Elizabeth

Para Isabel Pavón

No sé por qué escribí este poema, hace ya mucho tiempo; aunque sí el sentimiento y circunstancias que lo envolvían. Tampoco sé por qué lo publico aquí justo ahora. Pero mi corazón, igual que me dijo que lo escribiera, me susurra que lo haga. Y obedezco.

Elizabeth camina firme entre versos,

aún entre las rimas perversas

que la bruja oscura enreda

para que no ría,

por envidia, puros celos.

Elizabeth tropieza con lo malo,

la hiere,

porque no quiere

cerrar ya más los ojos.

“Antes proscrita que ciega”,

se dice.

Y elige el destierro.

Elizabeth está viva, lo sabe y le duele.

Pero es feliz a su manera íntegra.

Rima familia y fe… y la miseria

se vuelve prosaica,

y se sabe frágilmente libre.

Así, hermosa, artífice

de materias ingrávidas

que sanan mentiras,

que reparan la llaga,

que acercan estrellas solas

creando una red de galaxias,

vida que corre como un alud.

Se sabe mujer, madre, barro del Jesús que ama.

hada de la palabra y dardo de la mentira que mata.

Elizabeth, que significa: Dios es mi plenitud.