Subvierte, trastoca valores

Si Jesús tuvo que subvertir muchos de los valores vigentes y antibíblicos de su época, yo creo que sus seguidores también debemos seguir esta línea de trastocar o subvertir aquellos valores que son contracultura con los valores bíblicos, los valores del Reino. Jesús contemplaba tanto los valores sociales como los religiosos. Veía las marginaciones, incluso religiosas, basadas en valores que claramente los veía como contracultura en relación con los que serían los valores que irrumpen en el mundo con la figura de Jesús.

Los cristianos tenemos la obligación ante Dios de subvertir y trastocar los valores en contracultura con la Biblia. Sí, muchas veces, los seguidores de Jesús nos encontraremos con valores que hay que subvertir, eliminar, cambiar radicalmente. Pueden ser valores que provengan del hecho de ver la riqueza como prestigio, otros que pueden emerger de religiosos que, en vez de mostrar al Dios de la vida, se echan sobre sus poltronas y, desde allí, pervierten los auténticos valores bíblicos como la sencillez, el respeto a los niños, a veces abusados y vilipendiados. 

Hay que trastocar, hay que subvertir, hay que cambiar valores con nuestras palabras y ejemplos de vida, porque hay en el mundo valores antibíblicos que, sin lugar a dudas, estigmatizan y desprecian a muchos que, al igual que en los Evangelios, se tildan de pecadores desde posicionamientos prepotentes e, incluso, oraciones y reacciones de desprecio como la que se ve en la parábola del Fariseo y el publicano. Jesús subvierte muchos de esos valores, los trastoca para dignificar a la mujer, a los niños, a los sencillos y los ignorantes.

Pregunta: ¿Acaso no hay hoy valores antibíblicos que hay que cambiar porque están en contracultura con el cristianismo con los que nos codeamos a diario? ¿Estamos nosotros trastocando y cambiando esos valores en una batalla sin cuartel como hizo Jesús, incluso condenando los valores religiosos malos e hipócritas de muchos de ellos? Pues cuidado, porque si no, nos podemos hacer cómplices de los que encarnan y dan vida a estos valores en contracultura con el Evangelio. Una gran faceta de la evangelización debe ser la denuncia y el trabajo práctico con vida y ejemplos de vida para hacer que muchos valores en contracultura con los valores bíblicos salten hechos pedazos.

Subvierte, trastoca valores, imita a Jesús en esto. Él trastocó los falsos valores de muchos instalados socialmente y respetados por las élites. Criticó y trastocó valores antibíblicos practicados por muchos considerados socialmente dignos según los parámetros vigentes en aquel tiempo de Jesús. Él supo decir no, y lanzar palabras de condena a los que se creían justificar a sí mismos lanzando condenas sobre otros. 

Muchas veces los pone en evidencia llamando a sus banquetes de bodas, a los banquetes del reino, a aquellos lanzados a los márgenes de la sociedad por la prepotencia de muchos y por la práctica de valores injustos, llamando prioritariamente a los considerados como indignos y pecadores por aquellos prepotentes que se autojustificaban a sí mismos, llamando prioritariamente a los pobres, enfermos y abandonados. 

Subvierte, trastoca valores. Jesús lo hizo. Era una manera de condenar a aquellos integrados y aposentados en valores de desprecio a los humildes, a los pobres, a los considerados por ellos pecadores desde la prepotencia religiosa y la falsa pureza que crían haber alcanzado con sus cumplimientos, ritos y méritos a los cuales Jesús daba la espalda. Era como dar un golpe a tradiciones y costumbres sociales y, peor aún, a comportamientos religiosos falsos que tenían en su interior el concepto de desprecio: “Gracias, Señor, porque no soy como este publicano pecador”.

Tenemos que destruir los valores antibíblicos que están en la sociedad aceptados como buenos. Si no, no hay auténtico cristianismo, no se va a dar la vivencia de una espiritualidad cristiana sana. Estaremos perdiendo metas y objetivos que hay que tener en el seguimiento a Jesús. Hoy es necesario e imprescindible, como en los tiempos del Maestro, cambiar y hacer pedazos los valores en los que se monten sobre la falta de amor, la insolidaridad y el desprecio o rechazo de los débiles. Éstos deberán ser derogados, cambiados, trastocados y destruidos por los auténticos valores del Reino en donde incluso muchos últimos serán los primeros.

Tenemos que aprender a usar y vivir los valores del Reino, tenemos que estudiar y hacer vida en nosotros los auténticos valores de las parábolas del Reino que tenemos en los Evangelios, los valores bíblicos en general. El seguimiento de Jesús no es tan barato, pide compromiso, amor al prójimo y la puesta en marcha de todo lo verdadero y lo honesto que debe ser la levadura en la que se desenvuelvan nuestros trabajos pro llevar al mundo los auténticos valores.