Calum Miller (1): “Hay que sostener el derecho de los seres humanos más débiles”

En una amplia entrevista, el doctor Calum Miller responde sobre cuestiones candentes sobre el aborto. Esta primera parte se centra en la necesidad de legislar a favor del no nacido.

Redacción PD

ESPAÑA · 18 DE OCTUBRE DE 2022 · 19:30

El doctor Calum Miller, durante la entrevista./Pontea,
El doctor Calum Miller, durante la entrevista./Pontea

Ante una nueva reforma de la ley del aborto en marcha en España, el debate en torno a esta práctica no pasa de moda. No solo se trata de una cuestión política, sino que afecta a los ámbitos más importantes del ser humano y la sociedad que construimos entre todos. Las próximas Jornadas de Bioética dedicarán un seminario y algunas de las plenarias a tratar el asunto de forma específica.

En este contexto, son necesarias las voces de expertos como el doctor Calum Miller. Graduado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Oxford en 2015, actualmente trabaja como médico en el Reino Unido y enseña Filosofía en la Universidad de Oxford, donde su investigación se centra en las políticas de aborto. También posee una Maestría en Estudios Bíblicos.

El doctor Miller ha realizado más de 40 presentaciones académicas a nivel internacional y ha participado en múltiples debates en Reino Unido. Ha publicado en los principales lugares académicos sobre una variedad de temas, incluida la mortalidad materna en el mundo en desarrollo, la ética de votar sobre el aborto, el dolor animal y fetal, el aborto y la salud mental, el aborto por telemedicina, la libertad académica y la filosofía de la religión. Ha recibido premios de la Universidad de Oxford y del Royal College of Psychiatrists por su trabajo en Bioética.

En esta entrevista, Calum Miller examina algunas de las preguntas más habituales sobre el aborto, que serán publicadas a lo largo de la semana en tres artículos (pueden ver la entrevista completa en vídeo al final).

 

Pregunta. ¿En qué momento comienza la vida?

Respuesta. Es una pregunta importante, pero creo que cuando se hace es de una forma ambigua y vaga. En realidad, lo que queremos definir al hacer esta pregunta es “¿qué somos?” Somos seres humanos, organismos humanos individuales, miembros de la familia humana. Así que no debemos preguntarnos necesariamente cuándo comienza la vida, porque todo tipo de cosas tienen vida sin tener el mismo valor, como una bacteria o una célula de mi cuerpo. Por eso, cuándo comienza la vida humana no debería ser tanto una pregunta religiosa o filosófica, sino sencillamente una cuestión científica. En la universidad, si yo hubiese dado una respuesta distinta a “la fecundación” ante esta pregunta, hubiera suspendido. Es un asunto biológico, y la biología lo tiene claro.

“Hay un gran consenso acerca del inicio de la vida humana en la fecundación”

Hace unos años un investigador de la Universidad de Chicago examinó este asunto, encontrando que había un gran número de estudios que declaran que la vida humana comienza en la concepción, o fecundación. Pero quiso clarificar el estado actual de la ciencia sobre ello, y consultó a miles de biólogos de todo el mundo. Recibió más de 5.000 respuestas, y el 95% de los biólogos estuvieron de acuerdo en que la vida humana comienza en la fecundación. Aunque hubo un 5% en desacuerdo, probablemente más por motivos políticos, la evidencia científica es clara y hay un gran consenso sobre esta cuestión.

 

P. ¿Cuál es la diferencia entre abortar en las doce primeras semanas del embarazo y abortar después?

R. Es una pregunta frecuente. La mayoría de los europeos dirían que el aborto en el primer trimestre es correcto, pero que abortar en el tercero no lo es, y hay cierto debate respecto al segundo trimestre. Esta es una idea común, como si hubiera una diferencia moral entre estos actos dependiendo del momento de efectuarlo. Pero no se suele explicar la diferencia. Poca gente piensa en el desarrollo fetal, lo que cambia durante el segundo y el tercer trimestre.

Claro que hay un desarrollo del bebé. A las tres semanas de la fecundación ya hay actividad del corazón, a las seis semanas se puede detectar actividad cerebral, a las siete semanas tiene hipo y puede tragar, a las diez semanas siente dolor. Más tarde pueden hacer todo tipo de cosas. Recuerdan canciones, y reaccionan si se toca mal una canción que ya conocen. Reconocen la voz de su madre, su acento. Incluso se ha demostrado que los bebés lloran con el acento que han oído en el útero. Los bebés franceses lloran de una forma distinta a los bebés alemanes.

