Algo más que sensibilidad y limosna

Al llegar las Fiestas, no se puede olvidar la realidad: en España se contabilizan a 12 millones de personas por debajo del umbral de la pobreza. Miles viven en la calle.

ESPAÑA · 18 DE DICIEMBRE DE 2012 · 23:00

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El pastor Thomas Keinath decidió vivir durante una semana con los "sin techo" en New Jersey.

Vivimos tiempos de crisis. Recortes en educación, en sanidad... Estamos indignados. Cada vez hay más gente sin empleo. Desde que empezó la crisis, cada año cae en la pobreza un millón de personas más. Hoy, más de 12 millones en nuestro país lo son. Es habitual que en Navidades estemos más sensibles ante estas situaciones, lo que nos lleva a preguntarnos: ¿cómo ayudar? Pero esta pregunta a veces se queda corta. “Es mucho más fácil ofrecer unas monedas en un momento a una persona sin hogar que tener que escuchar su historia y ayudarlo a encontrar un techo y un trabajo. Cuando damos rápidamente solemos ser egoístas. Estamos eligiendo humillar a la otra persona a una causa benéfica y pasamos por alto la oportunidad relacional”, escribía John D. Barry en un artículo para la revista Relevant. “Si creemos que Jesús nos ha llamado a amar a cada persona, deberíamos pensar que esta gente merece nuestro tiempo y atención, no sólo nuestro dinero. Todo el mundo merece la oportunidad de contar su historia y ser amado. Jesús se detenía para hablar con aquellos que eran rechazados en su cultura. Un claro ejemplo de ello fue el de la mujer samaritana en el libro de Juan. Cuando Jesús actuaba así, mantenía su mirada en los planes de Dios sobre las vidas de las persona rechazadas y no sólo les ayudaba, sino que les daba esperanza”, agregaba Barry. ENVÍAME A MÍ Hace unos meses, un hombre llamado Thomas Keinath, pastor de una iglesia de 2000 personas en EEUU, decidió apartar una semana para convivir como mendigo junto a otra gente sin hogar en la calle.“Necesitaba entender como era vivir en la calle, necesitaba sentir su dolor. ¿Cómo puedes ayudarlos si no sabes cuáles son las necesidades de estas personas?”, reflexionaba. Durante los siete días que Thomas pasó en la calle, tuvo la oportunidad de orar y hablar a otros de Jesús. El propio pastor calcula que llegó a tener cerca de 75 personas en las reuniones que hacía en la calle. “No hubo una sola persona sin hogar o adicto a las drogas, que rechazara abiertamente la esperanza de que yo estaba tratando de ofrecer”, dijo.Además, durante ese tiempo escribió unos 50 relatos sobre las personas que iba conociendo en la calle, para recordar las historias de cada uno de ellos. Cuando el pastor volvió a la rutina, decidió contar su historia en su congregación para poder empezar un nuevo proyecto que suponga la construcción de un edificio para dar cobijo a todas aquellas personas que viven en la calle, además de ofrecer ayuda a los adictos al alcohol y a las drogas. El propio Keinath afirmaba que con esta acción estaba siguiendo el ejemplo de los cristianos de Cesarea: En el siglo IV, la ciudad fue golpeada por una plaga. Mientras todos los demás estaban huyendo de la ciudad, los cristianos estaban ahí para cuidar a los enfermos y moribundos. “Me siento - dijo el pastor - como si Dios estuviera diciendo: Vuelve a las raíces. Regresa a donde la gente está sufriendo en la actualidad”. NUESTRA FORMA DE DAR A OTROS “El cristianismo se basa en el auto sacrificio, pero si lo que hacemos no es para la gloria de Dios, nada tiene realmente sentido. Nos encanta decir a otros que pensamos que todo es acerca de Jesús, y sin embargo nuestras acciones dicen lo contrario. Es muy obvio saberlo a través de nuestras acciones, según nuestra forma de dar a otros. A veces nos involucramos con ONG’S sin investigar previamente la forma en la que trabajan y cuando finalmente