El ‘Diseño Inteligente’

El Diseño Inteligente es la alternativa científica a la imposibilidad de la Teoría de la Evolución, en cualquiera de sus variantes, para explicar el origen y la complejidad de los seres vivos a la luz de los conocimientos de la Biología en el siglo XXI.

ESPAÑA · 09 DE MARZO DE 2017 · 04:54

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El Diseño Inteligente es la alternativa científica a la imposibilidad de la Teoría de la Evolución, en cualquiera de sus variantes, para explicar el origen y la complejidad de los seres vivos a la luz de los conocimientos de la Biología en el siglo XXI.

En el siglo XIX, cuando Darwin escribió “El Origen de la Especies por Selección Natural”, no se tenía la menor idea de cómo era una célula por dentro, ni del sustrato de la herencia, contenido en el ADN. Más tarde, ya en el siglo XX, se reformuló el mecanismo Darwinista de la Evolución de las Especies, apelando a las Mutaciones al Azar + Selección Natural.

Esta explicación, en principio legítima como hipótesis, se vio frontalmente desafiada por los hechos empíricos y lo expresaron, fundamentalmente, algunos genetistas y matemáticos. ¿Cómo van a ser las mutaciones genéticas el motor de la mejora de las Especies?

Experimentalmente o por observación de la realidad, se ha comprobado que lo menos inocuo que pueden producir las mutaciones es no ocasionar nada importante (si no afectan a la síntesis de una proteína esencial), pero lo normal es que produzcan enfermedad o la muerte del ser que las padezca. Esta paradoja despertó interrogantes sobre la validez de la hipótesis en científicos ya en los años ´60 del siglo pasado (Pierre Grassé, Marcel Schützenberger, etc.), en los años ´80 (Colin Patterson), y especialmente en el bioquímico australiano Michael Denton que en 1986 publicó “La Evolución, una Teoría en crisis”; si algo caracteriza a Denton es su agnosticismo religioso y su sagacidad y honestidad investigadora.

Lo expuesto hasta ahora se refiere a los supuestos mecanismos de cambio de especie (la Evolución propone un ancestro común, una célula que se formó casualmente, junto con un lentísimo cambio progresivo hacia especies mejoradas y mejor adaptadas al medio, hasta llegar a nosotros, los humanos.

 Las “mutaciones al azar” son un mecanismo imposible para producir especies más complejas. Deterioran las existentes. Las “mutaciones positivas” no pasan de ser una entelequia fantasiosa. No se observan en Biología.

Pero sobre el Origen de la Vida, la hipótesis evolucionista tampoco se ha visto confirmada. La supuesta “sopa prebiótica” de la que por casualidad habría surgido la vida hace millones de años nunca ha podido ser reproducida en laboratorio. Nunca se ha conseguido generar cadenas de aminoácidos o de nucleótidos (los eslabones del ADN o ARN) que funcionasen. El “mundo del ARN”, es otro escenario fantasioso, pequeñas porciones de ARN, con actividad enzimática para hacer expresar a otras cadenas la información que contienen… Los jóvenes científicos entusiastas que, a partir de los experimentos de Miller en 1953, se lanzaron ilusionados a la investigación de diferentes escenarios químicos para producir, de forma natural, proteínas o nucleótidos, acabaron en el desánimo y, varios de ellos (Prof. Dean Kenyon…), en el campo del Creacionismo o del Diseño Inteligente.

Pero, quizás, el mayor escollo con el que la Teoría de la Evolución se ha encontrado, está en lo que se ha ido conociendo sobre cómo es la célula por dentro. La célula está llena de “máquinas” proteínicas de una tremenda complejidad. La máquina que mueve el flagelo de una bacteria, el conjunto de proteínas que al activarse unas a otras permiten la generación de una corriente eléctrica desde la retina al cerebro para que éste la interprete y podamos ver, la cadena de proteínas activadas que induce la coagulación de la sangre, los mecanismos con que los ribosomas “leen” las porciones de ARN y producen los cientos o miles de proteínas diferentes que hacen que una célula viva y aporte su función a un organismo pluricelular, etc., etc., etc.

Otro hecho fundamental que se ha descubierto es que el ADN contiene “Información”: la doble hélice no es la información, es un vehículo (igual que el papel y tinta, o un jeroglífico no son información, son “medios” para transmitirla, una “inteligencia” que hay detrás los usa para comunicar algo; la información es algo inmaterial). Los códigos son sistemas utilizados por seres inteligentes para comunicar información. El “Código Genético” es un código, mediante la combinación de 4 letras (ACTG), en grupos de 3; llama a aminoácidos del citoplasma celular para unirlos y formar proteínas funcionales.

En lo que se refiere a las máquinas intracelulares, no hay forma de explicar su funcionamiento por un proceso de “paso a paso”: o están todas las partes juntas desde el principio o nunca podrían desarrollar la función (igual que un coche que no tiene, al menos, organizados y en su sitio desde el principio, unas ruedas, un eje, un volante y un motor, nunca podría moverse).

La Teoría de la Evolución no ha demostrado tener una respuesta científica plausible para el origen de la vida, ni para la diversidad de la vida (la  multitud de animales y plantas que existen), ni para la complejidad de la vida, de la cual Darwin en su época no tenía el menor atisbo. ¿Por qué seguir manteniéndola?

