Atrapado en una gruta: 'Si hago mi lecho en el Seol, allí estás tú' (Salmo 139)

El joven Logan, de 20 años, permaneció 20 horas atrapado en la grieta de una caverna. Cuando ya no tenía fuerzas comenzó a cantar alabando a Dios.

ESTADOS UNIDOS · 08 DE ENERO DE 2013 · 23:00

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Aunque ocurrió meses atrás, la historia del rescate de Logan, un joven cristiano atrapado en una caverna, alcanzó gran difusión tras aparecer publicada en la revista Guideposts. Esta publicación, fundada por el Rev. Norman Vincent Peale, ofrece esperanza, aliento e inspiración a millones de personas cada mes. El relato escrito por Shawnelle Eliasen trasmite la experiencia desde el punto de vista de la madre, quien fue capaz de alabar a Dios en medio del dolor y luego supo que su hijo, desde el interior de la caverna, había hecho lo mismo y así pudo resistir 20 horas bajo tierra. Ella y su esposo Lonny esperaban noticias del hijo Logan de 20 años que había ido con cuatro amigos de la universidad al Parque Estatal Cuevas de Maquoketa, y había prometido que iba a llamar por la noche. Logan siempre les llamaba. Explorar cuevas es muy popular en la zona. Logan había acompañado a su padre desde niño y las conocía bien, los túneles estrechos, los giros cerrados, las más profundas cavernas. Todos los años regresaba con sus amigos para visitarlasr. El teléfono sonó a las 2:30 de la madrugada en el hogar familiar. "Tal vez es él", pensó la mujer. Su esposo cogió el teléfono y ella pudo escuchar lo que uno de los amigos de su hijo decía: "Logan está atrapado en la cueva. Los equipos de rescate están aquí, pero tienes que venir. Él lleva un tiempo largo allí...." EN ESTADO DE SHOCK La imagen de Logan atrapado en la oscuridad estalló en la mente de esta madre. Tal vez él era incapaz de moverse... “Puse mis manos sobre los oídos - no pude soportarlo - y salí corriendo por la puerta trasera. Sentí los fríos ladrillos del patio bajo mis pies descalzos, pero tenía que alejarme de ese teléfono”, relata. Lonny salió y abrazó a su mujer. "Me tengo que ir. Mejor te quedas aquí con los niños hasta que sepamos más", dijo, refiriéndose a los otros cuatro muchachos más jóvenes que seguían durmiendo, ignorando la situación. "Voy a mantenerte informada", aseguró el hombre. Allí entre los libros - Tom Sawyer y otros- que Logan había adquirido para sus hermanos en una tienda de libros usados, estaba también el portalápiz que él le había hecho cuando tenía seis años. Miró el antiguo reloj Seth Thomas. ¿Cuánto tiempo había estado atrapado Logan? ¿Seis, siete horas? FAMILIA Y AMIGOS La noticia se extendió y varios amigos llegaron a la casa para acompañarla y orar. También llegó el abuelo. "Logan es un buen chico", dijo. "Tiene el cerebro y cuenta con su fe". La Biblia de la afligida madre estaba sobre la mesa, abierta en el texto que ella había estado estudiando el día antes, el Salmo 139. “Si subo a los cielos, allí estás tú; si hago mi lecho en las profundidades, allí estás tú. Si tomare las alas del alba, o me estableciera en el lado más alejado del mar, también allí tu mano me guiaría. Tu diestra me asirá”. Cuando los pájaros comenzaron a cantar y rompió mañana con un cielo azul sereno, prometiendo un hermoso día de mayo, los otros niños se despertaron. “Les hablé de su hermano, haciendo todo lo posible para ocultar mis temores”. "Voy a ir a la cueva ahora. Quiero estar cuando Logan salga", les dijo. Pero en su mente aparecían preguntas: ¿cuando ocurrirá esto? ¿Y en qué estado saldría? “Si hago mi cama en las profundidades, allí estás tú…”. OPERACIÓN RESCATE “Mi padre me llevó al parque. Aparcamos y entramos a la cueva. Allí se había establecido un centro de mando, decenas de vehículos de emergencia, ambulancias, camiones de bomberos, coches de policía. Un flujo constante de hombres y mujeres que entraban y salían de la boca de la cueva”. Divisó a su esposo en la parte superior de una colina por un camino que atravesaba los árboles. “Yo conocía su manera de andar, su gorra de béisbol, pero no la forma en que apretó la mandíbula”. Corrió hacia él y él la abrazó por segunda vez en pocas horas. "Va a llevar tiempo", dijo. "Están usando compresores de aire, pero sólo pueden ir de uno en uno. Veinte minutos por turno. No hay