Sobreponiéndose al maltrato (2)

Tienes en tu interior unas potencias espirituales que te fueron dadas por Cristo y que debes utilizar para vencer.

08 DE NOVIEMBRE DE 2017 · 09:44

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Señor Director.

Sabrá usted que le escribí para su “Protestante Digital” tres artículos sobre las secuelas que quedan en las mujeres maltratadas y uno tratando la manera de superar las consecuencias del maltrato. En este escrito dije que pueden ser de ayuda, no que curen las heridas del alma, las observaciones que siguen: buscar el auxilio de Dios, intentar la recuperación, no dar lugar a la ira, vivir una vida normal, comunicarse con otras mujeres y tomar el control de la propia vida.

Aquí amplío la lista de observaciones. Como en el artículo anterior, me dirijo directamente a la mujer maltratada.

 

7. Vencer los fantasmas.

Tienes que vencer los fantasmas que quedan después del maltrato y superar todos los miedos.

Una mujer francesa, Chantal, de 30 años, a quien su marido le daba palizas y en una de ellas le rompió el brazo derecho, cuenta:

Yo sabía que mi maltratador estaba en la cárcel. Aún así, la imagen de su rostro aparecía cada vez que cerraba los ojos. Me sobresaltaba constantemente. Me estremecía cuando los amigos me abrazaban. Las noches eran lo peor. Tenía miedo de levantarme en la oscuridad para ir al baño. Mi vida estaba poblada de fantasmas. Llegué a tomar una dosis excesiva de barbitúricos para suicidarme. Afortunadamente mi madre, que entonces vivía conmigo, acudió a tiempo. En el hospital me pusieron en tratamiento con un terapeuta y después de seis meses pude echar de mi todos los fantasmas que me atemorizaban”.

Hazlo tú también.

 

8. Reconcíliate contigo.

Esto nos lleva a otra fase de la recuperación en el caso de la mujer maltratada: La reconciliación consigo misma.

El apóstol Pablo dice que Dios nos dio el ministerio de la reconciliación. (2ª Corintios 5:18).

Esto significa la capacidad de reconciliar a las personas con Dios y a reconciliarse entre ellas.

En el caso de la mujer maltratada debe ejercitar este ministerio reconciliándose consigo misma.

Ha sido víctima de abusos, no ha sido culpable de nada, sin embargo queda o puede quedar un sentimiento traumático de culpabilidad.

¿Por qué lo permitió desde el primer momento? ¿Por qué no dejó al maltratador cuando recibió los primeros golpes? ¿Por qué no lo denunció desde el primer día del maltrato?

Todo esto te crea un sentimiento de culpabilidad que debes eliminar cuanto antes, reconciliándote contigo misma.

Si empiezas por quererte a ti misma, llegarás a querer a otros.

 

9. Despojarte del peso que te pueda agobiar.

En los primeros cuatro versículos en el capítulo 12 de la epístola a los Hebreos hay dos frases que los psiquiatras utilizan hoy día en el tratamiento de mujeres maltratadas, aún cuando fueron escritos hace dos mil años. 

“Despojémonos de todo peso”.

“Que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar”.

Ese “peso” no se refiere al pecado. La carga del pecado se menciona aparte.

El peso que lleva en su interior la mujer maltratada es el recuerdo de todo lo sufrido.

Una tristeza interior que va subiendo como una marea hasta convertirse en un océano de angustia.

Las mujeres que han vivido la terrible experiencia del maltrato deben realizar esfuerzos por enterrar el pasado y quitarse de encima ese peso.

La segunda frase en los versículos citados hablan del desmayo: “Que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar”. 

El ánimo se refiere a las propiedades del alma. El alma es la vida y no debe claudicar, sino confiar y esperar. Esta era la experiencia del salmista:

“¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí?

Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío” (Salmo 42:5)

 

10. Utilizar las fuerzas interiores.

En Colosenses 1:29 el apóstol Pablo dice que trabaja y lucha “según la potencia de Él, la cual actúa poderosamente en mí”.

Tú no tienes en tu interior la fuerza bruta del gorila.

Tienes poderes celestiales, porque fuiste creada a imagen y semejanza de Dios.

Pablo no dice que lleves tus cargas a Cristo. Está diciendo que ejercites el poder de Cristo que habita en ti.

Tienes en tu interior unas potencias espirituales que te fueron dadas por Cristo y que debes utilizar para vencer definitivamente los dolores padecidos durante los malos tratos.

 

Espero, mujer, que mis cinco artículos aquí publicados sobre mujeres maltratadas puedan serte de ayuda si te encuentras en parecida situación, Dios no lo quiera.

Y a usted, señor Director, mi deseo de que lo pase bien.

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