“No hay pelea entre ciencia y fe, sino una lucha entre dos maneras de ver el mundo”

Jaime Fernández publica ‘Detrás de cada puerta’, donde presenta la búsqueda de respuestas a las preguntas fundamentales de la vida desde la ciencia y la fe.

Daniel Hofkamp

18 DE MAYO DE 2023 · 13:28

Jaime Fernández, escritor y comunicador.,
Jaime Fernández, escritor y comunicador.

Siempre hay algún momento en la vida en el que las personas, sin importar su origen, cultura o educación, se plantean las grandes preguntas. Desde las grandes mentes a los más sencillos, todos queremos encontrar alguna respuesta a los orígenes de la vida, el sentido de la existencia o si hay algo más allá de la muerte.

Partiendo de estas preguntas, examinando las distintas respuestas que nuestra cultura ofrece, Jaime Fernández se acerca a ellas para indagar, en un libro donde abunda el asombro y las grandes cuestiones se hacen accesibles a lectores no expertos. El autor encuentra coherencia entre lo que la ciencia propone, en sus grandes avances en los últimos años, y las respuestas que se hallan en un la figura de un creador que se ha revelado no solo a través de la naturaleza, sino también en la persona de Jesús.

Pregunta. Hemos leído libros tuyos de deportes, de cine, de música, pedagogía o devocionales. Pero ahora encontramos este en el que te acercas a temas científicos. ¿De dónde surge tu interés por este tema?

Respuesta. Bueno, no hay nada más importante en la vida que conocer a Dios, de hecho, el mismo Albert Einstein dijo una vez que lo que realmente quería en su vida era llegar a comprender la mente de Dios. El Creador nos habla a través de su hijo, Jesús, a través de su Espíritu, y a través de su Palabra escrita, la Biblia, pero también lo hace a través de la naturaleza porque en ella deja impresa su creatividad y parte de su carácter, y su fidelidad y amor hacia nosotros. Esa necesidad de conocer a Dios por todos los medios posibles y de la mejor manera posible es el objetivo de nuestra vida.

 

P. ¿Qué fue lo que te motivó a escribir este libro?

R. La propia capacidad que Dios nos dio para razonar y pensar. El libro es solo un paso más en la investigación científica, es llegar al límite al que nuestra razón pueda llegar. Es impresionante que más de un setenta por ciento de los premios Nobel en las diferentes apartados científicos en los dos últimos siglos son creyentes declarados. Por otra parte, todas las conversaciones con Miriam, mi mujer, a lo largo de nuestros años de matrimonio, me han enseñado mucho en cuanto al carácter de Dios al examinar la naturaleza (Miriam es Licenciada en Ciencias físicas).

Tampoco debemos olvidar que gran parte de los ejemplos que Jesús usó para explicar lecciones espirituales estaban basados en la naturaleza, así que conocer la creación de DIos nos ayuda no solo a conocerle más a Él, sino también a comprender muchas cosas en cuanto al evangelio y la manera en la que Dios se expresa. Investigar la creación es profundizar en el conocimiento del amor y la creatividad de Dios.

“No hay pelea entre ciencia y fe, sino una lucha entre dos maneras de ver el mundo”

Detrás de cada puerta (Clie, 2023).

P. ¿Para quién has escrito el libro? ¿Piensas en personas creyentes que puedan fortalecer sus argumentos para defender su fe, o quizá también en personas no creyentes a quienes pueda ayudarles a pensar sobre Dios, su existencia y relevancia?

R. El libro está escrito en primer lugar para aquellos que no creen. De hecho la argumentación siempre va al fondo de cada situación, paralelamente a lo que la Biblia dice, porque podemos llegar a razonar sobre la existencia de Dios de una manera independiente a su Palabra. Pablo explica en su carta a los Romanos en el capítulo uno, que la existencia y el carácter de Dios son visibles a través de la creación, y eso es algo que parece que hemos olvidado en los últimos tiempos. Por eso el libro también llega al corazón de todos los que creen, porque nos ayuda a afirmarnos en características de nuestro Padre Celestial que muchas veces nos suenan simplemente “espirituales” y son mucho más que eso: por ejemplo, cuando leemos en la Biblia que Dios es fiel, por la naturaleza comprendemos que esa fidelidad es la base de todo; debido a la fidelidad de Dios sabemos que las leyes de la naturaleza permanecen y ¡esa es la razón por la que podemos hacer investigaciones científicas! Porque Dios dejó establecido todo de una manera que las leyes se sostienen por su palabra. Encontramos docenas de aplicaciones así a lo largo del libro, de tal manera que, todo lo que leemos en la Palabra de Dios, lo corroboramos al examinar la naturaleza, y todo lo que aprendemos por medio del estudio del universo, nos acerca más al Creador.

Esa debatida pelea entre ciencia y fe no lo es tal en la realidad, sino una lucha entre dos maneras de ver el mundo: o creemos en un Creador o lo desechamos; pero tanto creyentes como no creyentes usan tanto la ciencia como la fe.

