Pérgamo, la que habita donde mora Satanás

La carta a la iglesia de Pérgamo en el Apocalipsis.

14 DE JUNIO DE 2013 · 22:00

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Esta carta, la tercera de siete, fue escrita a la primitiva congregación de cristianos que vivían en Pérgamo (1), ubicada a unos 30 kms del Mar Egeo en la región llamada Eólida, en lo que hoy es Turquía. Según la leyenda fue fundada por Pérgamos (2) y en 560 a.C. pasó a pertenecer a Creso, rey de Lidia, y luego a Ciro II, rey de Persia, entre otros. Bajo el control de Roma Pérgamo se convirtió en la capital de la provincia de Asia Menor y en una de las ciudades más importantes de la Antigüedad. La ciudad ya no existe con ese nombre y de Pérgamo sólo quedan algunas importantes ruinas. En las partes bajas de este escenario surgió la ciudad de Bergama, que cuenta hoy con unos 55 mil habitantes. ARQUITECTURA QUE RESALTA LA BELLEZA DEL PAISAJE En la ciudadela situada a 335m sobre el nivel del mar, se dice que el general romano Lisímaco de Tracia guardó sus tesoros, una riqueza estimada en 9.000 talentos que, junto con otras joyas, dejó en la fortaleza al cuidado del gobernador de la zona llamado Filetero (3); no es un dato menor si tomamos en cuenta el desarrollo arquitectónico y urbanístico producido en Pérgamo durante esa época. Tales avances requerían no sólo enormes recursos sino una gran creatividad; y esos requisitos fueron plenamente satisfechos. Un paisaje de particular belleza resultó de la armoniosa combinación entre lo natural y el aporte humano. Los arquitectos respetaron las terrazas naturales, dando forma y volumen a los edificios de modo de adecuarlos a la escala natural. Si bien siguieron fórmulas tradicionales también integraron el paisaje a la composición arquitectónica, combinando pórticos y columnas en los edificios con gran acierto estético; y dimensionando la calle principal para ofrecer ricas perspectivas, lo que constituyó toda una novedad en la historia de la arquitectura y del urbanismo griego. Esta idea, innovadora en la construcción de la ciudad clásica, fue producto de la ambición de los reyes atálidos que deseaban emular a la Atenas de Pericles. Los hechos demuestran que Pérgamo se convirtió en una rica y poderosa potencia, conservando grandes colecciones de arte y siendo cuna de buenos bibliógrafos y del arte de la jardinería, entre otros atributos (4).Su biblioteca llegó a ser la más importante del mundo después de la de Alejandría, pues tenía 200 mil volúmenes en pergaminos, material producido allí en lugar del papiro egipcio. Se dice que esta es la biblioteca que Antonio obsequió a Cleopatra; finalmente fue enviada a Alejandría. Además, había en la ciudad dos ágoras, un palacio real, un gran teatro, varios gimnasios, una fortaleza militar y cuatro santuarios: Zeus, Atenea, Hera y Démeter (5). En el siglo II los romanos construyeron otro santuario, la Basílica Roja, enorme complejo edilicio dedicado a Esculapio nombre romano del antiguo dios griego de la curación (6). Pérgamo llegó a ser el centro religioso más importante del Imperio romano. (Ver nota de la ilustración). ¿QUÉ DICE EL SEÑOR A LA CONGREGACIÓN DE PÉRGAMO? Cuando Juan escribe las cartas a las siete iglesias, Pérgamo está en su época de apogeo económico y político. Por ello lo que el apóstol transmite a los creyentes de esa ciudad puede sorprender a más de uno: “Y escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: El que tiene la espada aguda de dos filos dice esto: Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás. Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación. Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco. Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.”