Restaurando cada pedazo de tu corazón

«Pero la vasija que estaba modelando se le deshizo en las manos». (Jeremías 18:4)

Creo que casi todos recordáis la historia en la que Dios le dice al profeta Jeremías que vaya a donde está el alfarero trabajando y haciendo todo tipo de utensilios. Hay un momento en el que uno de los vasos se rompe y, en lugar de tirar los pedazos, el alfarero los vuelve a tomar para hacer uno nuevo. La lección que Dios le pide al profeta que escriba es que él puede hacer lo mismo con nosotros.

Esa idea de que Dios no tira los pedazos rotos es increíble. Dios no nos rechaza. Dios no tira nada a la basura como nosotros, él toma todo lo que aparentemente es inútil para rehacer nuestra vida. Él nos recompone, nos restaura por completo siempre. Él no nos abandona.

¿Quieres que Dios restaure tu vida? Entrégale todos los pedazos, no le escondas nada. No pienses que hay algo de ti que él no puede renovar y restaurar. Pon toda tu vida en sus manos y él hará un vaso nuevo.