Vivencias del Congreso Lausana 4 y aplicación a la España “tumba de misioneros”

Otras naciones como Argentina o Corea han crecido exponencialmente en el número de creyentes durante las últimas décadas, ¿por qué nosotros no? Un artículo de Estefany Sánchez Blake.

01 DE OCTUBRE DE 2024 · 13:20

Varios españoles en el Congreso Lausana 4, conversando sobre los retos para la misión durante el encuentro regional europeo./ Lausanne Movement,
Varios españoles en el Congreso Lausana 4, conversando sobre los retos para la misión durante el encuentro regional europeo./ Lausanne Movement

Llevo un año entero pensando en este viaje. A veces sentía que nunca llegaría el día en el que el avión despegaría con destino a Incheon, Corea del Sur, pero sí, llegó. Y aunque el 19 de septiembre de 2024 se hizo esperar, el 4º Congreso del Movimiento Lausana ha pasado volando. Los días han sido tan intensos y bien aprovechados, que en ciertas ocasiones llegaban las 17:00 de la tarde y era consciente de que había pasado prácticamente todas las horas del día en el centro de convenciones Songdo Convensia sin ver la luz del día. 

He vivido todo tipo de emociones durante estos días: desde rozar el cielo, en los tiempos de alabanza dirigidos por The Getty y Isaiah69, rodeada de una masa de gente a la que no conocía, cada uno de nacionalidades distintas, adorando en sintonía al mismo Dios; hasta momentos de sentirme abrumada por la cantidad de información y de personas que constantemente circulaban a mi alrededor. En total, éramos unos 5.200 participantes representando las 202 naciones del mundo.

He disfrutado mucho de la excelencia con la que se se ha presentado el evento, con puntualidad, orden, una estética detallada al milímetro y los voluntarios siempre atentos para darnos la bienvenida, guiarnos y servir. En especial, me ha impactado el amor de la iglesia coreana por sus hermanos y hermanas. Cada mañana, de 7:00 a 8:00, los coreanos se presentaban en la puerta del hotel para darnos los buenos días y saludarnos antes de subir al autobús que nos llevaba al centro de convenciones. Su sonrisa y cariño me sacaba una sonrisa y hacía un poco más llevadero las pocas horas de sueño que había podido dormir.

Vivencias del Congreso Lausana 4 y aplicación a la España “tumba de misioneros”

Momentos de alabanza y adoración durante Lausana 4./ Lausanne Movement

El lema que se repitió hasta la saciedad fue “Que la iglesia proclame y represente a Cristo juntos.” Hemos tenido la oportunidad de escuchar a conferenciantes como Rick Warren, Sarah Breuel, Philip Ryken, Ruth Padilla y muchos representantes de diferentes contextos y ámbitos que hacían exposiciones de corta duración o se agrupaban por paneles según la temática. No sin controversia, sus charlas apuntaban al servicio y perseverancia en la misión con un fuerte énfasis en la colaboración. Énfasis que hemos puesto en práctica los asistentes al trabajar por grupos y en unidad para cerrar lo que denominaron las brechas. 

Estas brechas representaban 25 áreas en las que aún hay necesidades por cubrir con el evangelio y que la iglesia debería reconocer y movilizarse para cerrarlas. La brecha en la que yo participé junto a Carlos Fumero, José Pablo Sánchez y Esteban Muñoz, “El discipulado en la era digital” proponía la búsqueda de métodos y alternativas que facilitaran el acceso al discipulado a toda persona, adaptado a su contexto, ya sea por el medio digital o presencial, con mentores formados y a través de un consenso global en el que la iglesia promoviera en unidad dicho método. En nuestra mesa de trabajo lo resumimos en cuatro palabras clave: consenso, capacitación, capital y oración. De cada una de estas palabras se desplegaba un proceso y pasos correspondientes que proponíamos como necesarios para que la brecha estuviera cerrada para el año 2050.

Vivencias del Congreso Lausana 4 y aplicación a la España “tumba de misioneros”

Una de las obras de arte presentadas en Lausana 4, representando el esfuerzo en la siembra y la siega del evangelio./ Lausanne Movement

Tanto al colaborar en los grupos de trabajo, como al escuchar a los oradores que nos desafiaban a “necesitarnos unos a otros” desde la plataforma, he llegado a la conclusión de que la iglesia como cuerpo, tiene mucho trabajo por delante y que la importancia de la colaboración entre las diferentes denominaciones, ministerios, líderes e individuos, juegan un papel clave en el avance del Reino en estas 25 brechas en general, y en España, en particular. 

Hablando de España y trayendo a mi terreno lo que he podido reflexionar en estos días, estoy convencida de que no podemos conformarnos con el 1% de evangélicos en nuestra nación. Otras naciones como Argentina o Corea han crecido exponencialmente en el número de creyentes durante las últimas décadas, ¿por qué nosotros no? No podemos dejar las cosas como están y acomodarnos en los bancos y púlpitos de nuestras iglesias. No debemos mirarnos unos a otros por encima del hombro y negarnos a colaborar. Busquemos el avivamiento, la colaboración, la unidad, levantar ese 1% al 10% en los próximos diez años. Un pasito a la vez, un 1% cada año. Promovamos el evangelismo, el discipulado y las misiones como la sangre que hace palpitar a las congregaciones. Tengamos más fe para creer que Dios puede obrar en los corazones de los españoles y para creer que lo que antaño se conocía como una tumba de misioneros se convertirá pronto en una nación portadora de misioneros al mundo. 

Cómo dijo Sarah Breuel en su exposición sobre el avivamiento, “Europa no está muerta porque Dios es experto en la resurrección. Y Europa va a resucitar”.

 

Estefany Sánchez Blake es responsable de Marketing y Comunicaciones en Decisión, y formó parte de la delegación española presente en Lausana 4.

 

 

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