(7) Recorramos juntos el contenido de la carta a los creyentes de Pérgamo, recordando la primera de las cuatro frases que se repiten a cada una de las siete iglesias: “… escribe al ángel de la iglesia en…”. En primer lugar, ya aclaramos al comenzar esta serie que las siete iglesias no eran ficticias; que existían en el momento en que Juan recibe el encargo de transmitir el mensaje del Señor a cada una de ellas; que muchas iglesias actuales se parecen en parte o en todo a una o varias de ellas. También, que ‘el ángel’ a quien se dirigirá cada vez el anciano apóstol podría ser el encargado o pastor de la congregación(como ya vimos en los casos de Éfeso y Esmirna). El único nombre que aparece de un fiel de la iglesia en Pérgamo es el de Antipas (8); aparte de esta cita, no hay ninguna otra mención acerca de él en las Escrituras. No guarda ninguna relación con Herodes Antipas (9), el tetrarca de Galilea que reinaba en días de Jesús de Nazaret y consintiera con la muerte de Juan Bautista. El Señor se presenta como ‘el que tiene la espada aguda de dos filos’, en referencia a la visión que Juan recibió en el primer capítulo (10). La espada es la Palabra de Dios (11) que sale de la boca del Verbo encarnado y llega hasta lo más recóndito de nuestra interioridad; saca a luz nuestros pecados (tanto los conocidos como los ignorados), exponiendo ante nuestros ojos las raíces de nuestra pecaminosidad. Esta acción, produce un intenso dolor, por lo que intentamos resistir formulando toda clase de justificativos y razonamientos; hasta que –ya sin argumentos- reconocemos nuestra condición natural y nuestra réproba conducta con que ofendemos al tres veces santo Dios. En condición de culpables del juicio divino, se nos hace real la necesidad de confesar que somos merecedores del castigo divino, y nos invade la urgencia de arrepentirnos y cambiar nuestra manera de ser. La espada del Espíritu es la única que separa la verdad de la mentira, la virtud del error, lo santo de lo corrupto; y, porque hace libre al esclavo, es la única que puede desactivar nuestra dependencia del pecado. Al inducirnos al arrepentimiento, nos hace ver al Único que puede tener misericordia de nosotros y perdonarnos (12). La Palabra –como bisturí en mano del experto cirujano- después de abrir nuestro entendimiento (el oído interior), encapsula el tumor mortal con el que venimos al mundo y nos da una nueva vida en el Espíritu Santo. Como nuevas criaturas ahora –también nosotros- podemos hacer uso de la espada de dos filos y, de la misma manera que ella actuó en nosotros, usarla para fortalecer nuestro espíritu y el de otros creyentes, y ayudar a los perdidos a ser rescatados de su eterna condenación. Esto será posible sólo si la incorporamos a nuestro atuendo diario (13). Junto a la oración, la espada de la Palabra es nuestra arma más poderosa. Con ella somos colaboradores en la obra Redentora de Dios, por medio de Jesucristo, y triunfamos al defendernos de los ataques del enemigo (14). Un error muy común, y lamentable, es enseñar a usar la espada de la Palabra como arma de ataque; el Evangelio enseña que no tenemos necesidad de atacar a un enemigo que ya fue vencido por Jesucristo; con ella sólo tenemos que resistir y él huirá de nosotros (15). Esta dramática presentación del Señor a la iglesia en la próspera y pagana Pérgamo permite reflexionar sobre la relación que existe entre el sistema del mundo secular y la realidad de una vida de fe: Una vez que la Palabra de Dios obra aquello para lo cual fue enviada (16): ¿cambia la visión que del mundo tiene todo pecador? En el ser ‘cristiano’ ¿hay una línea divisoria entre el mundo secular y el reino de Dios? Ubiquémonos, por un momento, en el lugar que habitaba esa pequeña minoría de creyentes, insertada en un contexto socio-cultural fuertemente opuesto al Evangelio de Jesucristo. El hecho de no pertenecer a la mayoría dominante ¿les favorecía o perjudicaba? ¿En qué se parece su situación a la nuestra, hoy, allí donde vivamos? Dejo con los lectores la tarea de investigar en sus Biblias y encontrar las respuestas a estas inquietudes. EL OBRAR CRISTIANO EN UN MEDIO TENEBROSO Después de expresarles la segunda de sus frases: ‘Yo conozco tus obras’ el Señor agrega algo que debe haber sorprendido a más de un miembro en la iglesia: ‘y donde moras, donde está el trono de Satanás’. Notemos que a la primera aseveración elSeñor le agrega una segunda, que introduce como fuerte contraste. La pequeña comunidad de fe daba testimonio de Jesucristo desde donde gobierna el