Redención de la creación: visión bíblica

Volvemos a la visión bíblica en el pasaje de Romanos 8:22-27.

09 DE MARZO DE 2012 · 23:00

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Reflexiones previas: redimamos nuestro tiempo. Hoy sentimos la necesidad de reiterar que la sola intención de este blog es generar en los lectores un genuino interés en profundizar los conocimientos bíblicos para aplicarlos en todas las áreas de la vida diaria; particularmente, en aquellas en las que aún no hayan incursionado por falta de información adecuada o por no encontrarle importancia. El tema vínculo entre responsabilidad social y fe, es una de esas áreas muy poco frecuentadas por la mayoría. Somos conscientes que si fracasamos en nuestro intento el fallo no necesariamente recaerá del lado del lector; es más probable que seamos nosotros los que fallemos en nuestra manera de comunicar. De todos modos, debemos reconocer que a muchos lectores les resulta más fácil o atractivo opinar sobre cuestiones que son noticia en las primeras planas de diarios y revistas, en la TV e internet. Esto se comprueba leyendo el amplísimo material que edita P+D y comparando el número de respuestas que reciben los distintos títulos. Las noticias más comentadas son las ligadas a prácticas mundanas con las que un seguidor de Jesucristo jamás se enredaría. A pesar de ello, el arraigado y lamentable hábito del chismorreo instilado por el padre de mentiras ocupa a muchos voluntarios. Su objetivo es desviar la mirada de las cosas de Dios para ocuparse sólo en las de los hombres. Esta realidad confirma que solo unos pocos bucean en los problemas de fondo, mientras muchos gustan chapotear en la superficie.Dios habla de manera directa y clara a los amantes del cotilleo.1 A riesgo de fallar en el intento o de parecer incompletos, desde aquí intentamos compartir conceptos para despertar interés en el diálogo y el análisis, dejando al lector la tarea de profundizar y comentar. REDENCIÓN DE LA CREACIÓN: VISIÓN BÍBLICA En nuestra nota anterior, por ejemplo, citamos dos visiones de la redención de la creación: la judía y la católico-romana. En la presente volvemos a la visión bíblica. En el pasaje de Romanos 8:22-27 citado, Pablo afirma: “Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo? Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos. Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.” ¿De qué nos está hablando aquí el apóstol? Entendemos que se refiere –por lo menos- a tres realidades que NO debiéramos olvidar: 1) La creación sufre de una manera evidente. 2) El creyente sufre en lo profundo de su ser. 3) Los que tenemos las primicias del Espíritu esperamos la adopción. 1.- La creación sufre de manera evidente La visita de Sir John Houghton a España ha generado una interesante cobertura desde P+D con notas que afirman la necesidad de desempeñarnos como buenos administradores de la Creación, de disminuir o evitar los trastornos del cambio climático y de concienciar al conjunto social sobre las ventajas de un estilo de vida responsable con el medio ambiente. Remitimos al lector a los artículos que publica Tubo de ensayo; especialmente ¿Por qué preocuparnos por el medio ambiente? (I) y (II)del Grupo F&C, pues allí encontrará de manera más informada y bien expresadas las evidencias que podríamos enumerar aquí. Nuestro enfoque bíblico, además, encuentra coincidencias con el comentario sobre la carta de Pablo a los Romanos de Pieter J. Den Admirant2. En el párrafo “Las aflicciones del presente, aunque duras, no se pueden comparar a la gloria de Dios que nos espera” el escritor afirma: “(…) los sufrimientos y la gloria venidera (…) están íntimamente relacionados. En la `ley' del reino de Dios no hay gloria sin sufrimiento previo. En la futura gloria no sólo estamos involucrados nosotros, los creyentes, sino también toda la naturaleza, la cual tiene un profundo anhelo; Pablo personifica (sic) la naturaleza, viendo por la fe en ella un anhelo ardiente: la manifestación de los hijos de Dios. El destino del mundo está unido al del hombre. En la caída, el