‘Es un escándalo que en España sigan celebrándose funerales de Estado católicos’

"No hemos superado el pensamiento único", dice Jaume Llenas, que defiende la construcción de la 'plaza pública cívica' abierta a la aportación de todos frente a cualquier monopolio en el uso del espacio público.

ESPAÑA · 08 DE JUNIO DE 2014 · 22:00

,
Ante una Europa que presenta realidades tan distintas de un lugar a otro, en el que se dan cabida a convicciones en ocasiones contrapuestas, ¿cómo puede construirse un espacio común en el que se respete la libertad religiosa de todos? La pregunta sirve de punto de partida en la tercera entrevista para Protestante Digital que concede Jaume Llenas, abogado, y secretario general de la Alianza Evangélica Española. Tras definir el concepto de libertad religiosa y examinar los problemas que se generan al tratar un tema tan controversial, en esta tercera parte se presenta una propuesta que surge de la reflexión basada en la defensa de la libertad y el respeto al ser humano desde una cosmovisión cristiana. @MULT#DER#67943@Llenas se centra en el contexto europeo, donde "el tema ha estado controvertido" por encontrarse realidades muy diferentes "Desde países sin igualdad a países con igualdad en texto, pero no libertad con igualdad. Hay países de trasfondo católico, protestante, ortodoxo, musulmán...", lo que plantea un reto de altura. Ante ello, la Alianza Evangélica Europea "propuso repensar la libertad de conciencia en el continente con una Carta Golbal de la Libertad de Conciencia, para desarrollar el artículo 18 de la carta universal de los Derechos Humanos". Un documento que aporta un concepto importante: la plaza pública cívica. LA PLAZA PÚBLICA CÍVICA "Significa -explica Jaume Llenas- que cada uno tiene sus convicciones personales, pero al llegar a la sociedad hay que aportar lo mejor y debe haber un espacio para ello". La construcción de este espacio no permite que haya "espacios reservados exclusivos para algunas religiones" ni tampoco "el extremo contrario, con un rechazo por parte del Estado a cualquier expresión religiosa". Todo el mundo, en cambio "tiene derecho a traer su convicción, y a la plaza debemos entrar en igualdad". "Julia Doxat-Purser - coordinadora de la Alianza Evangélica Europea sobre Libertad Religiosa - decía que estábamos en un hotel. Y hay gente con habitaciones muy grandes, otros en habitaciones pequeñas, pero la plaza pública es el bar o el hall. El lugar donde debatimos ideas, buscamos soluciones juntos... Cada uno tiene cosas buenas que aportar. No debemos arrimar el ascua a la sardina de cada uno, sino aportar", matiza el secretario general de la AEE. La base del concepto es que "podemos aportar para el bien de los demás. Creo que es de las soluciones más creativas que se han hecho desde la Alianza Evangélica Europea en este campo". LA LIBERTAD RELIGIOSA EN ESPAÑA Finalmente, Jaume Llenas ofrece un análisis de algunos aspectos concretos sobre la libertad religiosa en España. Por ejemplo, el hecho de que se celebren funerales de Estado monoconfesionales."Es un aspecto escandaloso, algo que ocurre en muy pocos lugares. Aún en países islámicos se han tenido ceremonias no tan confesionales como España". "Es un escándalo -opina Jaume Llenas- que en España no hayamos superado el pensamiento único, el hecho de considerar que la falta de respeto y el insulto que representa para personas que tienen otras convicciones o no tienen ninguna en el terreno religioso, verse honradas por el Estado en una ceremonia que se oficia en un local católico,por personal católico... Es ofensivo. Si son personas que no han querido adherirse a esa fe en vida, es una falta de respeto a su memoria que se les haga un acto memorial que lo capitalice y se lo quede una confesión religiosa. Es una vergüenza por dos partes: por quien lo propone hacer, y por quien acepta hacerlo, en este caso la misma Iglesia Católica. Sería considerado que hubiera elementos laicos, elementos de las principales confesiones, donde todo el mundo se sintiera respetado y honrado", porque es algo que correspondería "a la memoria colectiva de todos los ciudadanos". CONTRA EL ESTADO COMO RECAUDADOR Otro asunto analizado es el de la financiación de las religiones. ¿Debe el Estado, con el dinero de los impuestos que todos aportan, contribuir al sostenimiento de las religiones? Para Jaume Llenas, el Estado "no debe financiar las actividades de culto, ni tampoco actuar de recaudador", sino que debe fomentar que "aquellos que se adhieren a una determinada acción religiosa son los que deben sostener su actividad". En este sentido, el secretario general de la AEE considera que cualquier tipo de asociación debe pasar el mismo corte. "El Estado podría fomentar la generosidad y que cualquier tipo de acción particular sea autosostenible. Al igual que deberían serlo los partidos políticos o los sindicatos, las confesiones religiosas deben ser de afiliación libre y autofinanciados". Para llevar a cabo este sistema de autofinanciación, Jaume Llenas considera que el Estado debería fomentarla a traves de deducciones fiscales más altas de forma que "la generosidad sea valorado como algo positivo". "El riesgo que se asume es mucho menor que seguir con este sistema". "Sería una solución menos escandalosa que la actual, con la que el Estado es recaudador de la Iglesia católica y se baraja ampliarlo a otras tres o cuatro religiones más". RELIGIONES Y POLÍTICA Otro asunto planteado es cómo pueden las religiones interactuar con el Estado, por ejemplo, ante el desarrollo de una ley. "Tenemos que entender que las convicciones religiosas tienen su espacio y no es una injerencia que alguien opine. No se debe cuestionar ni condicionar ninguna acción. Una ley es justa en la medida que equilibra los pensamientos y la reflexión de todos los grupos que componen una sociedad plural", opina Llenas. La relación con el ámbito político, en este sentido, debe construirse en un sentido positivo. "El modelo del clientelismo es el que debemos evitar. Debemos regular la acción de los lobbys. Los intereses particulares deben ser escuchados, pero debe vigilarse que no haya tráfico de influencias. Hay otro modelo: el de escuchar a la gente. Preguntar qué se tiene que aportar. Eso no implica trato de favor, sino escuchar a la gente. No se puede gobernar en contra de nadie. Hay que ampliar el diálogo hacia otras formas de pensar". Jaume Llenas, como conclusión, recupera la esencia del concepto de la plaza pública cívica. "Todos deben ser escuchados. Los laicistas, los evangélicos, los musulmanes, los ateos... Sería bueno aún establecer acuerdos entre grupos, lo que entendemos como la cobeligerancia: el hecho de que, temporalmente, podemos unirnos a otros grupos porque vale la pena que gente distinta trabajemos para el bien común", porque "una sociedad libre es aquella donde todos pueden expresar sus convicciones y donde se de la libertad a todos para aportar".

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Opinion - ‘Es un escándalo que en España sigan celebrándose funerales de Estado católicos’