Sin tiempo para compadecerse
Aun en los momentos más difíciles de su vida, el Salvador nos enseña que la autocompasión no sirve de nada.
14 DE JULIO DE 2025 · 16:45

«Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos». (Lucas 23:28)
Sé que todos pasamos momentos difíciles, pero déjame decirte que, cuando sufrimos, hay algo que nos encanta hacer y es compadecernos de nosotros mismos. Es cierto que queremos vencer el sufrimiento, pero siempre nos gusta que nos digan «pobre, mira por lo que está pasando, fíjate qué situación tan difícil». Parece como si eso nos hiciera sentir bien.
El Señor Jesús cuando iba a la cruz y las mujeres lloraban por él, les dijo: «no lloréis por mí, llorad por vosotras y por vuestros hijos». Aun en los momentos más difíciles de su vida, el Salvador nos está enseñando que la autocompasión no sirve de nada, que realmente cuando estamos sufriendo, lo mejor que podemos hacer es preocuparnos por otras personas y dejar de mirarnos a nosotros mismos.
Sí, el sufrimiento sigue siendo el mismo y quizás no tenga solución. Puede que tengamos que ir a la cruz como el Señor, pero podemos ayudar a otros y, en lugar de pensar que todos deben compadecerse de nosotros, podemos buscar a otros que necesiten ayuda. Por muy poca fuerza que creamos tener, siempre habrá personas que nos agradecerán nuestro cariño. Siempre podremos consolar a otros.
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Con otro ritmo - Sin tiempo para compadecerse