El verano y los hijos, disfrutar sin olvidar los peligros

Dejar a los niños en el coche, causa más habitual de los golpes de calor en niños de 4 años. Los ahogamientos se han convertido en la segunda causa de mortalidad infantil en niños de 1 a 4 años.

MADRID · 04 DE JULIO DE 2013 · 22:00

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Durante la época estival son muchos los peligros a los que se enfrenta el menor. En este sentido, los datos demuestran que durante el verano aumentan de forma considerable los accidentes infantiles. GOLPES DE CALOR Por ejemplo, dejar al niño en el coche es la causa más habitual de golpe de calor en menores de hasta 4 años, según ha advertido el coordinador del Comité de Seguridad y Prevención de Lesiones de la Asociación Española de Pediatría (AEP), Jordi Pou. Puesto que la temperatura corporal del niño asciende de 3 a 5 veces más rápido que en el adulto debido a una menor reserva de agua, son los más pequeños las principales víctimas de los casos de hipertermia, un trastorno grave que se produce como consecuencia del aumento de la temperatura corporal, que suele ocurrir en menos de 20 minutos y que puede llegar a provocar la muerte en dos horas. De hecho, según han avisado los expertos, durante los meses de verano la temperatura en el interior del coche puede subir de 10 a 15 grados en menos de un cuarto de hora. Además, dejar las ventanillas abiertas total o parcialmente tampoco es seguro, ya que el aire no consigue reducir ese ritmo de aumento de temperatura. "El aparato respiratorio de los niños, que aún se encuentra en desarrollo, los hace más vulnerable al agotamiento por calor. Si esto se prolonga y los líquidos del organismo del niño no se reponen, se produce el golpe de calor que es la forma más severa de daño ocasionado por altas temperaturas y que pone en peligro inminente la vida del niño, lo que constituye una emergencia real", ha insistido Pou. Por ello, los especialistas han aconsejado que si el golpe de calor es grave se lleve al niño a un lugar fresco y ventilado, se le quite la ropa y se le ofrezca una solución de rehidratación oral. Asimismo, es recomendable refrescar la nuca y las muñecas con un paño húmedo, elevar los pies del suelo y abanicarle para facilitar la transpiración. No obstante, y aunque el niño mejore es necesario llevarlo a Urgencias para que el médico señale un diagnóstico más preciso. AHOGAMIENTOS Otro de los accidentes más frecuentes son los ahogamientos, que representan el 8 por ciento de las muertes y que se han convertido en la segunda causa de mortalidad infantil entre los niños de 1 a 4 años. "En este tipo de lesiones es donde debemos extremar las medidas de prevención ya que poco podemos hacer cuando un niño se cae al agua sin que nadie se haya percatado. La consciencia se pierde a los dos minutos y el daño cerebral es irreversible a los cuatro o seis minutos. Tan sólo vallando las piscinas de forma regulada se logra un 95 por ciento más de protección", ha señalado Pou. En niños más mayores y adolescentes, ha proseguido, también se produce una tasa considerable de ahogamientos, inclusive en jóvenes que saben nadar. Una parte de los mismos se produce por el uso de toboganes (20%) y otros por los saltos al borde de la piscina (15%). Sin embargo, en el mar abierto, son los adolescentes el principal grupo de riesgo, "sobre todo cuando se asocia al consumo de alcohol". DEPORTES ACUÁTICOS La práctica de 'windsurfing', las motos acuáticas, las piraguas, los neumáticos u otros instrumentos hinchables o tan sólo el buceo provocan lesiones graves, que incluyen el ahogamiento y lesiones músculo-esqueléticas o medulares importantes. "No podemos impedir que se practiquen estos deportes pero es necesario sentar las bases para una buena práctica de los mismos ya que afecta no sólo a los padres sino también a la legislación vigente, a la enseñanza de la seguridad en distintas edades y, por supuesto, a la calidad del material que se utiliza en la práctica de deportes y juegos veraniegos", ha recalcado el experto. ZAMBULLIDAS IMPRUDENTES Y LESIONES MEDULARES Un mal salto, incluso una entrada brusca en el mar, puede causar lesiones medulares y neurológicas. Para evitar accidentes, los expertos recomiendan prudencia y tener en cuenta unos consejos básicos. La persona que se zambulle sin precaución puede chocar contra la masa de agua o contra el suelo, sea de cemento o de arena. Los daños que el impacto puede causar provocan paraplejia, tetraplejia e incluso la muerte. En torno a un 5% del millar de lesionados medulares que se registra anualmente, tiene como causa las zambullidas. Las consecuencias más dramáticas de estas lesiones son la tetraplejia y se dan, sobre todo, entre varones menores de 30 años (hay pacientes con 16 años) y en los meses de julio y agosto. Los especialistas advierten sobre la banalización que se observa en un reality show en que algunas personas “famosas” se lanzaban del trampolín. Es muy peligroso que personas sin formación específica en saltos intenten imitarlos. Las recomendaciones del especialista para evitar accidentes a la hora de zambullirse son: -Conocer bien la profundidad y no realizar saltos en aguas poco profundas -Comprobar la profundidad del agua y evitar saltar en aguas turbias. No lanzarse al agua en zonas desconocidas, desde una altura elevada o donde pueda haber un obstáculo aunque no sea visible. - En lagos, pantanos, pozas de ríos, así como en acantilados en el mar las corrientes y la marea pueden remover el suelo de manera que coloque piedras o varíe su profundidad. -No hacer saltos alocados. -Asegurarse que no hay personas debajo. -Saber nadar, sobre todo en el caso de los niños. -Seguir rigurosamente las normas de seguridad. -Para entrar de cabeza en el mar, colocar bien las manos, para que vayan por delante de la cabeza y así sean las que primero se introduzcan en el agua. Impactar directamente con la cabeza en el agua puede provocar un mal gesto del cuello que puede generar esguince cervical y contracturas. Para disfrutar de esta modalidad deportiva con mucha más seguridad y preparación, inscribirse en una escuela de natación que tenga clases de salto de trampolín.

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