hombre arrastró tras sí a la creación; Dios unió el destino de la creación con el nuestro, porque éramos reyes de ella. Y después de la caída la creación fue sujetada a vanidad por Dios a causa del pecado del hombre. La creación perdió su propósito, no podía (sic) glorificar a Dios completamente, ya que su habitante principal, el hombre, falló. Por otro lado, a causa del pecado del hombre, toda la creación comparte la corrupción y la muerte. Pero Dios puso esperanza en la creación: su liberación junto con la gloriosa liberación de los hijos de Dios, cuando Él renueve todo. Todavía la creación se halla en un estado de gran necesidad, grita como una mujer antes de un parto. Pablo usa este ejemplo no sólo para mostrar (esa) gran necesidad, sino también para mostrar la certeza del nacimiento de la nueva creación.” Precisamente, leyendo los artículos recomendados, esa noción de sufrimiento se hace más palpable. 2.- El creyente sufre en lo profundo de su ser. "Y no solamente la creación", sigue diciendoDen Admirant, “también los creyentes mismos, sabiendo del futuro prometedor, gimen, esperando la adopción. Ya somos hijos adoptados del Señor; sin embargo, la plena realidad de esta situación no se realiza antes de la liberación final: cuando el cuerpo, todavía sujeto al pecado y a la muerte, será completamente libre y vestido de inmortalidad.” Basta con leer noticias, ver la TV o entrar en internet, para enterarnos al instante de lo que desearíamos no tener que enterarnos nunca. La mala noticia es la más redituable para los multimedios que la editan para impactarnos con imágenes que hablan de la injusticia y la miseria humanas más duro que mil palabras. La presión que ejercen sobre la mente y el corazón es indescriptible. La información abusiva tiende un lazo esclavizante a los incrédulos; y constituye una real amenaza a la vida de fe de los creyentes. Sin embargo, de tanto verlas y de tanto oír narraciones desgarradoras es como si fuera endureciéndonos la sensibilidad y generalizándose la convicción de que nada puede hacerse frente a tanto dolor y miseria. Pero, los que le amamos y estamos dispuestos a ir donde Él nos envíe, tenemos la naturaleza sobrenatural de nuevas criaturas y la fuerza que nos convierte en agentes de cambio para el bien. Aún conscientes de nuestra pequeñez e incapacidad, estamos listos para hacer todo lo que se nos demande con tal de agradar a Dios y no al ojo del hombre. Cueste lo que cueste, si no por el dolor ajeno, lo hacemos por amor a Cristo. La secuela del pecado es la depravación total y el odio a Dios –a quien los incrédulos le culpan de todo- y el creyente es el único que puede replicar en sí mismo el dolor que llevó a Jesucristo a echar del templo a quienes lo habían convertido en cueva de ladrones; a reprender a los que impedían que los niños vinieran a Él con su desprejuiciada alegría; a dar de comer a miles de hambrientos; a defender a la adúltera a punto de ser apedreada por los religiosos; a sanar a leprosos y enfermos y darle vida a los muertos; a llorar por el amigo ausente y a amar al que no aceptó su amistad por aferrarse a sus riquezas; a entristecerse frente a la ciudad de Jerusalén que lo rechazó una y otra vez; a impedir que en nombre de la religión se abuse de las viudas, padres ancianos y huérfanos; a fustigar a los hipócritas y despiadados; a curar al enemigo mutilado en un acto de apasionada ira; a compadecerse -ya en la cruz- de su madre, de sus discípulos, del delincuente arrepentido y de la gente que pedía a gritos su muerte. Si tal dolor no embarga nuestra vida debiéramos preguntarnos qué pasó con nuestra fe que ya no la podemos vincular con la gente y el medio ambiente que nos rodean y sufren a causa del pecado. ¿Qué nos pasa que no miramos hacia el autor y consumador de nuestra fe, nuestra esperanza de gloria, para conducirnos en este mundo en espera proactiva por la redención integral? El Creador no hace las cosas a medias; así como nos redimirá transformando nuestro cuerpo, también redimirá a toda Su creación. Quien no sufre como Jesucristo, no puede desear un cambio, le resulta innecesario; se siente bien así como está. No hay peor engaño que sentirse o creerse autosuficientes. Quien solo está feliz viviendo con lo que ve, se pierde de conocer la felicidad que se encuentra en la esperanza, el gozo de Jehová que nos fortalece. El sufrimiento produce en todo creyente paciencia, y lo capacita para ser agente de cambio en esperanza. 