La religión más ética del mundo
El cristianismo, su enseñanza y su práctica, debe ser integral, de cara a la ética bíblica, asumiendo tanto el amor a Dios y el mirar hacia el más allá, como el amor al prójimo.
18 DE FEBRERO DE 2020 · 16:15

Hay que tener cuidado para que las vertientes éticas del cristianismo —pues éste es la religión más ética del mundo, pues el mismísimo concepto de religión está definido en la Biblia de forma ética, unida también a lo trascendente, al mantener se libres de pecado, según se nos muestra en el libro de Santiago, porque nunca se agota en esa vertiente ética (Santiago 1:27)—, así como sus aspectos críticos y denunciadores que se ven muy claramente en los profetas y en el ministerio de Jesús mismo.
Estos aspectos nunca quedan relegados o, en su caso, olvidados, en pro de la vivencia de un cristianismo que, olvidando las facetas ético críticas y denunciadoras que forman parta esencial de las enseñanzas de Jesús, se centre en la vivencia de una espiritualidad de autoconsuelo, sentimental, emocional, subjetiva e individualista, ajemos al compromiso con la ética cristiana y con la denuncia profética.
Si potenciamos en las iglesias un cristianismo de autogoce, de cumplimiento del ritual y de una ética cristiana que se reduce, en muchos casos, a una ética que también se puede llamar de cumplimientos con el templo y con el ritual, acabará olvidándose esa faceta central, esencial y ética del cristianismo que es amor y la misericordia para con el prójimo, como uno de los ejes imprescindibles para una auténtica vivencia de la espiritualidad cristiana.
Debemos rescatar los valores del Reino, que son éticos, solidarios y dignificadores de los más débiles.
El cristianismo que, a veces, se nos muestra como modelo de autoconsuelo y autogoce, sentimental y de disparo de nuestras emociones de espaldas a las problemáticas en las que se encuentra atrapado nuestro prójimo, nos va a llevar al olvido, tanto de los valores éticos como de la denuncia de la injusticia, en relación con los grandes temas que nos enseña la Biblia a aquellos que quieren ser seguidores de Jesús: El prójimo sumido en pobreza, en exclusión, las injusticias, las opresiones de los fuertes sobre los más débiles y los sufrimientos de los grandes desclasados del mundo, los abandonados y los maltratados.Por tanto, siguiendo estas líneas de disfrute insolidario de la espiritualidad, de espaldas a la ética cristiana, no vamos a llegar nunca a ser críticos contra los acumuladores injustos de este mundo, con los opresores, con las políticas económicas que oprimen a los débiles, con las estructuras de maldad y de pecado que atrapan a tantas y tantas personas que son nuestros prójimo, con el hambre, con los extranjeros en desventaja social y económica que tienen que huir como refugiados o, en su caso, como migrantes económicos, con la feminización de la pobreza, con el uso de los niños como trabajadores explotados y mal pagados y, en su caso, también explotados sexualmente, con los niños de la calle, con los que se mueren por falta de medicinas o agua potable y con un largo y casi infinito etcétera.
Fuera de las vertientes éticas del cristianismo, de la religión cristiana, seremos seres acríticos contra toda política injusta y contra toda cultura que asuma valores antibíblicos que pondrán a miles y miles de personas en la situación de estar alimentados por valores que están en contracultura con el Evangelio. El cristianismo, su enseñanza y su práctica, debe ser integral, de cara a la ética bíblica, asumiendo tanto el amor a Dios y el mirar hacia el más allá, como el amor al prójimo y el estar arraigados en la tierra como personas que se dan a la misericordia, al servicio y a la liberación de aquellos que han caído en las trampas de las políticas injustas o, en su caso, de los injustos acumuladores del mundo que lo sumen en un lugar desequilibrado y lleno de dolor.
Yo creo que el mundo, la sociedad, espera de los cristianos que aporten elementos éticos que puedan ir leudando tanto la masa social, como la política, como la económica. No cabe duda que las enseñanzas de Jesús dan un gran aporte ético a la vida pública, un plus de ética cristiana que puede llegar a reducir los grandes desequilibrios económicos del mundo, así como denunciar todas las situaciones inhumanas que oprimen y hacen sufrir al prójimo que, en tantas ocasiones, se nos muestra como el apaleado, robado y tirado al lado del camino como ocurre en la parábola del Buen Samaritano.
Tanto la vida política, como la social, la económica y muchos de los valores culturales que se dan en el mundo como contracultura a los valores del Reino, necesitan un plus de ética que, indudablemente, debe y pude emanar de la práctica de un cristianismo comprometido también con el mundo y con el hombre que sufre en un mundo en donde la injusticia, el despojo, la desigualdad, la pobreza y los grandes desequilibrios afectan a la mayor parte de la humanidad. El cristianismo debería ser, desde la vivencia de la ética cristiana, crítico y denunciador de estas situaciones, y mostrar toda una vertiente de compromiso social basada en los valores bíblicos, en los valores del Reino.
Debemos renunciar a algo de nuestro autogoce y disfrute en nuestros cómodos lugares de culto, para lanzarnos al mundo como manos tendidas que ofrecen ayuda, servicio y práctica de la misericordia. Si no, creo que quedarán siempre muchas dudas de que estemos en la línea de la práctica de la auténtica espiritualidad cristiana. El cristianismo no se puede vivir nunca de espaldas al prójimo que sufre. Caería en el pecado, tanto de omisión como de abandono de la persona que nos necesita.
El mundo necesita el aporte espiritual, ético y de denuncia crítica que solamente los cristianos pueden hacer con total garantía. Hemos de rescatar los valores del Reino que son valores éticos, solidarios y dignificadores de los más débiles. Solamente así, podremos ser sal y luz en medio de un mundo de dolor en donde se dan tantos y tantos gritos de angustia a los que nunca debemos dar la espalda, sobre todo aquellos que decimos seguir a Jesús, a nuestro Maestro que anduvo por el mundo haciendo bienes.
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - De par en par - La religión más ética del mundo