¿Arminianos?
Hay un grupo de creyentes Protestantes Evangélicos en Latinoamérica que se identifican con la crítica de Jacobo Arminio en contra de una interpretación determinista de la salvación.
EE.UU. · 21 DE JUNIO DE 2017 · 19:42
Recientemente leí un reseña publicada por Protestante Digital donde la autora concluye que el debate Calvinista-Arminiano se reduce a “simples opiniones” de seres humanos acerca de la Biblia y el Evangelio. Al parecer, gran parte de la crítica presentada por la reseña iba dirigida al resurgimiento calvinista en Latinoamérica que, sin lugar a duda, es evidenciado por la cantidad de foros, conferencias, blogs, videos, literatura, plantación de iglesias del movimiento reformado en la región.
Por ejemplo, la autora del artículo critica lo que para ella parece ser una fijación desmedida en personalidades, como el reformador del siglo XVI Juan Calvino y el predicador británico del siglo XIX Charles Spurgeon.
Ahora bien, ¿quienes son los arminianos? ¿Y por qué son tan mencionados en los foros reformados? La respuesta es compleja. Pero para entender el asunto, tenemos que hacer la salvedad que hay “arminianos de etiqueta” y “arminianos por convicción”. Permítame explicarle.
Al parecer, muchos cristianos desconocen que “arminiano” es la etiqueta dada por los calvinistas (de manera tergiversada y a veces peyorativamente) a todos los cristianos que no concuerdan con los principios soteriológicos de la llamada “gracia soberana”.
Por lo tanto, aunque usted no entienda el debate ni le interese el tema, ya ha sido involucrado de facto en esta pugna doctrinal evangélica. Esto se debe a que si usted no es calvinista (ya lo sabría si así fuese), los “reformados” lo más probable lo vean a usted como “arminiano”. Quizás esto se debe a que para un grupo significativo de los hermanos reformados, el título “arminiano” es sinónimo de “semi-pelagianismo” (una herejía condenada en el II Concilio de Orange del 529).
Semi-pelagianismo: “cualquier sistema soteriológico (referente a la salvación) en el cual el proceso de salvación es iniciado por la persona humana aparte de cualquier gracia que no sea la gracia común, pero en el cual el proceso de salvación es sinérgicamente completado por la interacción cooperativa de lo divino y lo humano.”
Aunque no hay duda que el “semi-pelagianismo” se practica en algunos grupos evangélicos en Latinoamérica, los “arminianos por convicción” no son semi-pelagianistas.
Los “arminianos por convicción” identifican sus raíces protestantes en la crítica al calvinismo propuesta por el pastor y teólogo reformado holandés Jacobo Arminio (1560-1609). Este se opuso a la doctrina de la “doble predestinación supralapsaria” calvinista (ver “Historia del Pensamiento Cristiano” por Justo L. González).
El argumento de Arminio buscaba contrarrestar interpretaciones bíblicas calvinistas que asemejan el trato de Dios con la humanidad a una “ruleta rusa” donde de manera aleatoria Dios predetermina, antes de nacer, algunos individuos a la salvación y a otros a la condenación.
Arminio, un simple hombre falible que nunca tuvo la intención de empezar un movimiento creyó -tal y como 1 Timoteo 2:4 establece- que el deseo genuino de Dios es que “todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.”
En base a ese deseo genuino de Dios para la humanidad, Arminio argumentó que la elección del ser humano a la salvación no es por decretos aleatorios supralapsarios, sino por medio de la obra del Espíritu Santo, el cual provee unilateralmente su gracia divina a toda criatura. Dicha gracia -comúnmente conocida por los “arminianos de convicción” como la gracia previniente- precede, habilita y convence al mundo de pecado, a tal punto que posibilita la fe en seres humanos que de otra manera no podrían llegar al conocimiento de la verdad en Cristo.
Esta virtud divina del Espíritu Santo es evidenciada en el poder de Dios manifestado a través de la predicación y enseñanza del evangelio estipuladas por la “Gran Comision”. A diferencia de la noción de la “gracia irresistible” propuesta por el sistema teológico calvinista -la cual responde en última instancia a la predeterminación de algunos a las salvación- Arminio y sus seguidores inmediatos argumentaron que la gracia que precede y habilita las facultades humanas puede ser resistida.
Esta conclusión está basadas en aquellos pasajes de las escrituras que demuestran que personas resistieron la obra del Espíritu Santo en sus vidas, (ver Hechos 7). Esta base doctrinal es la que distingue a los “arminianos por convicción” de los “semi-pelagianistas” etiquetados como “arminianos” por muchos de los pensadores calvinistas.
A duras penas ha surgido un grupo reducido de teólogos, pastores y líderes laicos (de los cuales yo me considero ser parte) en distintas regiones del continente y de distintas denominaciones que se ha atrevido a retomar el término tan vituperado de “arminiano” para dilucidar las repercusiones doctrinales de lo que significa ser “arminiano por convicción”.
La Sociedad Evangélica Arminiana Latinoamericana (SEAL) es una de muy pocas organizaciones existentes en las redes sociales que se ha dado a la tarea de contrarrestar la noción de que la interpretación calvinista de la salvación es la que más se ajusta a las sagradas escrituras. La SEAL[i], por su parte, busca ilustrar cómo los temas de la Salvación, la Gracia, la Fe, la Elección, la Predestinación, la Regeneración, la Justificación, la Santificación y la Glorificación han sido interpretados de manera muy distinta a la calvinista por nuestros ancestros cristianos -algunos de los cuales vivieron en la era patrística mucho antes de Calvino o Agustín de Hipona. También se enfatiza lo esencial que es entender dichos conceptos bíblicos para el discipulado y la perseverancia en la fe cristiana.
Por lo tanto, la próxima vez que ud. escuche a alguien usar el término “arminiano” en uno de esos debates aguerridos en las redes sociales, pregúntese si dicha aseveración se refiere a una etiqueta dada por los calvinistas a quienes ellos ven como “semi-pelagianistas” o a ese puñado de creyentes Protestantes Evangélicos en Latinoamérica que se identifican con la crítica de Jacobo Arminio en contra de una interpretación determinista de la salvación.
Samuel L. Caraballo - Hernández – Esp. Ética Social – Boston, Massachusetts (EEUU)
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - SAMUEL L. CARABALLO-HERNÁNDEZ - ¿Arminianos?