‘Salmo 13’, de Juan Carlos Martín Cobano
Me complace hacer conocer este texto de este excelente escritor cristiano, leído en Salamanca durante el X Encuentro Cristiano de Literatura.
27 DE JUNIO DE 2019 · 20:00
El pasado 6 de abril se celebró el X Encuentro Cristiano de Literatura, en un acto realizado en el Aula Magna de la Facultad de Filología de la Universidad de Salamanca. Este encuentro, organizado por la Asociación Cultural Evangélica Jorge Borrow, contó con el apoyo de TIBERÍADES, Red Iberoamericana de Poetas y Críticos Literarios Cristianos.
Aquí uno de los poemas presentados para el Encuentro, donde también se hizo entrega del Premio Jorge Borrow de Difusión Bíblica 2019 a José Luis Andavert. Es poema es de Juan Carlos Martín Cobano (Carmona, 1967), filólogo, editor, librero, traductor y misionero (no necesariamente en ese orden) de origen andaluz y formación catalano-aragonesa. Ha impartido talleres y dictado conferencias en distintos países con la Asociación Latinoamericana de Escritores Cristianos (ALEC), es asiduo del encuentro Los Poetas y Dios (Toral de los Guzmanes, León), del Encuentro Cristiano de Literatura (Salamanca) y del Encuentro de Poetas Iberoamericanos (Salamanca). Fundó una librería y una pequeña editorial, Setelee, pero se gana la vida como freelance para distintas editoriales estadounidenses. Hasta enero de 2018 fue secretario general de Alianza de Escritores y Comunicadores Evangélicos (ADECE) y en la actualidad es secretario general de la TIBERÍADES, Red Iberoamericana de Poetas y Críticos Literarios Cristianos. Poemas y textos suyos se encuentran en las antologías ‘Los frutos del árbol’ (2015), ‘Explicación de la derrota’ (2017) y ‘Por ocho centurias’ (2018).
Salmo 13
Para F., H. y familia
Pido permiso para apretar los puños,
para agarrar piedras de aristas infinitas y desmenuzarlas en polvo de grana y negro.
(Podría disolver peñascos de diamante con la furia de esta desazón sin cabeza).
Deja que agarre todas las hipérboles, que las apriete clavándolas en mi pecho.
Dame tregua para comerme todas las alharacas de huecos ancestrales,
para chapar con toda la estridencia las cancelas desde lo alto.
Concédeme, te ruego, aferrarme a ese hilo de concertina,
tirar de él con fuerza, que caiga la sangre en mi boca, en tu suelo.
Quiero, por una vez aunque sea, berrear como un crío,
molestar con mocos tu regazo.
Mañana, consentido quizás, volveré.
Mañana sabré hasta cuándo.
Abandonaré la mística de la vaca que mira el tren pasar.
Conoceré.
Cantaré.
Creo.
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Barro del Paraíso - ‘Salmo 13’, de Juan Carlos Martín Cobano