Los medios - Goliat

Toda la fuerza, la valentía, la agilidad y la estrategia del guerrero no tiene ningún valor si le falta la lealtad.

  · Traducido por Milena Gagnebin

13 DE ABRIL DE 2018 · 07:05

Foto: Alain Auderset.,
Foto: Alain Auderset.

Una pelea, por favor!

Con mis pequeñas manos comienzo a lanzar piedras sobre algunos Goliats. Se burlan (es un comienzo, por lo menos me vieron).

Y un periodista de un célebre periódico suizo, un gran Goliat me provoca con insolencia y gran altura:

¡¿Qué?! ¡¿Quieres rivalizar con los grandes de los cómics?!

 Y respondo:

- Eh sí ¿Por qué no?

Tuerzo mis argumentos como una espada (¡así, aunque no le alcanzo, le provocaré un resfriado!), pero el Goliat me dio la espalda, como si nada...

Doy algunas patadas en las tibias (llamadas telefónicas) a otro gigante que se dignó a voltear la cabeza en mi dirección.

Tiene una mirada de desconfianza sobre mis convicciones y comprendo que duda en interesarse en mí (todos parecen saber que soy un irrecuperable fan de Jesús y esto los inquieta) ...

Espero sus respuestas a mis provocaciones (o demandas de entrevista si usted prefiere) y, sin retomar mi aliento, lanzo con mi tirachinas un paquete de peticiones a otras revistas a la vista …

¿Goliat va a acabar posiblemente bajo un montón de piedras?

(Soy bastante perseverante como persona)

- ¡Eh oh! ¡El coloso! ¡Quiero pelear!

Mientras que me ensaño a combatir para ganar terreno en un campo de batalla en Francia, en Angoulême (el festival más grande de cómics de Europa), me encuentro con un periodista cristiano, un viejo veterano de la radio nacional suiza que se encuentra en la esquina "por casualidad" (¡ah! ¡ah! ¡ah!  ¡¡¡esta palabra!!!) al mismo instante que yo.

Me organiza un paso en la emisión... ¡Yesss!

 

Declaración de guerra

Gracias a otra aliada infiltrada, todos los responsables de la emisión se ponen en contacto (o, dicho de otra forma, recibieron mi declaración de guerra).

Un presentador célebre me recuerda entonces su intención de pasar pronto la entrevista que hizo conmigo sobre cuestiones espirituales, pero el diario televisado que me prometió un reportaje (dado a que había ganado el primer premio de cómics cristiano) me anuncia que han cambiado de opinión.

Este cambio de planes es como recibir una bofetada en plena cara, pero me consuelo, porque una radio muy escuchada por la juventud francesa acaba de darme cita en Burdeos.

 

El tumulto

Trato de pasar por los medios de comunicación; no solamente  para publicitar mis cómics, sino para compartirles una esperanza poderosa a los oyentes que  lo necesitan. Quiero alcanzar el máximo de gente.

Mis tentativas son como pasos de combate encarnizado...

¡Bam! ¡Brrrrr, la cita en Burdeos ha sido anulada!  Me siento solo en estas calles extranjeras y me interrogo sobre mi valor. Este desaliento me hiere la espalda, me cuesta respirar, pido socorro por SMS a mi pequeño equipo de oración...

No sé cómo hacía David con los Goliats, pero a mí, me envían grandes puños a la cara. A dos dedos de la victoria, un periódico muy popular (un gigante) me hace morder el polvo, negando la entrevista que me había ilusionado.

Bien decidido a no quedarme allí, me vuelvo y evito por poco que una estaca de fatalismo se me clave en el mismo lugar.

Me levanto y de un salto vuelvo al ataque, con la ayuda de mi brazo izquierdo,através de una llamada telefónica bien dirigida, enviando una derecha a una gran cadena popular francesa, gracias a  un contacto clave visto en los pasillos.

En el proceso, reto en duelo a un titán de una de las sociedades más grandes de distribución de Cómic de la red francófona (es decir, tomé cita con su director), con el objetivo que podría parecer completamente inconsciente de conducirle a Cristo.

Un disparo de advertencia (al menos que no sea de anuncio) me hace volar en pedazos. El responsable de un juego televisado, que me prometió un debate en directo, ¡me envía una llamada telefónica a las tripas para anularlo! Un poco masoquista, lo llamo…

Estoy un poco aturdido, pero oro como suena la trompeta para invocar la ayuda del Eterno de los Ejércitos.

Termino por aparecer en una de las cadenas nacionales de Francia para compartir allí mi testimonio.

Según los numerosos correos recibidos, mucha gente ha sido tocada, sobre todo personas de edad (¿posiblemente las únicas que tenían un bolígrafo a mano?) ...

Bueno, vuelvo a dibujar, estoy cansado...

A todos los que luchan por su prójimo y a los que no tienen más esperanza, que sigan en pie frente a los cuarteles de desaliento que existen en nuestro mundo: usted probablemente nunca tendrá medallas aquí abajo… ¿pero la más bella de las recompensas no es haber podido darles felicidad a aquellos a quiénes se quiere?

Resista mucho, crea en su valor, porque El Eterno de los Ejércitos le ve y no le olvidará 

Toda la fuerza, la valentía, la agilidad y la estrategia del guerrero no tiene ningún valor si le falta la lealtad.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Cita con Dios - Los medios - Goliat