No adoréis d10ses ajenos

A Maradona se le compara repetidamente con un dios, cuando es un hombre con pies de barro. Dieguito ha fallecido, Jesús -el verdadero Dios- vive para siempre.

27 DE NOVIEMBRE DE 2020 · 13:38

Mural en Nápoles, Italia. / Jack Hunter, Unsplash,
Mural en Nápoles, Italia. / Jack Hunter, Unsplash

Todo es desmesurado alrededor de la muerte de Maradona. Y es comprensible en su faceta como futbolista, podríamos decir que elevó el balón a la categoría de arte visual y estético. Esto es indudable, y merece el homenaje por ello.

Por contraste, en lo personal está su vida llena de sombras, que se achacan a las “malas compañías”; como si esas compañías no hubiesen sido elección suya. Sus adicciones, irresponsabilidad general ante la vida, sus salidas de tono, son difícilmente olvidables y están muy alejadas de lo que puede ser un ejemplo.

Lo que no quita que duela haber visto su figura de muñeco roto zarandeada en medio de la fama desmedida, los intereses económicos, de poder o de populismo en torno a su persona. Todo el respeto a su recuerdo.

Pero hay millones de padres y madres responsables, de trabajadores que han dado su día a día por su familia, misioneros, científicos e investigadores que han aportado a sus cercanos mil veces más que Diego Maradona. Sin su virtuosismo con el balón, sin su aura de magnetismo, pero dando a los demás una parte de su vida. Y no tendrán más lágrimas o reconocimiento que de sus cercanos.

A Maradona se le compara repetidamente con un dios, cuando es un hombre con pies de barro (como en mayor o menor medida es todo ser humano). Dieguito ha fallecido, Jesús -el verdadero Dios- vive para siempre porque es el único que ha vencido a la muerte.

Y he aquí que mientras en Argentina se clausuran en favor de la salud templos por la pandemia, sin poder adorar a Dios, miles de personas sin mascarillas y hacinadas acuden a velar el cadáver del Pelusa, su “d10s”.

Mientras en las publicaciones generalmente se toman como fanatismo expresiones de sentimiento alabando al Dios de los cielos, las televisiones y medios de todos los países se llenan de forma interminable de personas andando de rodillas, gritando incoherentes o llorando y gimiendo sin consuelo ante los restos de un hombre fallecido; resaltando que es la enorme emoción por el "dios terrenal" que ha abandonado la vida.

Nunca fue tan patente que cuando una sociedad está vacía de Dios se llena de ídolos. La imagen erigida en torno a Diego Maradona es uno de ellos.

No tengas ningún otro dios aparte de mí. No te hagas ninguna clase de ídolo ni imagen de ninguna cosa que está en los cielos, en la tierra o en el mar. No te inclines ante ellos ni les rindas culto (Éxodo 20:3-5)

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Actualidad - No adoréis d10ses ajenos