Pisé una cáscara de plátano

Es pequeño, pero tiene una fe sedienta.

14 DE MAYO DE 2020 · 22:25

Foto: Alain Auderset.,
Foto: Alain Auderset.

Con inocencia (casi sin querer) consulto mi ordenador y …¡pam! ¡Casi me da un patatús! Un e-mail me da una mala noticia en toda la cara: ¡el gran distribuidor quebequense que distribuye mis cómics deja de trabajar conmigo!…

Cuando tus asociados ya no creen en ti, es la segunda peor cosa que puede pasar en tu ministerio (¡la primera es cuando tú no crees!)…

 

Rumbo al hospital

En estado de shock, salgo de mi taller. Jesús (a quien he dejado las llaves de mi “apartamente”) me ha dejado un simple mensaje en mi pensamiento: “Cita en el hospital…”

Desde allí, cruzo algunas vallas con púas y electrificadas ( ¡obstáculos a mí! ), para llegar al centro de un vasto y opulento prado. Reinando en la extensión verde acariciado por la suave brisa, un árbol enorme llama mi atención... Sus amplias ramas, que apenas rozan el océano vegetal, se extienden hacia mí.

Naturalmente, me refugio en sus acogedores brazos. Sentado a sus pies, espero a Jesús, que, aunque invisible, sabe cómo estar tan intensamente presente.

No sé muy bien qué le dicen las lágrimas que corren a raudales por mis mejillas ... ¿Hablan de los habitantes de Quebec que ya no puedo alcanzar? ¿O se compadecen de mi suerte?

Pero, qué más da, Él sabe cómo leer ese engorroso correo y lo mete en su “buzón del corazón”.

 

¡…Y maceta de platanera !

No sé por qué, pero no dejo de pensar en el enigma de la platanera… hace algunos meses, recibí una muy pequeña en una maceta demasiado grande para ella

Lo raro, era que nunca tenía sed…¡ y, lo más grave era que no crecía!

Estaba harto de verla morir, así que la desmonté, solo para ver qué estaba pasando en su vida interior (sus raíces si lo prefieres) …

¡Qué rabia! ¡La tierra era impermeable! Entonces corrí a cambiarla por una buena tierra y lo metí todo en una maceta más pequeña y francamente más adecuada.

Los días fueron pasando, yo estaba seguro de que iba a morir…

Pero de repente, se estiró una gran hoja, igual que yo cuando me desperezo.

-“Ves Alain, sucede lo mismo con Quebec…¡ tu distribuidor era grande pero no tenía sed! (Por cierto, si tú tampoco tienes sed de vivir más, es que tu fe está EN PELIGRO DE MUERTE…)

 

Canadá banana

Con fuerzas renovadas, vuelvo a mi taller. Llamó por teléfono al pequeño distribuidor que me queda en Quebec (LLB) y a pesar de la distancia oramos por los quebequenses que tanto amamos…

Me confirma su apoyo logístico para mi próxima gira por allí.

Y lo entiendo todo …

Sí, es pequeño, pero tiene una fe sedienta ..

Entonces, inevitablemente, ¡crecerá!

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Cita con Dios - Pisé una cáscara de plátano