#wetoo en la comunidad evangélica latina

En esta semana pasada se han visto varias reacciones importantes con relación a las acusaciones de acoso sexual por hombres en posiciones prominentes. La revista Time nombró como su persona del año a las muchas mujeres que estuvieron dispuestas a decir #metoo, incluyendo a mujeres que todavía no tienen el valor de decirlo públicamente. Y el Senador demócrata Al Franken renunció a su puesto por causa de las acusaciones hechas contra su persona. La única acción contraria era el apoyo continuo del presidente Trump y de muchos evangélicos blancos a la candidatura de Roy Moore al senado por el estado de Alabama.

En los últimos días dos autoras bautistas latinas Nora Lozano y Zorícelis Dávila también llamaron a los evangélicos latinos a responder por medio de decir #wetoo (#nosotras también). Según las autoras ha habido muy poca respuesta a la campaña #metoo de parte de mujeres latinas. Ellas saben que hay mucho acoso sexual en las comunidades latinas de EEUU, pero que las presiones sociales hacen difícil que mujeres latians tengan el valor de públicamente reconocer que han sido víctimas del acoso sexual. Como dicen ellas:

Como es común en muchos de estos casos, las víctimas tienen miedo de hablar sobre su abuso. Pueden temerle al agresor. Pueden temerle a una comunidad que tiende a juzgar y que, en cierta medida, usa el sentido de vergüenza y el acto de avergonzar para controlar a sus miembros. Pueden tener miedo a ser culpadas/os por el abuso. Pueden temer a agregarle más sufrimiento a su sufrimiento actual, o a ser re-victimizadas.

Nos recuerdan que el silencio no significa que no hay abuso. Tampoco es posible hacer desaparecer el abuso por medio del silencio. Si seguimos en el silencio haremos que la situación se haga peor. Por eso nos animan a esta respuesta: Si las víctimas no pueden decir #metoo en este momento, nosotros los líderes latinos sí podemos decir #wetoo en nombre de nuestra comunidad y en nombre de las víctimas que no tienen la libertad de hablar al momento. Digamos #wetoo para abrir el espacio para que el día de mañana las víctimas en nuestras comunidades puedan desarrollar el valor para decir #metoo.

Como mencioné en una nota anterior, el problema del abuso sexual se encuentra también dentro de nuestras iglesias evangélicas latinas. Sabemos que hay pastores y líderes que también han sido abusadores y que sus víctimas nunca han tenido la libertad de decir #metoo. Se les ha callado para “proteger la obra” o “al hombre de Dios”. Y esas víctimas han tenido que sufrir en silencio. En nombre de ellas decimos #wetoo.

Quisiera sugerir que este momento histórico podría ser usado por el Espíritu Santo para traer un cambio social profundo. En vez de temer lo que se pudiera “descubrir” si las víctimas evangélicas latinas comienzan a decir #metoo quisiera sugerir que este es el tiempo para una liberación profunda. Si se deja de tapar este pecado abriremos las puertas para una visitación fresca y profunda del Espíritu Santo. 

Así que me uno a Nora y Zorícelis para decir #wetoo. Lo digo como confesión de nuestro pecado comunidad latina evangélica. Lo digo en nombre de las víctimas. Pero también lo digo en esperanza, sabiendo que si “confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad”. Y digo #wetoo sabiendo que el Señor obra avivamiento donde hay confesión y arrepentimiento. 

Es tiempo que digamos #wetoo los que estamos orando por un avivamiento profundo en nuestras iglesias, los que queremos que nuestras iglesias tengan un renovado testimonio en nuestro mundo. No tengamos miedo. Recibamos este momento histórico como una bendición especial del Señor, un momento que podría traer cambios profundos a nuestras iglesias y a nuestra sociedad. ¡Obra, Señor!