Preocupado de tus preocupaciones

Puede que no cambie nada, pero el poder de Dios enseña a sonreír aún en medio de la muerte y la preocupación más absoluta.

02 DE OCTUBRE DE 2017 · 17:52

Tira de fotogramas de `El Beso´/ Andibrunt (Public Domain - Wikipedia),
Tira de fotogramas de `El Beso´/ Andibrunt (Public Domain - Wikipedia)

Thomas Alba Edison, rodó en su laboratorio un cortometraje que fue uno de los primeros en la historia del cine, se titulaba “El beso” y corría el año 1896. La película provocó un gran escándalo, a pesar de que eran sólo unos pocos segundos de un beso sencillo entre una pareja madura. Nadie se imaginaba lo que iba a ocurrir en los más de cien años de historia del cine, los escándalos, los problemas, las buenas películas y cientos de cosas más.

Si alguien hubiera visto todo lo que iba a ocurrir en el futuro, puede que se llevara algo más que un buen susto. Afortunadamente, el futuro siempre nos regala un poco de tiempo para prepararnos para él. No debemos preocuparnos por lo que pueda ocurrir, de otra manera quizás pasaríamos el día pensando en lo posible, lo probable, lo improbable, lo imposible y en todo ese tiempo la vida se iría escapando de nuestras manos.

Muchos viven así: se han casado con sus propias preocupaciones. Son incapaces de vivir sin ellas, y como tal, las llevarán aún más allá de la muerte. Quizá no tienen ninguna esperanza en la que depositar su dolor, o puede que su propio orgullo les impida reconocer que están equivocados. El caso es que muchas personas nacen, viven y mueren preocupados. Aún cuando todo va bien, siempre encuentran algo por lo que preocuparse.

Muy diferente es la sensación que alcanzan los que son capaces de descansar en su Creador.

La misma naturaleza nos lo enseña: ¿Has visto alguna vez una vaca con problemas de personalidad? ¿Y una flor sufriendo de baja autoestima? ¿Has visto algún monte ir al psiquiatra porque “las cosas no son como antes”? ¿Alguna estrella con problemas de ansiedad?... Si la creación es capaz de descansar en su Creador, ¿Por qué no nosotros?

“Tenemos preocupaciones, pero no nos desesperamos”*.(2 Corintios 4:8). ¡Fíjate! no es la situación la que cambia. No adquieres un derecho a quedar inmune a todos los problemas cuando aprendes a descansar en quién te dio la vida. Lo que Dios te regala es un seguro contra la desesperación. Su sola presencia basta para que la confianza sea total. Puede que no cambie nada, pero el poder de Dios enseña a sonreír aún en medio de la muerte y la preocupación más absoluta. El Espíritu de Dios nos toma en sus manos para que podamos vivir en plena luz.

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