 · 14:00

Retrato de Félix Lope de Vega en 1614 por Luis Tristán. / Luis Tristán, Wikimedia Commons. ,
Retrato de Félix Lope de Vega en 1614 por Luis Tristán. / Luis Tristán, Wikimedia Commons.

Dijo de sí mismo: “Yo estoy perdido, sí, en mi vida lo estuve, por alma y cuerpo de mujer, y Dios sabe con qué sentimiento mío”.

Félix Lope de Vega y Carpio, uno de los más célebres poetas dramaturgos de España, nació en Madrid el 25 de noviembre de 1562 y desnació en la misma ciudad el 27 de agosto de 1635. Su vida y su obra trascurrieron entre dos siglos, aquellos siglos de Oro. Se dice que no terminó sus estudios de bachiller por correr tras una mujer, “lo que había que hacer toda su vida además de escribir versos”. Cumplidos 50 años Lope sufre una profunda crisis religiosa. En 1614 fue ordenado sacerdote y acabó ingresando en la Congregación de Esclavos del Santísimo Sacramento, “pero no se acaban con ello sus conflictos amorosos” dice Alonso Zamora, escritor especializado en la literatura del siglo de Oro. Añade este mismo autor que “la lírica de Lope es toda su propia vida en una inconcreta, vaga efusión…. Si exceptuamos la novela picaresca, que no cultivó, no hubo género literario de la época al que Lope no se acercara esgrimiendo su visión lírica de las cosas”. El propio Lope dice que escribió 1800 comedias, de las que se conservan unas 500.

Imprimo aquí versos tomados de Dulce Señor.

 

Dulce Señor, mis vanos pensamientos

fundados en el viento me acometen,

pero por más que mi quietud inquieten

no podrán derribar tus fundamentos.

 

Mas porque si a mi voz, Señor, se inclina

tu defensa y piedad, ¿qué humana guerra

contra lo que Tú amparas será fuerte?

Ponme a la sombra de tu cruz divina,

y vengan contra mí fuego, aire, tierra,

mar, yerro, engaño, envidia, infierno y muerte.

 

¡Cuántas veces, Señor, me habéis llamado,

y cuántas con vergüenza he respondido,

desnudo como Adán, aunque vestido

de las hojas del árbol del pecado!

 

Seguí mil veces vuestro pie sagrado,

fácil de asir, en una cruz asido,

y atrás volví otras tantas, atrevido,

al mismo precio en que me habéis comprado.

 

Besos de paz os di para ofenderos,

pero si fugitivos de su dueño

hierran cuando los hallan los esclavos,

hoy que vuelvo con lágrimas a veros,

clavadme vos a vos en vuestro leño,

y tendréisme seguro con tres clavos.

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