3.- Los que tenemos las primicias del Espíritu esperamos la adopción. La figura de las “primicias”, un acto de reconocimiento al Creador y soberano Dios que es tan central en el Antiguo Testamento, apunta a Jesucristo quien se convertiría en “nuestras primicias” por ser el primero en resucitar de entre los muertos para vida eterna. Tan central llega a ser para nosotros que Pablo afirma que si Cristo Jesús no resucitó vana es nuestra fe3. Las primicias en la Biblia es una forma de “anticipo” de una bendición mayor. El anticipo que nos ha dado el Padre es adoptarnos como hijos; y si hijos, también herederos y coherederos juntamente con Jesucristo. Pero la promesa es llegar a ser transformados como Su Hijo. Quien no tiene el anticipo no tendrá lo prometido al que ya lo ha recibido. Veamos qué nos dice Den Admirant: “Esta salvación la tenemos en esperanza. No significa que esta salvación no es segura, sino que aún no ha sido realizada completamente. No vemos la realidad, aunque la esperamos. Pero esperando esa realidad, la aguardamos con paciencia; justamente porque estamos seguros de que Dios realizará todo. Es una seguridad basada en la obra de Cristo. Mientras tanto, el Espíritu de Dios nos respalda. Por causa de las dificultades y aflicciones podemos quedar desalentados, al punto de desmayar. No sabemos completamente lo que tenemos que pedir al Señor en nuestras oraciones, sea que nos libere de los sufrimientos o sea que nos fortalezca para aguantarlos. Sin embargo, el Espíritu de Dios intercede por nosotros por medio de sus `oraciones' en la presencia del Padre con gemidos que ningún ser humano puede entender (literalmente: gemidos `sin palabras'). Sin embargo, son gemidos entendidos y respondidos por el Padre. Pablo dice que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien. Pero con este pensamiento añade también algo: el sufrimiento (cualquiera que sea) sirve a un propósito. Aunque es tan difícil, Dios puede utilizarlo por lo menos para acercarnos más a Él. Dios puede usar todas la cosas, las buenas y las difíciles, en su plan. Por lo tanto podemos siempre pedirle que nos muestre lo positivo en medio de lo negativo.” Los judíos esperan la redención integral de la creaciónaún no teniendo al Salvador y Señor Jesucristo en sus mentes y corazones; todavía hoy piden señales para creer y aunque Jesús y los apóstoles las mostraron en abundancia, tampoco creyeron; los católico-romanos, inducidos por doctrinas de hombres, se someten a la tradición eclesiástica y se sacrifican para salvarse. Mas todo aquél que cree en Jesucristo, único enviado de Dios que hizo la obra completa por amor de nosotros, le espera en el día de la Redención final, y sabe que la fe genuina produce obras dignas que glorifican a Dios, aquí y ahora, hasta que llegue ese día. Mientras toda la Creación gime, como también nosotros, esperemos por fe la redención de nuestro cuerpo y del planeta obrando activamente en estado de permanente alerta. Animémonos con la palabra profética sosteniendo nuestra fecomo a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones”.4 Nuestra próxima nota:Responsabilidad social es fe en acción. Hasta entonces, si el Señor lo permite. ____________________ 1La Biblia dice mucho acerca de las vanas palabras. Levítico 19:16, Proverbios 11:13; 20:19, Jeremías 6:28, Mateo 12:37; 1ª Corintios 4:20; Efesios 5:6; 1ª Timoteo 5:13; 6:3-4; 2ª Timoteo 2:14; 2ª Pedro 2:3; 18. 2http://www.recursosteologicos.org/Documents/Admirant_Romanos.htm 3 1ª Corintios 15:14 42ª Pedro 1:19 Foto de encabezamiento: Campo de trigo con cuervos, Vincent Van Gogh (Julio de 1890). Pintura al óleo, 50x100 cm. Museo Van Gogh, Ámsterdam.

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