El elegante diseño de las garzas

Los diseños inteligentes que requieren mucha información jamás aparecen súbitamente del azar.

10 DE OCTUBRE DE 2019 · 19:20

El vuelo de la garza real es directo, sus alas son anchas, muy arqueadas y siempre suele llevar la cabeza retraída. / Antonio Cruz.,
El vuelo de la garza real es directo, sus alas son anchas, muy arqueadas y siempre suele llevar la cabeza retraída. / Antonio Cruz.

Él extenderá su mano contra el norte;

aniquilará a Asiria

y convertirá a Nínive en desolación,

árida como un desierto.

Se tenderán en medio de ella los rebaños,

todos los animales del campo.

Pasarán la noche sobre sus columnas

tanto el pelícano como la garza. (Sof. 2:13-14, NVI)

La palabra hebrea anaphah, אָנַפָה, que aparece en las listas de los animales impuros (Lv. 11:19; Dt. 14:18), se refiere a las garzas, que son grandes aves acuáticas, elegantes y de cuello largo.

Aunque fundamentalmente consumen pescado, son capaces de tragar casi todos los pequeños animales que encuentran. Tienen las patas largas para poder caminar por las aguas poco profundas.

 

La garza real anda despacio y se queda inmóvil cuando está en alguna charca o río. Se nutre de peces, ranas, pequeñas serpientes de agua, ratas, etc., que captura al acecho.  / Antonio Cruz.

Su pico en forma de daga lo usan para capturar presas en una rápida arremetida, mientras que su visión binocular les permite identificarlas con precisión. Suelen pasar mucho tiempo en el suelo, casi inmóviles aunque, por supuesto, pueden volar cuando es necesario.

En las tierras de la Biblia se conocen numerosas especies de garzas o ardeidos, entre las que destacan la garza real (Ardea cinerea), la garza imperial (Ardea purpurea), la garceta común (Egretta garzetta), la garceta grande (Egretta alba), la garcilla bueyera (Bubulcus ibis) y el martinete común (Nycticorax nycticorax) entre otros.[1]

 

La garza imperial posee la cabeza y el cuello serpentinos y un largo pico fino que recuerda una lanza. / Antonio Cruz.

Una de las especies más abundantes en Israel, así como en casi toda Europa, es la garza real (Ardea cinerea). En hebreo actual se la denomina: “anafa afora”.

Tiene una envergadura de hasta 175 cm y, a diferencia de las cigüeñas y las grullas, que no son garzas, puede encoger mucho su largo cuello.

 

La garza Goliat  habita preferentemente en el África subsahariana, aunque algunas poblaciones se encuentran también al sur de Asia, desde Arabia Saudí hasta Birmania. / Antonio Cruz.

Ocasionalmente se la puede ver en otoño, en bandadas que vuelan en formación (V) sobre los estanques del norte de Israel y a lo largo de la costa mediterránea. A finales de marzo, se desplazan hacia el sur, llegando hasta Eilat.

El exquisito diseño anatómico y fisiológico que evidencian todas estas aves, para su perfecta adaptación al medio en que viven, no se debe a ellas mismas. Tampoco fue la casualidad ni las fuerzas ciegas de la naturaleza quienes las dotaron de semejante agudeza y precisión.

 

A la garceta común se la encuentra a orillas del Jordán y es relativamente abundante. Su plumaje, de un blanco inmaculado, contrasta con el pico y las patas negras. / Antonio Cruz.

Los diseños inteligentes que requieren mucha información jamás aparecen súbitamente del azar. La singular morfología de las garzas, y de tantos otros organismos de este planeta, nos permite intuir la respuesta más razonable y lógica: la sabiduría infinita del creador de todas las cosas.

[1] Hume, R. 2016, Guía de Campo de las Aves de España y Europa, Omega, Barcelona, p. 89.

 

El martinete común es un pequeño ardeido que pesca al borde de las lagunas próximas al Jordán. Es de hábitos nocturnos.  / Antonio Cruz.

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