Coronavirus, ¿evolución o diseño?

Hasta ahora, todos los análisis indican que el Covid-19 no es un virus manipulado por el ser humano o una construcción de laboratorio. 

02 DE ABRIL DE 2020 · 16:30

Foto de <a target="_blank" href="https://unsplash.com/@kellysikkema?utm_source=unsplash&utm_medium=referral&utm_content=creditCopyText">Kelly Sikkema </a> en Unsplash.,
Foto de Kelly Sikkema en Unsplash.

Durante estos trágicos días, algunos siguen manteniendo que el Covid-19 pudiera ser el producto de un deliberado diseño humano en algún laboratorio desconocido. Otros, especifican aún más y sugieren que dicho virus podría haberse escapado accidentalmente del Instituto de Virología de Wuhan.

No obstante, hasta ahora, todos los virólogos que han investigado la estructura molecular de este coronavirus han llegado a la misma conclusión: no hay evidencia científica que respalde esta afirmación ya que todos los análisis indican que no es un virus manipulado por el ser humano o una construcción de laboratorio. 

Por tanto, ¿es el Covid-19 producto de la evolución o ha sido siempre así, permaneciendo inactivo hasta hoy en el interior de ciertos animales? ¿Podría el Covid-19 haber evolucionado a partir de otro coronavirus por simple mutación y posterior selección natural? Cualquiera de los dos escenarios es posible. En el caso de que hubiera mutado (de lo cual no hay más que evidencia indirecta en su ácido nucleico) esto sólo apoyaría la idea de microevolución que, como es sabido, no demuestra la macroevolución requerida por el darwinismo.

Conviene tener en cuenta que los virus no son seres vivos, sólo fragmentos de ADN o ARN envueltos en una geométrica cápsula de proteínas. Carecen de metabolismo o cualquier proceso químico necesario para la vida. No se reproducen sino que usan los materiales de las células vivas para hacerlo. ¿Cómo podría la selección natural actuar sobre los virus, seres incapaces de reproducirse por sí mismos? El concepto de “especie biológica” tampoco se puede aplicar de la misma manera a las distintas clases de virus. 

Pero, a pesar de todo esto, incluso si la selección natural pudiese actuar de alguna manera sobre los virus, la supuesta evolución del Covid-19 sería ejemplo de microevolución. Pequeños cambios menores en el interior de las ‘especies’ existentes. El problema es que el darwinismo no pretende sólo explicar cómo cambian los organismos en el tiempo sino, sobre todo, cómo se originaron. En El origen de las especies, Darwin pretendió aclarar cómo se produjo la macroevolución, es decir, el origen de nuevos órganos, nuevos planes corporales y nuevas especies. Y esto, hoy por hoy, está todavía pendiente de ser demostrado. Aunque el virus en cuestión hubiera mutado, dicho cambio no confirmaría la evolución general.

Habitualmente se suele decir que en biología nada tiene sentido si no es a la luz de la teoría de la evolución. Ahora bien, ¿qué relevancia tiene el estudio de la supuesta evolución del coronavirus para combatir la pandemia que ha generado? ¿Se está teniendo en cuenta su supuesto origen evolutivo para actuar en medicina, un campo tan íntimamente relacionado con la biología? Lo cierto es que ninguna de las medidas sanitarias que se están tomando actualmente depende para nada de la teoría evolutiva. La cuarentena (término extraído de la Biblia), con el fin de evitar la propagación de enfermedades, se empezó a practicar ya en el siglo XIV. A partir del año 1790, el llamado padre de la inmunología, Edward Jenner, salvó a miles de personas vacunándolas contra la viruela. En 1847, el cirujano y obstetra húngaro, Ignác Semmelweis, demostró que lavarse frecuentemente las manos (curiosamente esto también está en la Escritura) reducía la mortalidad provocada por las enfermedades de carácter infeccioso. Pocos años después de la publicación de El origen de las especies (1859), los médicos empezaron a administrar oxígeno a aquellos pacientes que experimentaban dificultades para respirar, pero esto se hizo en base a consideraciones clínicas y fisiológicas, no a ninguna idea evolucionista.

En fin, el día que se consiga una vacuna contra el COVID-19 (y ojalá sea pronto), ésta se habrá logrado a partir del esfuerzo, la inteligencia y el diseño intencionado de virólogos, genetistas, bioquímicos y médicos, no de ninguna investigación de la biología evolutiva. 

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - ConCiencia - Coronavirus, ¿evolución o diseño?