¿Hay pecado de omisión en la iglesia?
¿Cuántos cristianos hay hoy en nuestro planeta tierra que, a pesar de los medios de comunicación de todo tipo, pueden decir que son ignorantes de las situaciones de injusticia y opresión en el mundo?
01 DE OCTUBRE DE 2024 · 15:59

¿Qué es lo que se está dando en el mundo, incluso entre los cristianos? ¿Es injusticia, es ignorancia, es maldad, es pecado de omisión? Ahora, de forma específica en cuanto a los cristianos cuando miramos para otro lado ante la injusticia y la opresión en el mundo, podríamos preguntarnos: ¿Hay pecado de omisión entre los cristianos, en nuestras iglesias??
Más preguntas: ¿Cuántos cristianos hay hoy en nuestro planeta tierra que, a pesar de los medios de comunicación de todo tipo, pueden decir que son ignorantes de las situaciones de injusticia y opresión en el mundo? ¿Cuántos creyentes no saben que hay un total e injusto reparto de los bienes en nuestro ámbito terrestre, que el gran escándalo de la humanidad es que los pobres lo son en una gran parte por el despojo y el robo de las multinacionales de los países ricos u otros medios de opresión? ¿Acaso nos están tapando los oídos en las propias iglesias desoyendo el clamor profético?¿Hay, entonces, pecado de omisión?
Hay, sin duda alguna y ante los ojos de los cristianos del mundo en todo su ámbito interconfesional, un injusto y egoísta reparto de las riquezas, de los medios de producción, de las medicinas, de los alimentos, de las posibilidades de capacitación en el mundo para los habitantes de los países pobres. Hay cantidad de personas como sobrante humano, sin empleo, aunque sea indigno y explotador, ni siquiera para que lo puedan explotar para poder dar de comer a sus hijos. Cantidad de indigentes también en medio de nosotros, en el primer mundo, en medio de las sociedades de un consumo desmedido de bienes. Existen parados que incluso están asentados en nuestras congregaciones, muchos de ellos jóvenes. Según la posible falta de compromisos de la iglesia en estos casos, ¿hay pecado de omisión?
¡Cuidado con los términos injusticia, ignorancia, maldad o pecado de omisión! Creo que la situación es alarmante y reclama la justicia profética, la búsqueda de esa justicia sin la cual no es posible el ritual ni el culto. Tenemos en nuestras iglesias exculturados a los profetas? En toda la Biblia se reclama también la denuncia que debe de surgir de voces proféticas que deberían estar inundando las iglesias y para hacer sus muros permeables al clamor del mundo, de los pobres, de los oprimidos.
Sin embargo, en la iglesia parece que solo se escuchan cánticos de gozo, alabanzas que, quizás y en estos parámetros de los que estamos hablando, sean inútiles, sean oraciones que pudiera ser que no pasaran de los techos de los templos. Volved a leer Isaías capítulo 1.
Injusticia, ignorancia, maldad o pecado de omisión. Terribles conceptos avalados por el texto bíblico. Quizás es que ya no leemos los libros proféticos, ni nuestras mentes están al día de lo que hizo y dijo Jesús quizás ya como el último de los profetas con respecto a estos temas, pues el Mesáis entronca con ellos y recoge todas sus búsquedas de justicia y de denuncias contra los opresores, los oprimidos, los marginados y los injustamente tratados.
Nos hemos olvidado y hemos hecho letra muda el contenido profético. Una pena. Hemos callado voces, incluso en ocasiones del mismo Jesús, para tranquilizar nuestras conciencias y hacernos una religión a nuestra medida. Podemos caer en la vivencia de una espiritualidad cristiana alicortada o mutilada.
Es verdad que hay excepciones, que hay creyentes que todavía están comprometidos con el prójimo sufriente, personas cristianas que luchan por una justicia redistributiva digna, que denuncian las estructuras injustas de maldad y que son misericordiosos y que tienen una mano tendida hacia el prójimo. Personas comprometidas con el Evangelio que comparten y se acuerdan del sufrimiento de tantos y tantos empobrecidos y oprimidos en el mundo, porque la vivencia de su espiritualidad cristiana no pasa por dar la espalda al grito de los sufrientes de la tierra.
Los que no hacen esto en compromiso total con el prójimo, aunque alaben y hagan plegarias mil, creo que bíblicamente están cayendo en el pecado de omisión, que están adormeciendo sus conciencias para que éstas no les molesten ni interpelen por la comodidad de su práctica religiosa de espaldas a un mundo de dolor en donde hay millones y millones de personas empobrecidas, oprimidas y maltratadas, apaleadas y con muchas y diferentes formas de tortura —entre ellas la del hambre—, que esperan que algunos de los valores del Reino se acerquen a ellos de mano de los creyentes, de los cristianos en el mundo.
Si queréis seguir al Maestro, lo estructural, la injusticia y la denuncia en las líneas proféticas, junto a todo asistencialismo misericordioso, nunca deben olvidarse. Hay que continuar siempre, de forma totalmente comprometida, en la dirección de llevar los valores del Reino a un mundo injusto intentando que reine un poco más de justicia en nuestra aldea global. Usar todo, tanto la voz de denuncia como la preocupación por la justicia en nuestra tierra, junto al mancharse las manos en la labor asistencial.
Si no, se podría preguntar esto: ¿Son nuestras asambleas, nuestras congragaciones, iglesias del Reino? ¿Qué clase de iglesia somos? ¿Nos cubre vergonzosamente el pecado de omisión como un negro manto acusador?
Por tanto, se requiere que los cristianos, junto a su lucha por las reformas estructurales, su trabajo a favor de la justicia social y su denuncia de las estructuras de maldad que reinan en el mundo y que marginan y empobrecen a las tres cuartas partes de la humanidad en mayor o menor grado, se manchen las manos en la atención asistencial… porque ejemplo nos ha dado el Maestro al que decimos seguir.
Por un año más
Puedes encontrar más información en apoya.protestantedigital.com.
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