A principios de los años ´90 del siglo pasado el Prof. Philip Johnson, una mente analítica privilegiada, catedrático de Derecho en la Universidad de Berkeley, durante un año sabático en Inglaterra se dedicó a estudiar la Teoría de la Evolución en profundidad, con el desapasionamiento y libertad de mente de alguien que se dedica profesionalmente a otro campo, el Derecho, las pruebas,  los juicios. Fruto de ese estudio fue su libro “Proceso a Darwin” (Darwin on Trial) donde, simulando un juicio, muestra de forma descarnada, demoledora, pero muy elegante, la falta de sustento científico serio de los argumentos del Darwinismo, a la luz de los conocimientos actuales en Biología. En ocasiones  hace falta un observador externo para decirle al rey que está desnudo.

Ese libro fue una bomba que despertó a muchos hombres de ciencia que, aun teniendo la mosca detrás de la oreja sobre el desencaje entre lo que iban descubriendo y el paradigma dogmático de la Evolución, no sabían cómo, o no se atrevían, a expresarlo abiertamente. El Prof. Johnson sirvió de catalizador para que el Prof. Michael Behe, bioquímico, William Dembski, matemático, Paul Nelson, biólogo, Stephen Meyer, biólogo, David  Berlinski, filósofo, y otros muchos científicos, se reuniesen, expusiesen sus objeciones al paradigma “oficial” y articulasen una Nueva Teoría, un Paradigma alternativo a la Evolución.

La evidencia de Información extensísima en el más sencillo de los seres vivos y la complejidad pasmosa de los mecanismos intracelulares no pueden ser explicados dentro de los parámetros de la Evolución, naturalismo, azar y tiempo (el tiempo, per se, lo que hace es aumentar la desorganización, la Entropía, de los sistemas organizados, no mejorarlos), pero sí se pueden explicar si se acepta lo evidente, que en Biología hay muestras irrefutables de Diseño e Inteligencia. 

Esta Teoría Científica no tiene nada que ver con la mística o la religión, sino simplemente con la lógica empírica que debe guiar todo progreso en el conocimiento científico.

Hasta que se articuló este nuevo paradigma en Biología, los críticos con la Evolución, que ya conocían de las carencias explicativas de ésta, se adscribían al AntiDarwinismo, al Creacionismo Bíblico, al Creacionismo a secas, etc., y son dignos de encomio y de reconocimiento los trabajos pioneros del Dr. Henry Morris y de Ken Ham y su “Answers in Génesis”, y otros muchos. En España,  el esfuerzo ingente de traducción y difusión de Santiago Escuain y su página SEDIN, desde los años ´70 del siglo pasado. Los cristianos tenemos una deuda de gratitud con ellos porque nos aportaron los datos que nos permitieron ser cristianos con una mente no esquizofrénica al leer la Biblia y, de forma especial, el libro del Génesis.

Desde una perspectiva puramente científica, a la Evolución hay que contraponer la ciencia empírica actual, con la Teoría del Diseño Inteligente, que no pretende decir quién es el diseñador, solo constatar que en Biología  hay muestras de Diseño e Inteligencia, porque si no, no hay explicación razonable para lo que se descubre en la célula y, a partir de ahí, trabajar en la Biología positiva (buscar la causa genética de muchas enfermedades y como atajarlas, estudiar los comportamientos admirables de los animales y plantas existentes, producir semillas o animales más productivos, etc, etc. y dejar de perder el tiempo y el dinero de los contribuyentes en la búsqueda de fósiles intermedios, que no aparecen nunca, en la búsqueda del cómo un mamífero terrestre se convirtió en una ballena o un ratón en un murciélago, en la búsqueda de escenarios químicos  prebióticos, que han fallado todos , o en tratar de ingeniar soluciones evolutivas fantasiosas para explicar la complejidad de lo que se observa).

Pero en un paso más allá de la Teoría Científica del Diseño Inteligente, que no se mete en ello, los que hemos conocido la Revelación del Diseñador, en la Biblia, al menos un servidor, nos reconocemos como Creacionistas Bíblicos, porque no conocemos un solo dato de la ciencia empírica que pueda poner en tela de juicio la literalidad del Libro del Génesis.

Se preguntaban algunos qué es el Diseño Inteligente con un deje despectivo; pues es una Teoria Científica, y es el futuro. El Evolucionismo es un paradigma fallido, es cuestión de tiempo el que se manifiesten públicamente  las maniobras deshonestas de parte del Establishment Biológico para mantenerlo vivo. Ben Stein en su película “Expulsados, no se permite la Inteligencia” (“Expelled , no Intelligence  allowed”, en el original  inglés) ya hizo un primer acercamiento al tema.

El “Evolucionismo-Teísta” es un pozo de confusión para los cristianos, una perspectiva contraria a la ciencia actual y, además, el hazmerreír de los ateos irredentos como Richard Dawkins y otros, a los que se pretende no enfadar,  para los cuales la Evolución es el único sostén “científico-filosófico” en su rechazo a lo Trascendente.

 

Antonio R. Martinez Fernandez – Dr. en Medicina – León (Espana)

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - ANTONIO R. MARTÍNEZ FERNÁNDEZ - El ‘Diseño Inteligente’