Corona de adviento

Mirad la Corona de Adviento. Os indicará que el Señor se acerca para habilitaros como agentes del reino, agentes de liberación como debe ser todo discípulo del Señor.

16 DE DICIEMBRE DE 2014 · 22:24

Corona dell'avvento / nociveglia (flickr-CC BY 2.0),adviento
Corona dell'avvento / nociveglia (flickr-CC BY 2.0)

Es cierto que la corona de hojas verdes perennes con sus velas, como otras tradiciones que ha aprovechado el pueblo cristiano, es de origen pagano. Su simbolismo era como una petición o ruego de los humanos al sol que nos alumbra y que nos calienta, para que, durante el largo y frío invierno, también tuviera momentos en los que regresara con su luz, para que nos iluminara y nos transmitiera su alegría y su calor. 

Siguiendo estas líneas paganas, como en el largo invierno se espera al sol que nos alumbre, así pensaron los cristianos que debería ser en la espera del Señor, espera de la luz que nos debe llegar, espera progresiva que se debe reflejar en los cuatro domingos de Adviento previos a la celebración del nacimiento de Jesús, de la Navidad. Así, los cristianos acogieron esta corona y la llamaron corona de Adviento en la que cada domingo se encendía una luz esperando esa otra gran luz que se iba a recibir con la llegado del Salvador.

Muchos evangélicos, incluidos evangélicos españoles, usan este simbolismo que va iluminando con sus velas, progresivamente, en la medida que el Salvador se acerca al mundo, encendiendo una vela cada domingo. Es la práctica de la espera del Señor en tiempos de Adviento.

Yo no me aferro al uso de la corona para la celebración de la espera de Jesús, pero no veo nada malo en usar este simbolismo si nos ayuda para prepararnos para la venida del Señor que será cuando, realmente, irrumpa de lleno la luz de Dios en el mundo y ya no sea necesario el encendido de esas velas de luz tenue y mortecina, pero que significan el estar despiertos, en vela, preparándonos para recibir la llegada de Dios al mundo.

Es muy frecuente que alrededor de esta corona y de estas velas encendidas se lean las profecías, que eran realmente las anunciadoras de que Dios se va a acercar al mundo y que todo quedará iluminado con su presencia. Una de las profecías de Adviento, o que más se leen en este tiempo prenavideño es ésta: “El pueblo que andaba en tinieblas, vio gran luz”. Luz que debe iluminar a un mundo en tinieblas y abatido por las crisis económicas, la corrupción, las desmedidas acumulaciones de bienes por parte de algunos, el escándalo de que los ricos sean cada vez más ricos y, como consecuencia, los pobres sean cada vez más pobres. Todas esas tinieblas deberían disiparse con la gran luz que se aproxima en tiempos de Adviento, la luz anunciada para que los que anden en las tinieblas de la opresión y el robo en un mundo que ha caído en manos de ladrones ciegos y guías de ciegos, puedan ser iluminados con la bendición de lo alto.

Esta gran luz anunciada en días lejanos, pero con el sabor del Adviento, hará que el mundo se alegre delante del Señor como en los días de la siega (ver Isaías 9). Dios se anuncia, la gran luz iluminará el mundo, el Señor vendrá para quebrar los pesados yugos que se quieren colocar en los hombros de los más débiles, para romper el cetro de los opresores. Ha de llegar el momento en que “lo dilatado del imperio del Señor y la paz no tendrán límite”.

Si la Corona de Adviento nos sirve para celebrar esta espera con alegría esperando la gran luz que deje pequeño el resplandor de las velas de esta corona que van indicando progresivamente que el Señor se acerca, no tengamos ningún reparo en colocarla en nuestras casas, en nuestras iglesias, en ir encendiendo sus velas como prueba de la cercanía del Señor.

¡Escuchad pobres de la tierra! ¡Sufrientes del mundo! Estad expectantes en la búsqueda de los nuevos signos a los que nos quiere llevar el tiempo de Adviento. Las crisis os azotan, se están frenando el desarrollo de muchos derechos humanos en muchas áreas, sigue habiendo desahucios, niños que pasan hambre incluso en España —recordamos que en estos tiempos de Adviento se van a cerrar muchos comedores escolares—, muchos, aun teniendo trabajo, tienen que pedir ayudas sociales para dar de comer a sus hijos y están en pobreza energética en este frío invierno, sigue todo el mundo de los sin techo, del sinhogarismo… sigue habiendo opresión, marginación, pérdida de derechos. Pero las noticias son buenas: Se acerca la gran luz.

 

Advent crown / Juls (flickr - CC CC BY-NC-SA 2.0)

¡Cristianos del mundo! Dejad que esa luz os ilumine también a vosotros para que os convirtáis en manos tendidas de ayuda, las manos del Señor que se mueven en medio de un mundo podrido por corrupciones y malignas e injustas acumulaciones. Mirad la Corona de Adviento. Os indicará que el Señor se acerca para habilitaros como agentes del reino, agentes de liberación como debe ser todo discípulo del Señor. 

Recordemos todos, sea ante la Corona de Adviento o en la oscuridad y el silencio de nuestra habitación, que “el pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz”. Dejaos iluminar para ser instrumentos de paz y de justicia en esta época de espera. Si os dejáis iluminar por la Corona de Adviento, os puede ser una ayuda visible y práctica del progreso del tiempo de espera hacia el tiempo del cumplimiento. El Señor cumple sus promesas y vendrá para que los pueblos puedan pasar de las tinieblas y contemplar la gran luz. 

Pero recordad: Quizás Dios quiera usar a sus hijos para que esta luz se expanda por el mundo destruyendo las fuerzas de las tinieblas, de las potestades de la oscuridad. Trabajad para que se cumpla la profecía, convertíos en instrumentos en las manos del Señor para que se pueda afirmar que “El pueblo que andaba en tinieblas, vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos”. 

Ojalá que muchos nos podamos sentar ante la Corona de Adviento en actitud de escucha reverente que incluya tanto la escucha de lo que Dios tiene que decirnos, como la escucha del sonido del clamor y del gemido de los marginados del mundo, de los oprimidos, de los que no reciben la influencia benefactora de la gran luz que se acerca al mundo, porque hay agentes de las tinieblas que quieren ocultar esta luz. No podrán, menos aún si Dios cuenta con su pueblo, pues, aunque no sepamos bien el porqué, Dios quiere actuar también a través de sus criaturas.

¡Cristianos del mundo! Preparad vuestra corona de Adviento con la tenue luz de sus velas que se van encendiendo progresivamente, pero que anuncian que se acerca la gran luz. Regocijaos con la lectura de las profecías. Permaneced a la espera hasta que podáis gritar con toda la fuerza de vuestros pulmones: “Regocíjate y canta, oh moradora de Sion, porque grande es, en medio de ti, el Santo de Israel”.

Es entonces cuando podréis gritar también con voz de trompeta: ¡Dios ha cumplido! La gran luz se ha acercado disipando las tinieblas. Quizás, en esos momentos, ya no será necesaria la presencia de la Corona de Adviento, aunque muchos la mantienen todo el periodo navideño. El mundo ya estará iluminado por la gran luz que es Jesús mismo. Es entonces cuando las cuevas de ladrones quedarán al descubierto mientras que los cristianos podamos unir a los gritos de espera de Jesús el grito por justicia para los pobres y oprimidos de la tierra. 

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - De par en par - Corona de adviento