Esos queridos abuelos-canguros

La respuesta tiene su lógica, porque aún son más (81%) quienes confiesan que les gusta estar con sus abuelas y abuelos, aunque estas nuevas generaciones, por momentos dejan vislumbrar una sociedad bastante utilitaria e infancias demasiado consentidas. GUSTOS Y DISGUSTOS Así sucede cuando las nietas y nietos señalan lo que menos les gusta de sus abuelos, como "me regaña o se enfada" (45%), o "me controla demasiado" (22%). Este doble disgusto aumenta con la edad, hasta llegar al 52% y 24% en el grupo de 14-17 años. Pero también es cierto que esos mismos chavales alérgicos a la regañina y al control aprecian muchas cosas en sus mayores, empezando por el cariño (27%); siguiendo por el cuidado y la compañía (18% y 10% respectivamente), y acabando por las enseñanzas (13%). Y todo ello trufado de sana diversión (18%). Una precisión "negativa" en el grupo donde hay convivencia: aunque al 73% de nietos le gusta vivir con los padres de sus padres, tal sentimiento va bajando con la edad (92% entre 6 y 9 años, 58% entre 10 y 13) hasta invertirse entre los 14 y 17 años, cuando el 57% confiesa que "no le gusta vivir con sus abuelos". Lo mismo sucede con los nietos que no comparten casa con ellos y dicen que les gustaría hacerlo: el 73% global baja al 42% en el grupo de 14-17, en el que el 58% prefiere seguir viviendo bajo diferente techo que sus mayores. "INTERCAMBIO" DE ENSEÑANZAS El perfil de las relaciones deja ver que hay más contacto con los abuelos maternos (49%) que con los paternos (31%), y la frecuencia es relativamente alta cuando los nietos no viven con ellos, porque el 30% los ve a diario y el 21% dos o tres días a la semana. Un último aspecto relevante es el intercambio de sabiduría y habilidades. Según el retrato de sus nietos, los abuelos les enseñan sobre todo valores (24%), costumbres y tradiciones (22%) y temas religiosos (20%), aspectos "íntimos" y profundos que dejan en segundo plano otros más utilitarios como la naturaleza y medio ambiente (16%) o las materias escolares (10%). En sentido contrario, las chavalas y chavales ayudan principalmente a sus mayores en nuevas tecnologías (26%), en tareas domésticas (18%) y en cuestiones de autonomía personal (9%) como la movilidad o el aseo.