Extracciones forzadas de órganos a cristianos chinos

La práctica de extracción forzada de órganos está todavía vigente en China y los cristianos que asisten a las iglesias en casas se encuentran entre las víctimas, según dos investigadores que han pasado 10 años investigando este escabroso tema.

El abogado internacional de derechos humanos David Matas y el ex fiscal de la Corona y ministro David Kilgour presentaron las conclusiones de su informe en la Mesa Internacional del Congreso de los derechos humanos en Ottawa el pasado 3 de noviembre.

El informe revela que se calcula que cada año se llevan a cabo de 60.000 a 100.000 trasplantes de órganos en hospitales chinos desde 2000.

Los órganos se extraen de manera forzada a personas vivas, provocándoles la muerte, principalmente practicantes de la religión Falun Gong, pero también de otros presos de conciencia, como uigures, tibetanos y cristianos que se reúnen en casas.

El informe pone de manifiesto que los trasplantes de órganos eran la principal fuente de financiación de los hospitales que practicaban esta técnica. Kilgour declaró que no se trata de hechos aislados, sino que las instituciones gubernamentales y de la salud en China están involucrados en esta práctica.

"El saqueo de órganos en China es un crimen en el que el Partido Comunista, las instituciones del Estado, el sistema de salud, hospitales, y los profesionales sanitarios son todos cómplices", dijo Kilgour.

Matas y Kilgour describieron la práctica como "el núcleo central de las violaciones de derechos humanos en China. "

“¿PODEMOS TOLERAR ESTE CRIMEN EN SILENCIO?”

El Foro Internacional sobre la sustracción forzada de órganos en China se llevó a cabo en Berlín, Alemania el pasado 28 de octubre, días antes de los diálogos oficiales de derechos humanos entre China y Alemania, así como entre China y la Unión Europea. Entre los participantes estaba Martin Patzelt miembro del Parlamento alemán (MP) y del Parlamento Europeo (MEP).

Martin Patzelt comentó en la inauguración del foro que "la sustracción de órganos forzada ha estado sucediendo desde hace más de diez años en China. No se ha reducido, sino que se ha incrementado ¿Cómo podemos tolerar este crimen y guardar silencio? "

Y continuó: "No tiene precedentes que un país participe en la sustracción forzada de órganos con fines de lucro. Si no se trabaja por los derechos humanos en este tema, tenemos que preguntarnos si somos seres humanos".

"Hablamos de un negocio multimillonario y estructuras tipo mafia con el objetivo de obtener beneficios gracias a la gran demanda de órganos vivos sanos - cualquiera que sea el costo. Incluso si se trata de la vida de personas inocentes”.

"Debemos asumir que la extracción de órganos es sancionada y encubierta por el Partido Comunista de China deliberadamente”. También expuso que millones de personas son mantenidas cautivas sin base legal y que muchos de ellos sirven a las instituciones que realizan trasplantes como "lucrativo stock de órganos vivos por muy mal que suene”.

"Hacemos un llamamiento para la liberación inmediata de todos los presos políticos no violentos en China, incluyendo los seguidores del movimiento Falun Gong y los cristianos."

POSIBLES MEDIDAS INTERNACIONALES

Martin Patzelt finalizó diciendo que Alemania necesita una legislación para detener el tráfico ilegal de órganos. Sugirió que China debe ser presionada para detener la extracción de órganos condenando esta práctica a través de resoluciones de la Cámara de Representantes y el Parlamento Europeo.

También cree que muchos cirujanos chinos que realizan trasplantes de órganos han sido entrenados en países occidentales y ha opina que las leyes deben controlar y en su caso impedir que se forme a estos médicos chinos.

Patzelt señaló que las empresas farmacéuticas occidentales han suministrado medicamentos de trasplantes de órganos en China e incluso llevado a cabo ensayos clínicos contrarios a la ética; y que Occidente podría tomar medidas para impedir actividades de este tipo de las compañías farmacéuticas.

Otra sugerencia de los participantes fue que Alemania debería aprobar leyes contra el "turismo de trasplantes", impulsando entre otros aspectos que el público sea plenamente consciente de la práctica y su escala.

Ideas que a algunos asistentes vieron difíciles e incluso imposibles de aplicar. El debate quedó servido.