suficiente oxígeno para más". La mujer miró hacia abajo. ¿Dónde estaba su hijo? ¿Era justo debajo de sus pies? Estaba tan cerca y sin embargo ella no podía hacer nada. "No puedo soportar esto, Lonny", dijo. "Me siento como arañando el suelo". EL ACCIDENTE Lonny le explicó que a la hora de la cena Logan quiso entrar en una de las cuevas con su amiga Emma Thomson, mientras los demás preparaban la cena. Pero al entrar se quedaron atrapados. Tardaron cinco horas en llegar hasta donde estaban. Lonny le había dado su camisa a Emma, que era la que se entontraba peor, y fue por ello la primera en ser rescatada mediante cuerdas tirando de ella. Pero cuando le tocó el turno a Logan sequedó atascado al pasar por una grieta. Se deslizó hacia abajo y quedó encajado, sin fuerzas y aterido por el frío. Ahora estaba cansado, hambriento, casi sin poder respirar. Boca abajo, con los brazos atrapados. Además había un saliente de roca sobre él que dificultaba el poder acercarse."¿Pueden darle oxígeno?", preguntó la mujer. "Tenemos oxígeno cerca de él, pero es muy difícil que pueda llegarle", fue la respuesta. LA ESPERA El matrimonio se acercó a un refugio con bancos de picnic bajo los árboles de la colina y esperó allí. Los amigos trajeron comida y juntos recordaron cuando Logan era niño y cómo fue desarrollándose, cuán inteligente, amable, y atento que era, el perfecto hermano mayor. “¿Todo fue para esto? ¿Es aquí donde todo terminó? ¿En un espacio oscuro entre las rocas en una cueva? Dios, yo sé que estás ahí con Logan. Pero, ¿por qué no te siento muy cerca de mí?”, exclamó la madre. Un trabajador de rescate corrió hacia el grupo con una buena noticia. "Su hijo tiene un brazo libre. Podemos conseguir que legue a coger algo de oxígeno ahora". Ella preguntó al rescatista cómo debían orar, qué era necesario. "Oremos para que Logan tenga la fuerza para ayudarse a sí mismo a salir" dijo él. "Esa es la única manera." Luego se fue. EL MILAGRO La angustia crecía en el corazón de esta madre. "No puedo soportarlo más. Siento que me estoy volviendo loca", dijo a una amiga. No podía alejar los pensamientos oscuros, la terrible idea de que nunca volvería a ver a su hijo otra vez. "Hay que cantar", dijo la amiga. "¿Cantar?", preguntó ella, aturdida. Su amiga asintió con la cabeza y de repente, surgió a su alrededor la melodía de Amazing Grace. “Yo no tenía la fuerza para mí cantar, pero yo cerré los ojos y escuché las palabras”, recuerda. "A través de muchos peligros, afanes y trampas al fin he llegado. Es la gracia que me ha mantenido a salvo hasta el momento y la gracia me llevará a casa”. Algo dentro de ella se rompió. “El temor que se había enrollado alrededor de mí me soltó. Podía sentir el amor de Dios en torno a mí, el canto de los amigos, los miembros de la familia orando, los trabajadores de rescate que iban y venían de la cueva. Podría haber sido oscuro allá abajo, pero Dios no estaba menos presente que allí sobre la tierra en un brillante día de mayo. Él estaba en lo más profundo de la cueva y lo profundo de mi corazón”. De repente se sintió lo suficientemente fuerte como para levantar su voz en una canción. "El Señor me ha prometido el bien, su Palabra asegura mi esperanza. Él será mi escudo". El sitio comenzó a tener mayor actividad. Más rescatistas se desplazaban a la boca de la cueva, técnicos de emergencias médicas corrían y se oyeron algunos gritos. Una mujer llegó corriendo hasta la colina. "Él ya está libre de la grieta", dijo. "Ya va a podera salir. Él está a salvo", gritó un hombre. Él está libre! Nunca hubo palabras mejor bienvenidas. Nunca había sentido tan intensamente de la misericordia de Dios. Logan había sobrevivido bajo tierra durante 20 horas. Subí a la ambulancia junto a él, rumbo al hospital. Estaba cubierto de polvo y golpes, nada que el amor de una madre no pudiera tratar”. TESTIMONIO "Mamá, papá", dijo el joven al día siguiente, "¿saben lo que hice cuando pensaba que se me acababan las fuerzas? Hice exactamente lo que tenía que hacer". “¿Qué ha sido?”, preguntó la madre. "Cantar, mamá. Alabé a Dios y sabía que Él estaba allí con todos nosotros. Él nos mantuvo firmes en las profundidades”. Esta historia apareció publicada por primera vez en el inicio del año 2013.

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