Los coros de quejosos hacen desafinar el alma

Es fácil saber cuándo se va por buen camino, casi siempre suele ser hacia arriba.

07 DE MAYO DE 2018 · 08:00

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La actriz Charlize Theron, ganó el Oscar a la mejor interpretación femenina por su papel en la película “En tierra de hombres”, además de ser galardonada en todo el mundo por varios trabajos más. Todo comenzó cuando la actriz sudafricana estaba en un cajero de Los Ángeles (USA) y tenía poco más de dieciocho años. Intentaba sacar dinero, pero aparentemente el cajero estaba vacío. El “show” que montó fue tal, que una de las personas que estaban en la cola ( John Crosby) y que era representante de otros actores, le preguntó si podía hacerle una prueba como actriz. Ese fue su “salto a la fama”.

Siempre resulta curioso ver cómo reaccionamos cuando las cosas no salen como queremos. Algunos se enfadan y otros ríen. La gran mayoría de la humanidad se queja por casi todo. Conforme pasa el tiempo y tenemos más comodidades, comenzamos a creer que todo nos pertenece, y que nuestro derecho es que los demás hagan lo que nosotros queremos que hagan. Es como si casi todo nos perteneciese, y cuando no es así, nos quejamos. Y nuestras quejas suelen ir casi siempre en aumento.

Alguien dijo un día que los coros de quejosos hacen desafinar el alma. Buenas palabras. Si queremos que nuestra alma pierda su sentido, y que nuestro corazón comience a llenarse de amargura, nada mejor que una vida llena de quejas. De esa manera nunca vamos a encontrar una canción en nuestro futuro. Todo lo que va a crecer dentro de nosotros es insensibilidad y una sensación de enfado permanente. Cuando vivimos quejándonos, es como si el mundo entero fuera nuestro enemigo.

El problema es que las quejas no suelen valer para mucho. Siempre es mejor encender una vela que maldecir la oscuridad, porque las quejas suelen ser el lenguaje de los derrotados. Si quieres que todo siga como está, llora y no hagas nada. Quéjate y mira hacia atrás. Grita y aleja a todo el mundo de tu lado. Enfádate y añade amargura a tus sueños. Así todo seguirá igual que siempre. Sin remedio.

Si lo que realmente quieres es hacer algo trascendente, debes dejar de quejarte y tomar otro camino. Recuerda que es fácil saber cuándo se va por buen camino, casi siempre suele ser hacia arriba. Si lo que hacemos requiere esfuerzo y para cambiar la realidad necesitamos trabajar duro, es porque (normalmente) vamos por el buen camino. Puede que estemos llegando a donde realmente debemos estar.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Con otro ritmo - Los coros de quejosos hacen desafinar el alma