lo hacemos, nuestra atención se centra en lo monetario - ¿Qué se logra con mi euro? - no en resultados inspirados en Cristo. Deberíamos preguntarnos: ¿Cómo está cambiando vidas?” sigue explicando Barry. Jesús usa nuestra visión de “ponerse en la piel de otro” como un factor distintivo entre aquellos que verdaderamente creen y los que no lo hacen. Jesús dijo que cuando ayudamos a otros (no sólo referido a obras de caridad) le hemos verdaderamente conocido a Él: Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui forastero, y me dieron alojamiento; necesité ropa, y me vistieron; estuve enfermo, y me atendieron; estuve en la cárcel, y me visitaron (Mateo 25:31-40). “Debemos dar, y debemos hacerlo sin que la opinión de otros nos afecte (Mateo 6:1), sólo con una excepción: la opinión de Jesús. A Él le importa cómo damos, por qué damos y cómo tratamos a la gente”, finaliza John D. Barry. SER COMPASIVOS NO SOLO EN NAVIDAD Parece como si las fechas de Navidad hicieran que todos nos volviéramos más buenos, más compasivos, y más dispuestos a dar y ayudar al necesitado.Nos bombardean con anuncios de campañas para ayudar a niños pasando hambre y a gente que realmente lo necesita, pero la realidad es que esa gente sufre todos los días del año. Antes de que el espíritu navideño llegara a nuestras casas, un policía de Nueva York emocionó al mundo enteró por su gesto solidario con un indigente que se encontraba descalzo pidiendo limosna en la calle.Cuando el agente Lawrence DePrimo vio a un vagabundo descalzo durante su guardia en Times Square, no dudó en acercarse a regalarle un par de zapatos para protegerse del gélido invierno neoyorquino.Lo que no sabía el agente es que aquel compasivo gesto inspiraría a miles de personas en todo el mundo. El agente, que lleva únicamente 3 años de servicio en el cuerpo de policía de Nueva York, explicó su sorpresa al escuchar las palabras del vagabundo: “Nunca había tenido un par de zapatos”.“Me sonrió de oreja a oreja, fue como si le hubiera dado un millón de dólares”, explicaba DePrimo. Le preguntó si quería una taza de café y él cortésmente declinó el ofrecimiento, aunque le respondió “Que Dios le bendiga”. Tristemente, después del suceso, el vagabundo afirmó que había escondido sus botas nuevas porque “valen mucho dinero y podría perder la vida”. EJEMPLOS AQUÍ GAiN es una ONG internacional asociada a Ágape que trabaja desde 1990 (2010 en nuestro país) y se encarga de “ayudar a personas en situación de necesidad de cualquier parte del mundo, sin ningún tipo de discriminación y tratando a cada individuo con dignidad y respeto”.Hace ya casi un año que esta organización comenzó en Barcelona una iniciativa basada en una casa de acogida para hombres sin hogar. “Una de las cosas que aprendimos es que las personas en esta situación se ven mucho más capaces de conseguir lo que necesitan si alguien está junto a ellas y les acompaña. Sin olvidar que el verdadero trabajo está en las calles, visitando regularmente a las personas, decidimos empezar un proyecto a través del cual pudiéramos darles la plataforma física y social necesaria para que pudieran reinsertarse en la sociedad, sin tener que sentirse solas en el largo proceso de conseguirlo”, explicaba Samuel Palacios, director del proyecto. Desde el pasado 1 de noviembre y hasta el 20 de enero, GAiN ha iniciado una campaña de recogida de ropa para la gente sin hogar. El objetivo es conseguir sacos de dormir, gorros, guantes y polares para ayudar a todas aquellas personas que viven en las calles de Barcelona a pasar menos frío en estas fechas, ya que según un estudio, un total de 473 personas sin hogar han muerto en España desde el año 2006, un 8% de ellas, por hipotermia. Más información sobre la campaña en la página web de GAiN.

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