Si Dios es omnipotente, ¿podría crear una piedra tan grande y pesada que Él mismo no fuera capaz de levantar?

Se trata de una pregunta aparentemente simple pero que esconde una paradoja engañosa, basada en una mala interpretación de la omnipotencia divina. Generalmente, lo que se pretende al formularla es demostrar la incoherencia e inexistencia de un Dios que todo lo puede. Si se responde afirmativamente, diciendo que el creador sí podría crear dicha roca, entonces se está admitiendo también que Dios es incapaz de levantarla, luego no sería omnipotente. Si, por el contrario, se responde negativamente, se está diciendo también que es incapaz de crear algo tan simple como una enorme y pesada piedra. De manera que se diga lo que se diga parece que Dios no pueda ser omnipotente y, por tanto, su existencia se vería socavada.

No obstante, el error implícito en esta pregunta es el de suponer que Dios puede hacerlo absolutamente todo, incluso aquellas cosas incoherentes, absurdas o sin sentido. Según dicha definición deficiente de la omnipotencia, el creador podría hacer paradojas imposibles como círculos-cuadrados, solteros-casados, muertos-vivientes, mitades-enteras, existentes-inexistentes o que dos más dos sumaran cinco, en vez de cuatro. Pero nada de esto tiene sentido en la lógica divina ya que hay cosas contrarias a su propia esencia sobrenatural y que, por tanto, Dios no puede hacer. Si el creador realizara tales contrasentidos, estaría actuando contra sí mismo y nos estaría engañando. Hay acciones que la omnipotencia divina no puede llevar a cabo de ninguna manera como mentir, ser injusto, equivocarse, dejar de amar, inducirnos al mal, pecar o aprobar el pecado, contradecirse, cansarse, dejar de ser, etc. Sin embargo, nada de esto le impide seguir siendo un Dios todopoderoso y misericordioso. La definición bíblica de omnipotencia divina es la de un poder ilimitado e infinito empleado para realizar su eterna voluntad, no para hacer aquellas ocurrencias que se generen en mentes humanas escépticas que intentan demostrar su inexistencia.

La Biblia enseña que Dios, un ser infinito y sobrenatural, creó un universo finito y natural. Esto implica que ningún ser físico de la naturaleza creada podrá jamás cuestionar o superar su omnipotencia divina. Es imposible concebir una piedra del mundo natural que sea mayor que el poder infinito de un Dios sobrenatural. Esto es algo que carece de sentido pues nada creado puede vencer o sobrepasar a su creador. Es una locura intentar retar a Dios con una roca material por muy pesada que ésta sea. Y, de la misma manera, es absurdo responder a una pregunta absurda, contradictoria y falaz que empieza asumiendo una presuposición equivocada. La Palabra de Dios dice al respecto: “Nunca respondas al necio de acuerdo con su necedad, para que no seas tú también como él. Responde al necio como merece su necedad, para que no se estime sabio en su propia opinión” (Pr. 26:4-5).