Análisis de la acogida como misión de la iglesia

Deberíamos volver nuestra mirada al Maestro, a Jesús, para ver cómo fue esa acogida en su acción y ejemplo.

26 DE SEPTIEMBRE DE 2023 · 12:21

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Imagen de Nick Fewings en Unsplash.

Todos conocemos algo de las diferentes misiones de la iglesia. Podríamos hablar de la misión litúrgica de la iglesia, de su misión diacónica, de su misión evangelizadora y otras más que definen la misión global de la iglesia en el mundo, pero podríamos preguntarnos si debiéramos especificar también lo que puede ser esa misión que convierte a una comunidad en iglesia de acogida, si esa misión de acogida se puede incluir en la misión diacónica de la iglesia o si la podríamos diferenciar por su gran importancia de cara al prójimo.

Hoy en día la palabra “acogida” se usa mucho en relación con los inmigrantes. Se puede hablar de centros de acogida, de ciudades de acogida u otros, pero también podríamos aplicar el concepto en el campo de lo religioso, en el terreno de las iglesias y así poder hablar de iglesias de acogida, porque, realmente, muy pocas veces se asocia el concepto de “acogida” a las iglesias en general.

Yo creo que para ver si el concepto de “acogida” debería ser aplicable a la iglesia hoy deberíamos volver nuestra mirada al Maestro, a Jesús, para ver cómo fue esa acogida en su acción y ejemplo. Y así, analizando el ejemplo del Maestro, podríamos enriquecernos con muchas de las características de la acogida de Jesús que deberían ser las características de las iglesias que se puedan llamar también iglesias de acogida.

Lo primero es que en la acogida de Jesús había una característica muy importante que o sé si la iglesia la tiene como característica prioritaria en su evangelización, en su deseo de llevar nuevas personas a los pies del Maestro. Esa característica muy propia de Jesús era una predilección específica, especial y prioritaria dirigida hacia aquellos débiles, despreciados, marginados, apaleados de la historia, perdidos e incluso despreciados por los religiosos de la época. Pregunta: ¿Tiene esta predilección tan especial la iglesia hoy? ¿Tiene la iglesia esta línea de acogida como prioritaria?

En segundo lugar, otra característica muy especial es que Jesús no se deja impresionar por aquellos que se creen que por sus propios cumplimientos deberían ser los que más derecho pueden tener para la acogida. Al contrario: El Maestro acoge especialmente a todos aquellos que ellos mismos pensaban que no eran dignos de tal acogida, que jamás podrían ser acogidos por un Dios santo por reconocerse como pecadores empedernidos. Pregunta: ¿Sigue dando la iglesia prioridad en su acogida a aquellos que se creen indignos de ella, o acogen a los que se creen con derecho propio a una acogida especial? La iglesia debe repensarse y reflexionar sobre estas características de la acogida siguiendo los pasos del Maestro al que dice seguir.

En un tercer lugar se podría decir que una característica importante debe ser el saber reparar en la sorpresa de los acogidos. ¿Yo acogido? No soy digno de ser llamado tu hijo, decía el pródigo de la parábola asombrado ante la acogida del padre. Zaqueo también se sorprendió de la llamada de Jesús. La iglesia debe estar atenta a esta reacción ante la acogida que muestran muchos que no se creen dignos de ella. Se debe acoger a muchos que, para nada, esperan ser acogidos.

En un cuarto lugar y resumiendo mucho, la iglesia en su acogida debe evitar el desprecio a los débiles, a los extranjeros, a los proscritos sabiendo que deben tener en cuenta en su acogida la escandalosa frase de Jesús: “Los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios”. Por todo esto, la acogida para la iglesia no es una cuestión fácil y debe planteársela a la luz del Evangelio y de las preferencias y prioridades de Jesús. No acojamos prioritariamente y demos los primeros lugares a aquellos más integrados socialmente y, aparentemente, con un mayor prestigio.

Finalmente, la iglesia también puede acoger a los ricos siempre que éstos se arrepientan y compartan. Esta es la línea neotestamentaria, esta es la línea de Jesús de la cual nos dio ejemplos continuados. Esta sería una forma de liberación integral de los más enriquecidos que, en tantos y tantos casos lo hacen injustamente sin pensar en el prójimo tirado y apaleado a los lados de los caminos de la vida.

Todas estas características de la acogida son necesaria e imprescindibles para que nuestra iglesias sean eso que necesitan ser: Iglesias de un reino que ya está entre nosotros.

Por tanto nuestro deseo de que las iglesias reflexionen y puedan ser iglesias acogedoras siguiendo las líneas marcadas por nuestro Maestro al que debemos seguir, aunque tengamos que entrar por la puerta estrecha y el camino angosto que llevan a la vida.

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