mundo el enemigo de Dios y acusador de los hermanos(17). Podríamos preguntar aquí acerca del sitio donde está el trono de Satanás: ¿Se refiere a la ciudad de Pérgamo; o a la iglesia que estaba en Pérgamo? Vimos en nuestra anterior que a la iglesia de Esmirna el Señor le había revelado que convivía con la sinagoga de Satanás; que los falsos judíos actuaban contra ella a las órdenes del diablo. Según este precedente, podemos afirmar que la iglesia de Pérgamo estaba donde el diablo tenía su asiento. Esto me recuerda aquella oportunidad en que, siendo yo niño, escuché decir a un predicador ‘Os exhorto a venir preparados a la reunión, porque el diablo siempre llega primero’. También recuerdo las bromas que se hacían sobre el tema, tiempo después. Lo cierto es que el sitio no hace a la santidad; no hay nada menos escritural que decir ‘Bienvenidos a la casa de Dios’ si no se aclara que esa es una referencia a la comunidad de fe compuesta por los templos del Espíritu. A los de Pérgamo el Señor les notifica que viven donde mora Satanás; y el sitio de reunión no era una excepción. Pero, vayamos a las obras dignas de encomio por parte del Señor; obras que se le reconocen a la congregación de Pérgamo aún en el tenebroso contexto en que daban testimonio de Jesucristo. Son dos: 1. Retienes mi nombre Reteneres un verbo del griego κρατέω (kratéo); significa: usar fuerza, agarrar (en sus formas literal y figurativa), echar mano, guardar, abrazar, aferrar, asir, prender, tener, tomar. No debe interpretarse como ‘detener’ o ‘impedir’. La frase habla de una firme fidelidad al nombre del Salvador y Señor Jesucristo; esta es una de las obras fundamentales en la vida de todo creyente. ¿Por qué? Porque la persona que se aferre al Nombre del Hijo de Dios nunca lo invocará en vano; cuando hable verdad no la negará con su conducta. Es honrar a Dios al pensar, sentir, hablar y actuar; es vivir una vida de integridad. Los de Pérgamo eran seguidores de Cristo Jesús a cualquier costo; aún en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás’. Antipas(18) había dado su vida por el Nombre. No es aventurado, entonces, decir que los cristianos de Pérgamo conocían bien al Señor. 2. No has negado mi fe Esta otra obra viene a corroborar la anterior; aunque parezca redundante evita toda posible contradicción. ¿Cómo podría alguien confesar a Jesucristo y, al mismo tiempo, negar su fe al obrar carnalmente? Una manera sutil de negar Su fe es dudar si eso que estamos a punto de hacer habrá de agradarle y, aún así, seguir adelante y hacerlo. También le negamos cuando no practicamos lo que predicamos; o cuando salimos del paso no declarándonos como creyentes cuando en reuniones sociales o de trabajo se mofan de Dios y de sus hijos. Los de Pérgamo difícilmente negarían su fe cuando alguien les demandase la razón de su esperanza (19). Nos engañamos a nosotros mismos si creemos que no cosecharemos aquello que sembramos. Padre nuestro, confesamos nuestra inexcusable liviandad al leer tu Palabra y pasar por alto tus enseñanzas; el aferrarnos a lo perecedero más que a tu Nombre. Perdónanos por equivocarnos al establecer nuestras prioridades y responsabilidades. Enséñanos a usar bien la espada de tu Palabra, siempre; a mantener la visión del Espíritu, y a cumplir con la misión de Cristo. Danos hoy una nueva oportunidad de servirte por amor de tu Hijo. Amén. En nuestra próxima concluiremos con la carta a la iglesia en Pérgamo, si Dios lo permite. Paz del Señor. ------------------------------------------------------------ Notas Ilustración:La Basílica Roja (en turco: Kızıl Avlu) monumental templo construido sobre el río Selinus en el siglo II por los romanos, probablemente en tiempos de Adriano. Medía 60m de largo por 26m de ancho y tenía una altura de cerca de 20m. Construido en un lugar sagrado (témenos) de 270m por 100m, son las ruinas de una de las construcciones romanas más grandes que todavía sobreviven del mundo Helenístico. Este templo pagano fue posteriormente usado por la iglesia cristiana oficial del Imperio Romano de Oriente (o Bizantino) desde 396, hasta que en 1453 Constantinopla (luego