El honor de Dios
Dios escogió lo mejor para todos, no para sí mismo.
24 DE JULIO DE 2023 · 17:14
Hablamos en otro momento en cuanto a la obra colosal que supuso que Miguel Ángel pintase todo el techo de la capilla Sixtina con motivos de la Biblia. Algo que no todos saben es que hizo un autorretrato en la escena de la conversión de Saulo: utilizó su propio rostro para componer el del apóstol, y de esa manera, el artista reconocía su necesidad de Dios y la transformación que el Señor Jesús hizo en su vida cuando se encontró con Él. En su diario personal escribió:
“Solo tu sangre lave y toque mis culpas
y más abunde, puesto que soy más viejo,
en pronta ayuda y en perdón completo”.
Son las palabras de un artista que reconoce no sólo como pasa la vida, sino también cómo, cuanto más vivimos, más nos damos cuenta de nuestra debilidad… y del honor de Dios.
Sí, porque aunque nadie se lo exigía, Dios “defendió” su carácter luchando contra lo que no era justo de nuestro carácter. Permitió que su amor se desbordara, aunque su honor fuera manchado por todos los que, no sólo nos rebelamos contra su gracia, sino que también terminamos considerándole nuestro enemigo. El hizo lo que jamás habríamos imaginado ¡Lo que nosotros nunca habríamos hecho! Entregar lo más querido para Él, a su propio Hijo, para rescatarnos a nosotros. Renunciar a su honor, para restaurar el nuestro; perdonar lo imperdonable, para que nosotros nos sintiéramos queridos. Él no tenía que pagarle a nadie ni le debía nada a nadie; no tenía que dar cuentas delante de nadie, pero justificó su honor al hacer lo que era eternamente correcto.
Para nosotros parece una contradicción porque podía habernos salvado de cualquier otra manera (¡para eso es Dios!), pero no quería que nadie tuviera la más mínima duda de que lo había entregado todo, que su amor le llevó al extremo de darse por completo por todos los que le despreciamos. Su gracia es irresistible e inexplicable ¡Por eso es Dios!
A veces pensamos que el honor es algo que ya no se lleva, pero no es así. Todos defendemos nuestro honor aunque nadie lo sepa: cuando luchamos por lo que creemos que es justo aunque tengamos que entregar la vida (¡Muchos lo han hecho!), estamos reflejando el carácter de Dios ¡Los que no creen lo hacen también! De eso se trata el honor y eso, precisamente, es lo que jamás podrá tener el maligno. A él no le importa la justicia, lo único que le interesa es su propio bien.
Todos tenemos que tomar esa decisión: defender el honor de hacer lo que es justo, o simplemente buscar lo que es mejor para nosotros ¡Dios escogió lo mejor para todos, no para sí mismo! Así deberíamos vivir, porque “El Señor ama a los que odian el mal y protege la vida de los que le son fieles” (Salmo 97:10).
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Con otro ritmo - El honor de Dios