“Tenemos la convicción compartida de que todas las personas, sin importar sus habilidades, tienen la misma dignidad”

Todas estas son capacidades, pero lo curioso es que no solemos juzgar la humanidad de alguien por sus capacidades. Si hiciéramos esto, muchos de nosotros estaríamos en problemas. Somos muy diferentes en nuestras habilidades: algunos son capaces de hacer casi todo, otros tienen pocas habilidades. Pero tenemos la convicción compartida de que todas las personas, sin importar sus habilidades, tienen la misma dignidad. La pregunta no trata de qué podemos hacer, o conseguir, sino “¿qué somos?” Así que en cuanto al embarazo, esta es una pregunta fundamental. Es impresionante saber que los bebés pueden ser capaces de tantas cosas a menudo antes de que lo reconozcamos, pero eso no es lo que sustenta su valor. Tienen valor por ser seres humanos, por tanto iguales a cualquiera de nosotros. Así que no importa si sea en el primer trimestre o en el tercero, o durante su primer año de vida o su quinto año tras nacer, la constante es que son seres humanos, y ese valor está allí desde la fecundación.

 

P. ¿Por qué crees que el aborto es un error y por qué lo ilegalizarías?

R. Todos estamos comprometidos con los derechos humanos, y todos respetamos el artículo 6 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos que declaran que cada ser humano tiene derecho a la vida. Creemos que esto es importante. Este artículo dice que es un derecho que debe ser protegido por la ley. Si un derecho fundamental no está protegido por la ley, llega a ser inútil. Si dijéramos de las víctimas de esclavitud en América en el XIX que tienen derecho a ser libres, pero no se legalizara ese derecho, sería por tanto un derecho sin sentido.

“Las leyes son primero para proteger a los débiles, no para castigar o restringir”

Necesitamos leyes no para castigar o restringir, sino para proteger a los débiles. Así que nos preguntamos quiénes son los débiles. La ley Internacional habla de todos los seres humanos, y la Declaración de Derechos Humanos dice que alcanza a todos en la familia humana. Siempre ha habido intentos de excluir a ciertos seres humanos de esto, y se ha visto que cuando se excluyen a algunos seres humanos de estos derechos, las consecuencias son devastadoras.

Cuando se ilegalizó la eslavitud en el XIX, no se trataba de ir en contra de los derechos comerciales de quienes se aprovechaban de esta situación, sino que era un intento de sostener las protecciones y los derechos fundamentales de los más débiles. No estoy comparando ni digo que sea lo mismo aquellos que defendían la esclavitud que los que abortan desde un punto de vista moral. Claramente algunas mujeres abortan en situaciones desesperadas y se entiende por qué eligen este camino. Pero la comparación nos ayuda a abordar un factor similar: se trata de defender a los más débiles, aunque en algunos casos signifique complicar un poco la vida de otros.

“En un estudio en EEUU, el 98% de las mujeres que querían abortar y no pudieron estaban contentas de no haberlo hecho”

Sin embargo, los hechos nos muestran que después de un tiempo, a pesar de las dificultades que se puedan provocar, proteger los derechos de los más débiles es lo correcto. Esto es visible en el caso del aborto. Hay un estudio reciente, hecho por personas que apoyan el aborto y creen que es un derecho humano que debe ser accesible, en el que estudiaron en EEUU casos de mujeres a las que se le negó el aborto. Descubrieron que, aunque en principio muchas se angustiaron, después de solo una semana la mitad de ellas ya no querían abortar. Estaban aliviadas y contentas de poder continuar con el embarazo. A los cinco años del nacimiento, el 98% de estas mujeres decían que estaban contentas de haber tenido a sus hijos. Eso, a pesar de que sufrieron ansiedad por habérseles negado un aborto. No digo que un embarazo sea fácil, no es así. Para algunas personas es algo muy difícil. Pero lo que quiero decir es que hay que sostener el derecho legal de los seres humanos más débiles. En segundo lugar, cuando se potege a los no nacidos, también se esta protegiendo a las madres, dado que la mayoría responden que están contentas con no haber abortado, en un 98%. Y esto solo ocurrió porque se protegieron los derechos de sus bebés.

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