Las experiencias espirituales

Estamos viviendo un tiempo en el cual los creyentes aparentemente buscan con mayor énfasis las cosas espirituales. Este es un fenómeno mundial, ya que los mismos inconversos buscan también todo lo que tiene que ver con lo espiritual.

Argentina · 15 DE NOVIEMBRE DE 2016 · 21:58

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Estamos viviendo un tiempo en el cual los creyentes aparentemente buscan con mayor énfasis las cosas espirituales. Este es un fenómeno mundial, ya que los mismos inconversos buscan también todo lo que tiene que ver con lo espiritual.

Pero nos preguntamos: ¿esta búsqueda es para conocer más a Dios? ¿Es para conocer mejor Su Voluntad, con el propósito de obedecerla? Como mencionamos, el mundo también busca lo espiritual; sin embargo, vemos que se vuelcan al ocultismo, a los espíritus malignos, al misticismo, a la idolatría.

¿No estará sucediendo algo semejante entre los creyentes? ¿Las iglesias están buscando más del Señor, más de Su Palabra, más de Su Voluntad? ¿O están buscando experiencias espirituales, a costa de la fidelidad a las Sagradas Escrituras?

Con tristeza debemos reconocer que, efectivamente, pocas iglesias  están buscando más de Dios, más de Su Voluntad; no se advierte en general un interés real y genuino en comprobar “cuál sea la buena Voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12.2).

Cada día que pasa se dificulta el poder relacionarse con iglesias sanas, bíblicas, con vida espiritual, que no hayan dejado el primer amor, en cuyos cultos el Señor Jesucristo sea el centro, la Santa Biblia el Libro excluyente y base incuestionable de toda práctica, siendo una iglesia que ama al Señor, a los hermanos y a las almas perdidas, y que no discrimina a las personas por su raza, color de piel, cultura o idioma.

Descubrimos con sorpresa, y a veces con horror, prácticas indignas de una iglesia que ha sido lavada, santificada, justificada en el Nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios (1° Corintios 6.11).

Dice la Palabra de Dios: “… que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones” (2° Corintios 2.11).

No es solamente el diablo el responsable de estas prácticas; también lo son las personas: “… hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error” (Efesios 4.14).

Declaraba el apóstol Pablo: “… renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la Palabra de Dios” (2° Corintios 4.2).

Un argumento conocido y esgrimido por muchos es que en estas iglesias hay milagros, sanidades, revelaciones, exorcismo, elevado número de asistentes, profunda vida espiritual. Pero, ¿es esto así, realmente?

¿Debemos impresionarnos por el amplio y lujoso recinto de reuniones que suelen tener tales congregaciones? ¿Nos debe cautivar el elevado número de asistentes a tales reuniones? ¿Nos podrán convencer las manifestaciones de milagros, sanidades, revelaciones, lenguas, espiritualidad y el echar fuera a los demonios?

Por otro lado, tales manifestaciones espirituales, ¿no son acaso una prueba, una señal de que el Señor está con ellos y que aprueba sus cultos y a quienes toman parte en los mismos?

¿Qué dice Dios en Su santa Palabra? Esto es lo que vale; es la Palabra final sobre toda controversia, el inspirado Consejo del Señor para Su pueblo.

"No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el Reino de los cielos, sino el que hace la Voluntad de mi Padre que está en los Cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu Nombre, y en tu Nombre echamos fuera demonios, y en tu Nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de Mí, hacedores de maldad" (Mateo 7.21-23).

Esto nos enseña y demuestra que las manifestaciones espirituales, aun aquellas que resulten en nuestro beneficio y en aparente victoria para el Reino de los Cielos no son una señal, prueba o garantía de que Dios aprueba tales manifestaciones ni a quienes las realizan.

Lo mismo sucede con la enseñanza o prédica, aunque tenga una cierta base bíblica. Pues dice en 1° Juan 4.1: “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo”.

Esto nos lleva a observar lo siguiente: que aparte del Espíritu Santo hay ‘otros espíritus’, que no provienen de Dios.

Por lo tanto, podemos pensar, creer o incluso sentir una espiritualidad o una manifestación espiritual que procede, en realidad, de las tinieblas.

“Porque si viene alguno predicando a otro Jesús que el que os hemos predicado, o si recibís otro espíritu que el que habéis recibido, u otro evangelio que el que habéis aceptado, bien lo toleráis”. (2° Corintios 11.4).

Observemos cómo los ‘sanadores’ declaran los milagros que han realizado en ‘otros lugares’, con lujo de detalles, creando expectativas e ilusiones de que sucederá también allí.

Notemos que estos ‘sanadores’ jamás oran en público por la gente enferma que se acerca al estrado, diciendo al Señor estas palabras: “Si es tu Voluntad”.

Comprobamos que cuando predican declaran prosperidad, éxito, vindicación. En tanto que el verdadero Evangelio nos habla de negarnos a nosotros mismos, tomar nuestra cruz y seguir al Señor; aunque no obtengamos compensación por las injusticias recibidas, aunque nos consideren como si fuésemos fracasados y derrotados (Lucas 9.23).

Pero, ¿sana Dios hoy día? Ciertamente; si es Su santa Voluntad y no en todos los casos.

¿Hay milagros en estos tiempos? Ciertamente; todos los días suceden milagros, que no vemos por causa de nuestra ceguera espiritual (Isaías 42.19; 43.8).

¿Hay liberación de demonios? ¡Ciertamente! Cuando Jesucristo, el Salvador y Señor entra en una vida y se le entregan todas las llaves del corazón, hay liberación espiritual; ni el diablo ni los demonios pueden habitar o hallar lugar en una vida entregada y rendida al Señor que ha renunciado al pecado, a la idolatría y al ocultismo.

Hay casos específicos en que se necesita la oración e intercesión por parte de hermanos fieles, humildes, firmes en la doctrina y llenos de fe, que primero se han examinado bien, antes de intentar ayudar a personas que han estado inmersas en el espiritismo, en umbanda y en tantas otras formas de ocultismo (Hechos 19.13-17).

 

Marcos Andrés Nehoda - Pastor - Argentina

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - MARCOS ANDRES NEHODA - Las experiencias espirituales