 

P. En el libro examinas las grandes preguntas de la humanidad y cómo se acerca la ciencia a ellas, ¿hasta dónde puede llegar la ciencia para responder estas preguntas?

R. Dios nos regaló la razón para usarla, pero la razón por definición siempre se queda a las puertas de lo espiritual porque por sí misma no puede llegar más allá. Y al hablar de lo espiritual no me refiero solamente a la manifestación de la existencia De Dios, sino también a muchos referentes espirituales que usamos en el día a día y no podemos medir con la razón, como la paz, el contentamiento, la comprensión o la libertad, por poner ejemplos muy simples. Lo que sí podemos hacer con la razón es llegar hasta el máximo posible en el estudio, es decir, usarla para encontrar los mejores argumentos posibles en cada una de las ciencias.

Cuando las examinamos todas, nos damos cuenta de que podemos llegar “más allá de toda duda razonable” a la existencia de Dios. De la misma manera que ante un tribunal puede haber un testimonio que no sea completamente definitivo de un determinado hecho, pero si tenemos veinte testimonios reales sobre un determinado hecho, se puede tomar una decisión porque no hay dudas razonables sobre lo que hemos escuchado. Cuando investigamos sobre la existencia de Dios, nuestra razón nos lleva a Él, sea cual sea el camino que tomamos.

 

P. El título sugiere que no hay contradicción entre la ciencia y Dios, si es así, ¿por qué tantas personas consideran que la idea de Dios va en contra de la investigación científica?

R. El título del libro es una conocida frase de Albert Einstein: “Dios está detrás de cada puerta que la ciencia abre”. No se sabe exactamente la razón por la que el científico la dijo. Algunos explican que es porque Einstein sabía que el Creador siempre estaban ahí, pero aquellos que no creen en Dios aseguran que Albert lo decía porque todos veían a Dios por todas partes. Lo que sí es seguro es que Albert Einstein afirmó en varias ocasiones que estaba cansado de que los ateos le usaran para sus argumentos. Ël sabía que había un Creador, con lo que no estaba conforme es cómo el ser humano había usado a ese Creador de una manera religiosa.

Creo que esa es una parte importante del problema, cuando nos volvemos religiosos y dejamos de pensar. De hecho, hay un capítulo en el libro dedicado también a los problemas ocasionados por la religión.

Lo mejor que podemos hacer es examinar todo lo que Dios ha dicho y hecho para conocerle mejor. Cuanto más le conocemos, mejor podemos amarle y más nos admiramos por cómo es. Él vive en dimensiones que ni nos podemos imaginar, y la mejor manera de vivir es admirandole, amándole y siendo humildes en cuanto a lo que conocemos de Él, porque la aventura de conocerle es la mayor aventura en la vida.

 

P. Tomando también otro punto de vista: ¿hay a veces en las personas religiosas un temor a que la ciencia avance? ¿es un temor infundado o tiene sentido?

R. Desgraciadamente sí, e incluso hay muchas personas que no quieren investigar. Afortunadamente, desde hace varios siglos, los más grandes investigadores en la historia de la humanidad han sido profundamente creyentes, y lo mismo ocurre en el día de hoy. Gracias a esos creyentes que quisieron llegar al fondo de todo lo que Dios ha creado, hoy tenemos una vida mejor. No podemos ir diciendo por ahí que no es bueno estudiar, para más tarde tomar un avión para dar conferencias en el otro extremo del mundo o ir a un hospital cuando necesitamos ayuda. La investigación es un regalo de Dios, y gracias a muchas personas que lo ven así hemos avanzado en muchas facetas de la vida.

El propio Luis Pasteur, el gran pionero de la medicina moderna y la microbiología, aseguraba que “un poco de ciencia nos aleja de Dios, pero mucha ciencia nos acerca a Él”. Es una frase genial, porque a veces algunas personas al estudiar cuatro cosas comienzan a decir que Dios no existe (como si el hecho de estudiar algo te diera algún dominio sobre lo que estudias), pero cuando realmente profundizas en cualquier ciencia, sea cual sea, te das cuenta de que todo está diseñado de una manera tan extraordinaria que el azar es imposible, por decir algo muy simple para comenzar.

La maravilla del carácter de Dios, revelado incluso en los últimos años en el estudio de la física cuántica (física de partículas), es tan extraordinario que hasta físicos ateos han comenzado a hablar de la “espiritualidad” de la física; descubriendo situaciones que no podían ni imaginarse hace solo treinta años.

Por eso, cuanto más investiguemos y más avancemos en el mundo de la ciencia, más nos encontraremos a las puertas de lo admirable, de lo asombroso, de lo que sobrepasa todo lo que imaginamos: nos encontramos siempre ante el Creador.

 

‘Detrás de cada puerta’ ha sido publicado por Editorial Clie, 2023.

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