Fe y pena de muerte, a debate

El pasado 7 de marzo, la universidad Calvin College de Michigan organizó un fórum sobre la fe y la pena de muerte, patrocinado por Equal Justice USA.

El panel de expertos incluyó a un superviviente al corredor de la muerte, un teólogo local, un familiar de una víctima asesinada, y un líder evangélico local. 

Cada ponente compartió sus experiencias y opiniones acerca del castigo de la pena capital, y al final hubo una sesión de preguntas y respuestas.

 

UN SUPERVIVIENTE DEL CORREDOR DE LA MUERTE

 

El primero en hablar fue Randy Steidl, un superviviente del corredor de la muerte. Explicó a la audiencia cómo fue condenado por error y finalmente puesto en libertad después de pasar 17 años en las cárceles de Illinois, de los cuales 12 los pasó en el corredor de la muerte. 

En 1987, Randy Steidl fue sentenciado a muerte por el doble asesinato de los recién casados Dyke y Karen Rhoads en la pequeña ciudad de Paris, Illinois. 

Steidl, que era inocente, fue finalmente puesto en libertad en 2004, después de pruebas forenses que desmintieron a los dos supuestos testigos que habían aportado un testimonio convincente. 

Protestó en contra de la pena capital, afirmando que hay otras soluciones. “Si de verdad quieres castigar a un asesino sanguinario, métele en prisión de por vida. Deja que muera y vaya al infierno, así no estarás asesinando a un hombre inocente”, expresó.

Steidl señaló que “156 personas que estaban en el corredor han sido puestas en libertad desde 1977”, y arremetió contra aquellos “fiscales que roban la vida de otras personas y se quedan tan tranquilos, porque tienen inmunidad”.

 

“SEPARAR LOS ARGUMENTOS BÍBLICOS AL ABOGAR POR LA PENA CAPITAL”

 

El siguiente ponente fue el Reverendo Bernard “Chris” Dorsey, un profesor de Teología y Predicación en el seminario teológico de occidente en Holland, Michigan.

Empezó diciendo que “solo hay 2 o 3 versículos en la Biblia que la gente usa para abogar por la pena de muerte, como Génesis 9, cuando dice ‘El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre’”.

Pero “en esa Escritura, hay personas que matan y el castigo no es equilibrado.” “Tenemos que separar nuestra forma de abogar por la pena capital de cualquier tipo de argumento bíblico”, defendió.   

También explicó que “en los días de Cristo, después de su muerte y resurrección, hubo un periodo donde los cristianos primitivos estaban rotundamente en contra de la pena de muerte. Eso duró 300 años”. Una vez pasado el siglo quinto, los cristianos abogaron por la pena de muerte “no como castigo por asesinato, sino como castigo por herejía. No solo en la iglesia católica, también en la reformada”.

“El enredo tan tenso que había con la violencia estatal en nombre de la iglesia cristiana, le arrebata la autoridad moral que los cristianos puedan tener con respecto a la administración de la pena de muerte”, declaró el teólogo.

Concluyó pidiendo a la audiencia que pensaran de forma individual sobre la pena de muerte. 

“Como cristianos, tenemos que preguntarnos a nosotros mismos si estamos a gusto con un argumento a favor del homicidio estatal, basado en evidencias que sugieren que no se administra de forma justa. Tenemos que reconocer la realidad que a veces confunden los fiscales”.

 

“LA PENA DE MUERTE, MÁS QUE AYUDAR A LAS VÍCTIMAS, LAS PERJUDICA”

 

Gail Rice habló sobre el asesinato de su hermano Bruce, un oficial de policía de Denver al que mataron en 1997 en un atraco.

A pesar de que reconoció que “no hay forma de medir la pérdida”, su “fe cristiana y servicio como tutora en prisiones del área de Chicago durante más de 30 años” hicieron que decidiera unirse a la MVFHR (Familias de víctimas de asesinato a favor de los derechos humanos).

“Quizás porque sufrí tanto a causa de la violencia, los miembros de MVFHR aborrecen los actos de violencia, y la pena capital es un acto violento de retribución y venganza. No queremos que el estado actúe así en nuestro nombre”, afirmó. 

Destacó que el asesino de su hermano y otros condenados a la pena de muerte son “creados a la imagen de Dios, por quienes Jesús murió, hombres a quienes Dios ama tanto como me ama a mí”.

Según Rice, “la pena de muerte constituye una burla del cuidado preferencial de Dios por los débiles, elimina la posibilidad de perdón, redención y reconciliación a las que Cristo quiere que siempre aspiremos”.

“Para mí es impensable que pueda amar a mi vecino, devolver bien por mal y al mismo tiempo estar trabajando para que una persona sea ejecutada. La pena de muerte, más que ayudar, perjudica a las víctimas”, concluyó.

 

“CUANTO MÁS CERCA ESTAMOS DE DIOS, MENOS QUERREMOS LANZAR PIEDRAS”

El panel de los expertos finalizó con Shane Clairborne, un activista y autor cristiano. 

“La pena capital es un símbolo de cómo nuestro mundo en su totalidad es adicto a la violencia. Pero eso nos lleva al lugar donde Caín mató a Abel”, empezó diciendo. 

 

 Defendió que “si creemos que un asesino no entra en la redención, podemos arrancar la mitad del Nuevo Testamento”. Para Clairborne, “Jesús es la lupa con la que examino el problema. Jesús nos enseñó que nadie está fuera de la redención. La gracia de Dios es buena, y es para todos”.

El activista cree que la pena capital está muy relacionada con la pobreza y el racismo: “De cada 9 ejecuciones, hay 1 puesto en libertad. La mayoría de los que son ejecutados son pobres. La pena de muerte es inseparable de nuestra historia racial. La Biblia se ha vuelto una arma mortal”.

Recordó la historia de la mujer adúltera, diciendo que “cuanto más cerca estamos de Dios, menos querremos lanzar piedras a la gente”.

Afortunadamente, dijo Clairborne, “el 80% de los jóvenes cristianos están en contra de la pena de muerte”.

“Creo que podemos estar en el lado correcto de la historia y pedir que se lleven a cabo formas más acertadas de hacer justicia que no sea ejecutando”, concluyó. 

Puedes ver la sesión completa aquí.