La grandeza del universo

Solo Dios puede vernos e interesarse por cada uno de nosotros a pesar de nuestra pequeñez.

12 DE FEBRERO DE 2023 · 10:00

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magen de un cúmulo estelar de la Vía Láctea llamado Westerlund 2. Posee algunas de las estrellas más calientes, brillantes y con mayor masa que se conocen. Está a una distancia de unos 20 000 años luz de la Tierra. / Wikipedia.

Actualmente nadie sabe qué tamaño tiene el cosmos. Se cree que es tan inmenso que la mayor parte del mismo está mucho más lejos de lo que nuestros actuales telescopios y otros medios tecnológicos son capaces de detectar. A pesar de la increíble rapidez a la que viaja la luz -que es la que aporta la principal información del universo- es posible que existan regiones tan alejadas de la Tierra que todavía no conozcamos, sencillamente porque su luz aún no nos habría llegado. De acuerdo con la teoría del Big Bang, el cosmos que hoy se puede ver y estudiar podría ser sólo una pequeñísima parte del universo total y esto permite pensar que quizás el ser humano nunca pueda llegar a conocerlo en su totalidad. 

No obstante, ¿sería posible calcular el tamaño de esa parte del cosmos que sí podemos ver? Los cosmólogos creen que el universo tiene una edad de 13 800 millones de años. Esto significa que la esfera del mismo tendría un radio de 13 800 millones de años luz y, por tanto, cualquier planeta o estrella que estuviera más allá de este radio no podría ser visto porque -como decimos- su radiación aún no nos habría llegado. Sin embargo, calcular el radio del universo observable no es tan fácil, debido a que éste se está expandiendo y cambia continuamente de tamaño. La luz que nos llega de las galaxias es aquella que emitieron hace años, cuando estaban más cerca de nosotros. Pero, según la expansión, hoy se encuentran ya mucho más lejos. De manera que el tamaño del cosmos debe ser mayor que lo indicado por los cálculos anteriores. En base a los ritmos de expansión medidos, se cree que el universo que podemos ver debe tener un radio de unos 47.000 millones de años luz.[1] Casi tres veces y media más que la cifra anterior. Aunque, como decimos, este universo observable sería solamente una pequeña parte de todo el cosmos. 

La expansión del universo no sólo aleja unas galaxias de otras sino que también genera la aparición de espacio. Se puede decir que el espacio crece o se “estira” entre los distintos cuerpos celestes, allí donde antes no había espacio. De manera que la expansión del cosmos está continuamente creando nuevo espacio. A veces, se pone el ejemplo de un globo que se está inflando y poco a poco aumenta la superficie de la goma. Si el cosmos es como la superficie del globo, es fácil ver que no existe ningún centro o lugar desde donde se haya empezado a expandir. Todos los puntos son iguales y la distancia entre ellos crece aceleradamente. Como la creación del universo supuso también la creación del espacio, el cosmos no pudo iniciarse en un punto concreto, puesto que el espacio aún no existía. Por tanto, según la teoría del Big Bang, el universo no tiene centro. Desde tal perspectiva, las antiguas pretensiones de habitar en el centro físico del universo, carecen de sentido. 

Vivimos en un mundo inmenso, extraordinario y misterioso del que nuestros cuerpos materiales forman parte. No podemos salir del mismo para contemplarnos desde afuera. Solo Dios puede vernos así e interesarse por cada uno de nosotros a pesar de nuestra pequeñez. Según la Biblia, nos hizo poco menores que los ángeles, nos coronó de gloria y honra, enviándonos además a Jesucristo para salvarnos del mal y de nosotros mismos

 

Notas

[1] Català Amigó, J. A. 2021, 100 qüestions sobre l’Univers, Cossetània, Barcelona, p. 27. 

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