Cuando Babilonia apoya la Biblia

Nunca podrían imaginar algunos escépticos, que unas crónicas anuales realizadas sobre tablillas de arcilla con escritura cuneiforme, coincidirían con hechos narrados en la Biblia. Así desde que en 1899 Robert Koldwey, al frente de la Sociedad Alemana de Oriente, realizara el hallazgo de la ciudad de Babilonia, se han ido encontrando numerosos monumentos como, el templo de Marduk, el zigurat (torre de Babel), el palacio real, y la famosa puerta de Istar entre otros.

11 DE NOVIEMBRE DE 2006 · 23:00

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También se localizaron diferentes inscripciones, siendo las más importantes las referidas a las crónicas babilónicas, que registran la historiografía desde aproximadamente el año 747 hasta el 280 AC. Fue en 1956 cuando el D. J. Wiseman, anunció el descubrimiento de 4 tablillas de éstas crónicas correspondientes a parte del reinado de Nabucodonosor. En la imagen de arriba observamos una de las tablillas catalogada como ABC 5 (1), que se encuentra en el Museo Británico, y en ella se menciona tres acontecimientos importantes de éste monarca: 1. En las primeras 8 líneas, se registra la derrota de los egipcios en Carquemis, al norte de Siria junto al río Eufrates. Pues el faraón Necao, quería apoderarse de Siria y Palestina al derrumbarse el imperio Asirio, ocupando con su ejercito toda la región hasta el norte de Siria. Pero la respuesta de Babilonia no se hizo esperar, y el rey Nabopolasar, estando enfermo, mandó a su hijo Nabucodonosor al frente de sus tropas, venciendo a los egipcios en Carquemis y finalmente en Hamat donde se habían reorganizado. Esta descripción de la tablilla coincide con el texto bíblico de Jeremías 46:1-2. Palabra del Señor que vino al profeta Jeremías, contra las naciones. Con respecto a Egipto: contra el ejército de Faraón Necao rey de Egipto, que estaba cerca del rió Eufrates en Carquemis, a quien destruyó Nabucodonosor rey de Babilonia, en el año cuarto de Joacim hijo de Josías, rey de Judá. 2. Otros de los eventos mencionados en la tablilla, es el ascenso al trono de Nabucodonosor. Tras 21 años de reinado, su padre Nabopalasar murío el 8 de Abu (15 de agosto del 605), obligando a Nabucodonosor a regresar a Babilonia, dejando la campaña militar emprendida de Siria y Palestina, para tomar posesión del trono el 1 de Ululu (7 de septiembre). Posteriormente, toda Palestina y Siria cayó bajo el poder babilónico, tributando los diferentes reinos que la habitan incluido el de Joacim de Judá, como comprobamos en 2 Reyes 24:1. En su tiempo subió en campaña Nabucodonosor rey de Babilonia. Joacim vino a ser su siervo por tres años, pero luego volvió y se rebeló contra él. 3. Conquista de Jerusalén. En el año 601 AC Nabucodonosor realizó una campaña militar contra Egipto, enfrentándose de nuevo con el faraón Necao. En los combates ambos sufrieron graves perdidas, y el ejército de Nabucodonosor tuvo que regresar a Babilonia para recomponerse. Es en éste periodo probablemente cuando el rey Joacim de Judá, esperanzado en la alianza con Egipto dejó de pagar tributo a Babilonia, provocando que tras varios años volviera Nabucodonosor y sometiera nuevamente a Judá. Antes de apoderarse de Jerusalén muere el rey Joacim, sucediéndole su hijo Joaquín. En el reverso de la tablilla entre las líneas 11 y 13 las crónicas narran: “El año séptimo (598-7), en el mes de Kislev (noviembre / diciembre) el rey de Acad pasó revista a sus tropas y marchó contra Hattu (Siria). Acampó frente a la ciudad de Judá y el día 2 del mes de Adar (16 de marzo de 597) tomó la ciudad (y) capturó a su rey. A un rey de su elección (Sedequías) puso en la ciudad (y) tras cobrar un ingente tributo se lo llevó a Babilonia”. (A. K. Grayson, nº5) Este texto en lengua acadia, coincide con la narración bíblica del libro de Reyes 24:10-17, que lo expresa de la forma siguiente: “... Vino también Nabucodonosor rey de Babilonia contra la ciudad... Entonces salió Joaquín rey de Judá al rey de Babilonia... y lo prendió el rey de Babilonia... Y sacó de allí todos los tesoros de la casa de Jehová, y los tesoros de la casa real... llevó cautivo a Babilonia a Joaquín... Y el rey de Babilonia puso por rey en lugar de Joaquín a Matanías su tío, y le cambió el nombre por el de Sedequías. 4. Trato especial al rey Joaquín. Por ultimo mencionar, el registro que se ha podido recuperar en la documentación babilónica de la familia real en el destierro. Así en 1933 el asiriólogo E. F. Weidner, examinando unas trescientas tablillas cuneiformes que se habían localizado hacía años, cerca de la puerta de Istar en Babilonia, se percató que en cuatro de ellas aparecía el nombre bíblico de Yauquín (Joaquín), citándolo como rey (de la tierra) de Judá, junto con 5 hijos. Las tablillas eran documentos de la gestión de provisiones, en los almacenes reales. Contienen la fecha del año 13 del reinado de Nabucodonosor, es decir el 592 AC, cinco años después de la caída de Jerusalén y de la deportación del rey Joaquín. En una de ellas (imagen 2) podemos leer: “ ... 10 medidas a Yauquín rey de la tierra de Judá, 2 ½ medidas a los 5 hijos del rey de Judá, 4 medidas para 8 hombres de Judá... ”.
Estas tablillas se encuentran en el Museo de Berlín, y su información coincide con la suministrada por la Biblia sobre los acontecimientos de los últimos años de la monarquía judaita, ver 2 Reyes 24:10-17 y 25:27-30 “... Y diariamente le fue dada su comida de parte del rey, de continuo, todos los días de su vida. Se comprueba el trato especial que recibió el rey Joaquín, que aunque deportado en Babilonia era reconocido como rey de Judá, y es muy probable según lo indica el arqueólogo G. E. Wright, que su tío Sedequías nombrado sucesor en Jerusalén, no fuera más que un administrador real, también lo atestiguan diversos hallazgos arqueológicos, entre estos sellos en tinajas localizadas en la Sefela y en el que se lee “ Perteneciente a Elyaquín mayordomo de Yauquín”. Indicativo de que se administraba propiedades del rey estando cautivo. Podemos concluir, que éste periodo del reino de Judá informado por la Biblia, está ampliamente corroborado e incluso enriquecido por otros materiales que nos han llegado, tanto por la crónica babilónica, como por hallazgos en Laquís, Debir, datos arqueológicos sobre la destrucción de muchas ciudades de Judá entre ellas Azeca, Guezer, Timna, autores como Herodoto, Josefo, etc., manifestándose una vez más la fiabilidad de la narración bíblica.
(1) A.K. Grayson, Crónicas asirías y babilónicas (1975)

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