Estambul) fue tomada por los otomanos poniendo fin al Imperio Romano. La Basílica (casa real) podría ser uno de los primeros edificios destinados al culto ‘cristiano’. Una de sus rotondas es una mezquita islámica desde hace mucho tiempo (link:es.wikipedia.org) Sorprende su semejanza con las ruinas jesuíticas de San Ignacio en Misiones, Argentina (link:www.sanroman.esc.edu.ar) Es interesante agregar que el término ‘témenos’, según algunos autores, se aplicaba a santuarios urbanos; mientras que el científico suizo Carl Gustav Jung(1875-1961) fundador de la ‘psicología analítica’, relaciona ‘témenos’ con el fascinante ‘círculo mágico’, que actúa como un ‘espacio cuadrado’, o ‘lugar seguro’, donde se ‘puede trabajar’ mentalmente 1. Pérgamo llegó a tener 150 mil habitantes en su época de mayor esplendor, en el siglo I 2. Hijo de Neoptólemoy Andrómaca, personajes de la Guerra de Troya(fecha incierta entre 1194 y 1250 a.C) 3.Según otros historiadores Filetaro o Filetairo (343-263 a.C.) era un eunuco que actuó como administrador de Lisímaco. A la cotización actual de la plata, y considerando un talento igual a 26 kilos, sólo en dinero esa fortuna ascendería hoy a €170 millones 4.Cuando Roma despuntaba como imperio, Atalo supo hacer alianzas con sus emperadores. En su reinado, Pérgamo sobresalió como un gran centro artístico y literario. Su sucesor, Eumenes IISóter que reinó desde 197a.C. a 159a. C. construyó el gran altar de Zeus, obra máxima del arte helénico 5. Zeus, en la mitología griega, es el ‘padre de los dioses y de los hombres’; gobernaba desde el monte Olimpo como padre de familia tanto a hijos como a bastardos. Era el Rey de los Diosesque supervisaba el universo; con Atenea, (también conocida como Palas Atenea ): uno de los doce dioses olímpicos griegos; es la diosa de la guerra, la civilización, la sabiduría, la estrategia, las artes, la justicia y la habilidad. Hija de Zeus y Metis, fue virgen perpetua, su fama se extendió por todas las colonias de Grecia, incluyendo España y el norte de África, llegando hasta la India. Su culto tomó muchas formas y llegó a sincretismos con otras divinidades y religiones conocidas Hera, (Juno para los romanos), hija de Rea y Crono en la mitología griega, esposa legítima de Zeus, considerada Reina de los dioses, era la diosa del matrimonio y le sacrificaban vacas y luego pavos reales Deméter, (Ceres para los romanos), es anterior al Olimpo pues aparece en el himno homérico a Deméter (siglo VII a.C.) con que se la venera como ‘la portadora de las estaciones’. Diosa griegade la agricultura, del nutrimento de la tierra verde, del ciclo vivificador de la vida y la muerte, protectora del matrimonio, la ley sagrada y venerada como ‘portadora de las estaciones’ 6. Asclepio es el nombre griego. Se dice de él que tenía el don de la curación y conocía muy bien la Botánica y en particular las plantas medicinales; también, que la familia de Hipócratesdescendía de este dios cuyos atributos se representan con serpientesenrolladas en un bastón, entre otros símbolos. De allí lo del ‘juramento Hipocrático’ de los médicos al comenzar su actividad profesional 7. Apocalipsis 2:12-17 8. Antipas fue un cristiano martirizado por Domiciano a causa de su fe en Jesucristo, en el año 92, es decir pocos antes de que Juan escribiese el Apocalipsis (probablemente en 96), por lo que tanto él como otros ancianos bien podrían haber sido discipulados por Juan 9. Herodes Antipas, hijo de Herodes I como Arquelao y Felipe, tetrarca de Galilea; Mateo 14:1; Lucas 3:1; 3:19; 9:7; Hechos 13:1 10. Apocalipsis 1:16 11. Hebreos 4:12 12. Juan 16:8; Efesios 2:4; Tito 1:9; 2ª Timoteo 3:15; 1ª Juan 4:10 13. Efesios 6:17 14. Efesios 6:12; 1ª Juan 2:14; Apocalipsis 12:11 15. Santiago 4:7; 1ª Pedro 5:9 16. Isaías 55:11 17. Apocalipsis 12:10 18. Según la tradición, Antípas era el anciano (obispo) de la iglesia cuando Domiciano autorizó su muerte (lo cocinaron vivo en una olla de bronce) por no haber consentido a abandonar su fe en Jesucristo, ni adorar al emperador en el templo a Zeus (trono de Satanás) 19. 1ª Pedro 3:15

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