Los rechazados

No importa lo que los demás digan. Tenemos que seguir adelante.

05 DE FEBRERO DE 2018 · 17:56

Palacio de la Industria de París, lugar de la exposición `Salón de los rechazados´ por Édouard Baldus — Museo de arte Metropolitano (Wikimedia Commons - Dominio público),
Palacio de la Industria de París, lugar de la exposición `Salón de los rechazados´ por Édouard Baldus — Museo de arte Metropolitano (Wikimedia Commons - Dominio público)

Uno de los pintores más reconocidos en los últimos años fue Édouard Manet. Como muchos otros, durante su vida pasó por múltiples dificultades porque pocos reconocieron su arte.

En un momento muy importante, decidió construir un pabellón para exponer sus cuadros y otros de sus amigos. Lo llamó “El pabellón de los rechazados” porque sus cuadros habían sido rechazados en muchas ocasiones. Mas tarde fue uno de los pabellones más visitados en la Feria Universal de París en 1867 y revolucionó por completo la pintura moderna.....

Todos vivimos con la expectativa de cumplir nuestros deseos. Y los deseos que viven en lo profundo de nuestro corazón, aquellos que están entrelazados con nuestra propia existencia y que le dan una dimensión diferente a nuestro futuro, son los que llamamos nuestros sueños. Nuestras metas. Nuestras ilusiones.

Alguien dijo una vez que de ilusiones también se vive, y en cierta manera tenía razón. Si sabemos conservar lo más importante de nuestros proyectos con la misma ilusión que teníamos cuando empezábamos a ser adolescentes, somos mucho más felices de lo que pensamos. Pero no debemos quedarnos ahí. Los sueños son para cumplirlos: Quizás no exactamente como lo habíamos previsto en un principio (¡Quizás sí!), pero de alguna u otra manera no debemos dejar de perseguir lo que es tan importante para nosotros.

Porque cada uno tiene su propia historia. Y cada uno es diferente, por lo tanto, cada sueño también es diferente. Aunque aparentemente todo parezca haber acabado, no debemos dejar que lo que ha ocurrido en la vida rompa nuestras ilusiones. No es bueno que los golpes del pasado nos venzan de manera que ya no queremos soñar más. Siempre nuestras metas deben estar íntimamente ligadas a lo que va a venir, a lo que pueda ocurrir en el futuro, porque si nos hemos quedado sin nuevos proyectos, entonces estamos comenzando a morir.

En cierto modo, no importa lo que los demás digan. Tenemos que seguir adelante. Tenemos que luchar por lo que creemos. Si nos envían al pabellón de los rechazados, vamos a instaurar allí nuestro reino y dedicarnos a fortalecer nuestros sueños: Ocurra lo que ocurra no van a desanimarnos.

"Vuestros ancianos soñarán sueños, vuestros jóvenes verán visiones” (Joel 2:28) Hay un mañana en el tiempo para todos. Hay un camino a recorrer, y casi no importa cual sea tu edad, porque siempre puede haber una nueva visión. Pero por lo que más quieras, no abandones.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Con otro ritmo - Los rechazados