30 años de renacimiento del evangelicalismo en Albania

La asombrosa historia de la obra de Dios en Albania tiene raíces profundas que se remontan a la primera predicación del evangelio por el apóstol Pablo a los ilirios, los antepasados de los albaneses de hoy en el primer siglo (Romanos 15:19).

Las raíces secundarias más recientes de los evangélicos en Albania se remontan a la gran contribución de los misioneros británicos y estadounidenses en las primeras décadas del siglo XIX, con la publicación de la primera Biblia en albanés en 1827.

Pero la devastación del régimen comunista ateo de Albania fue tan completa que solo entre 13 y 16 creyentes evangélicos estaban vivos cuando Albania recuperó la libertad en 1991.

Lo asombroso de la historia es que en menos de 30 años Dios resucitó de las cenizas, y quemó el muñón de la Iglesia Evangélica en Albania, hasta el punto en que hoy tenemos congregaciones en cada rincón de Albania, unas 200 iglesias evangélicas de todo tipo de denominaciones.

Éstas se han unido en la Alianza Evangélica de Albania (VUSH, por sus siglas en albanés) y están representadas como una comunidad distinguida para el pueblo albanés, ganando también el reconocimiento oficial del gobierno como comunidad religiosa oficial en 2011.

En 2018, la Alianza Evangélica de Albania se convirtió en miembro igualitario del Consejo Interreligioso de Albania (KNFSh, por sus siglas en albanés), donde todas las comunidades religiosas oficiales de Albania (musulmana, ortodoxa, católica, bektashi, evangélica) están representadas con su respectivo presidente o arzobispo.

La Alianza Evangélica de Albania asumirá la presidencia del IRCA/KNFSH por primera vez el próximo año de 2022, lo que significa una oportunidad increíble para mostrar al mundo no solo lo que Dios puede hacer en una situación aparentemente imposible después de las devastaciones del totalitarismo, sino también el admirable ambiente interreligioso de Albania, donde una comunidad de conversos de otras religiones es aceptada como un igual entre las personas de esas religiones de donde surgieron para vivir en paz y armonía, brindando un raro honor a la nación albanesa.

El 12 de octubre, la Alianza Evangélica de Albania celebró los 30 años de re-evangelización de Albania, junto con la organización paraguas de todos los misioneros en Albania (AEP).

La AEP fue fundamental, no solo para llevar el fuego del evangelio desde los primeros días de la libertad en 1991, sino que también fue el factor principal para forjar la unidad de todos los evangélicos desde el comienzo del establecimiento de iglesias jóvenes en toda Albania.

Esta unidad de los misioneros en Albania recibe muchos elogios y se destaca como un logro cristiano ejemplar para todo el mundo.

El 14 de noviembre, en la plaza central de Tirana, la capital de Albania, justo donde comenzaron las primeras actividades evangélicas en 1991, la floreciente iglesia evangélica de Albania, con representantes de iglesias de todo el país, se reunió para celebrar los 30 años de libertad religiosa y la fructificación del anuncio del Evangelio en Albania.

Adorar a Cristo libremente desde la plaza central de la capital, predicar el evangelio abiertamente en el lugar más representativo para los albaneses, hablar claramente de nuestro distintivo en Cristo junto a la Mezquita Et'hem Beu, que ocupa la esquina de la plaza, fue una experiencia poderosa.

Después de 30 años de libertad religiosa, después de 30 años de un crecimiento hermoso y sin obstáculos de la Iglesia albanesa, no nos hacemos la ilusión de que el clima político no cambiará, afectando las libertades que hemos disfrutado en estos 30 años.

Mientras el ambiente y la celebración, con nuestro característico cántico evangélico, fue brillante, el era nublado y comenzó a llover, lo cual fue señalado desde el escenario como una ilustración de la naturaleza de nuestra misión en este mundo: la Iglesia de nuestro señor Jesucristo en Albania y en todas partes continuará adorando y proclamando las buenas nuevas de su salvación con buen y mal tiempo, en libertad y en persecución, en tiempo y fuera de tiempo, tal como nuestro Rey nos pidió que hiciéramos, porque está con nosotros hasta el fin del mundo.

Soli Deo Gloria.