Impotencia, prepotencia y Dios

Nuestra potencia se hace evidente en todas aquellas cosas que somos capaces de hacer por nuestros propios medios. En tales situaciones no solemos consultar a Dios, nos sentimos potentes y simplemente actuamos.

20 DE JULIO DE 2007 · 22:00

,
Si somos conscientes de que toda nuestra suficiencia viene de Dios, le estamos muy agradecidos y eso nos acerca a él. La prepotencia es la pretensión de ser capaces de hacer más de lo que realmente podemos. Cuando circulamos por esa vereda siempre estamos alejados de nuestra propia realidad, ella nos puede llevar a prescindir de Dios e incluso a menospreciarle. No nos olvidemos que la Escritura lo denuncia. Cuando tomamos la medida de nuestra incapacidad personal sentimos impotencia. Ella nos hace conscientes de nuestros límites y nos guía a pedir ayuda a Dios. Son tres situaciones distintas que no debiéramos mezclar. En la impotencia puede que vivamos más una necesidad que un deseo la dependencia de Dios. Si logramos potencia tal vez la transmutemos en prepotencia que nos lleve a prescindir de Dios. ¡Dios nos ayude a poner en sus manos nuestra impotencia, utilizar para su gloria nuestra potencia y luchar contra la prepotencia! Un potente abrazo, Carlos
Nota de la Redacción: esta serie póstuma de Carles Pujol corresponde a artículos que fue escribiendo en el proceso de su enfermedad, para guardarlos y enviarlos cuando no pudiera escribirlos. Los publicamos en homenaje a él y como legado para todos los lectores, agradeciendo a su familia el habernos dado esta opción con su generosidad.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Cartas de un Amigo - Impotencia, prepotencia y Dios