La estanteria

Sara Moreno

Sara Moreno

07 DE MARZO DE 2015 · 19:14

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El día de su cumpleaños Nacho amaneció solo en casa. Ese día sus padres trabajaban.
Todavía con el sueño en sus párpados bajó despacio las escaleras. Iba a intentar despejarse con un buen zumo de naranja. Cuando entró a la cocina una caja bastante grande esperaba envuelta en papel de regalo sobre la mesa. Del lazo colgaba una tarjeta “Con cariño papá y mamá. ¡Felicidades hijo!”

De repente Nacho se encontró totalmente despierto. Rompió el papel con ganas, como cuando era pequeño. 

-¡Si! ¡Por fin!

Cogió la pesada caja y, como pudo, la subió a su cuarto. Llevaba mucho tiempo pidiendo una estantería nueva para colocar su colección de películas y videojuegos. La que tenía se le había quedado pequeña y anticuada. La abrió y sacó las instrucciones y todas las piezas. 

Una vez preparado con todas las herramientas se puso sin dilación a armar esa deseada estantería. Poco a poco fue localizando piezas y las fue ensamblando como según creía él que estaba bien, sin embargo su alegría pasó poco a poco a impaciencia y enfado. Cada vez que tenía más de tres piezas atornilladas se daba cuenta de que la posición no era la correcta y las piezas no estaban bien, por lo que tenía que deshacer todo.

Agotado y sudando se sentó en un rincón... Quería hacerlo pero no sabía como. Pero, ¿qué había hecho con las instrucciones? Con tanto movimiento había ido a parar debajo de la cama, no las había hecho ni caso.

¡Uf! No se si podré entender todo esto.

Le echó una ojeada por encima, pero solo veía dibujos de piezas, números y letras. Siempre que había montado algo lo había hecho con su padre.

Bueno, como siempre me dice ¡Empezaré por el principio!

En la primera hoja se podía leer el nombre del modelo y una pequeña guía del manual. Mas abajo, en negrita  estaba el fabricante, al que le seguía un numero de teléfono con una nota explicativa “Si necesita alguna orientación o explicación sobre el manual no dude en llamar a fábrica, estaremos encantados de ayudarle”.

¿Cuántas veces tratamos de seguir el camino de Dios como nosotros pensamos que es mejor?  El Señor también nos ha dado un manual de instrucciones, la Biblia: su palabra. 

“Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.” Josué 1:8

No sigas dando pasos sin conocer cual es la mejor forma. Y si no entiendes algo, llama al fabricante mediante la oración. Dios dice que dará sabiduría al que se la pida con fe.

“Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.” Santiago 1:5

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