Los turnos de noche acortan la vida, merman la salud y rompen matrimonios

Los trabajadores de turnos de noche pierden cinco años de vida por cada quince de jornada laboral, se divorcian tres veces más que el resto de sus compañeros y tienen un 40% más de posibilidades de padecer trastornos neuropsicológicos, digestivos y cardiovasculares.

MADRID · 16 DE OCTUBRE DE 2006 · 22:00

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Estas son algunas de las conclusiones de diversos estudios con los que los doctores Eduard Estivill, jefe de la Unidad del Sueño del Instituto Dexeus de Barcelona, y Apolinar Rodríguez, responsable del Servicio de Neurofisiología del Hospital de la Paz de Madrid, explicaron los riesgos que conlleva contradecir al sol. El doctor Estivill aseguró que unos dos millones de españoles tienen horarios nocturnos o rotatorios, jornadas que, prosiguió, están prohibidas en los países nórdicos, donde no está permitido que los mayores de 35 años trabajen por la noche ante el "ingente gasto" derivado a la Seguridad Social. Este especialista desveló que los accidentes laborales con mayores consecuencias suelen ocurrir de noche. De hecho, las estadísticas apuntan que un 90 por cien de los siniestros más graves se han registrado en ese turno. Insomnio, irritabilidad, angustia, depresión, trastornos digestivos, ataques de pánico, enfermedades cardiovasculares por un estrés crónico, unido a adicciones a tranquilizantes, excitantes o alcohol y tabaco, son algunas de las costumbres patológicas que acompañan a quienes trabajan sin sol, según los especialistas. La causa principal de los trastornos es que el descanso diurno es poco reparador. El doctor Apolinar Rodríguez, jefe del Servicio de Neurofisiología de la Paz, señaló que los trastornos implican la astenia física y psíquica. Lo que conlleva, dificultad para hacer esfuerzos y sensación de cabeza vacía, así como irritabilidad, intolerancia a las pequeñas agresiones del medio y alteración de las relaciones entre los compañeros de trabajo y la familia. Tanto Rodríguez como Estivill coincidieron en la necesidad de la siesta para los trabajadores de turno de noche, al menos media hora, mientras que para el resto de los mortales debe limitarse a unos veinte minutos, observaron. Ambos apuntaron que es preferible que estos empleados mantengan sus hábitos en días festivos, ya que el cuerpo no puede ajustarse en dos días a un nuevo horario, y recomendaron que procuren dormir en un ambiente totalmente aislado de ruidos y de la luz. Es también fundamental mantener un horario de comidas normal que no altere el desayuno, la comida y la cena, con la separación de horas habituales entre cada ingesta.

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